¿Hay que calentar el carro antes de usarlo?
¿Se trata de un mito con tradición o es, acaso, una de las conductas de conducción necesarias olvidadas por el afán del día a día?
Son incontables los mitos que giran en torno al mundo automotor. Existen de todo tipo. Algunos se relacionan con los hábitos de manejo. Otros se inclinan hacia el cuidado del vehículo. Los hay incluso relacionados con las marcas, su calidad —de algunos modelos en particular—, la tradición, el desempeño, en fin.
Hay algunos que se alejan del escenario fantástico del mito. Dan un paso al costado de la fábula, de lo que podría ser irónico o curioso, generando desinformación en su grado más alto de peligrosidad y promoviendo situaciones peligrosas para conductores, pasajeros y peatones. Un ejemplo de esto es el que promueve el peligroso hábito de usar neutro en bajadas.
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Ahora bien, alejado de ese desastroso desenlace en el que puede concluir ese mito recién mencionado hay otros comunes y poco prácticos, como el que asegura que es necesario esperar a que el semáforo se ponga en rojo con el cambio en primera o que es preciso esperar por lo menos cinco minutos con el carro encendido para que se caliente y poder arrancar de forma segura.
Este último es uno de los que mayor tradición tienen en el imaginario popular; así que el equipo del Mecánico Recomienda, de El Espectador, investigó este mito para descubrir qué tan cierto es.
¿Se debe calentar el carro?
“Hoy día los vehículos se calientan rápidamente”, comenta Ricardo Osorio, experto automotor y director de Auto Train, al hablar sobre esta conducta. “Antes, los carros se demoraban, pues había un carburador y un shock para poder enriquecer la mezcla”, agrega.
Para Osorio, la creencia tuvo sentido y fue útil en su momento. En otros tiempos de la industria con tecnologías menos avanzadas que las que lideran el mercado actual. Explica que la demora se debía al tiempo que necesitaban para iniciar la operación los sistemas de refrigeración con el combustible y su mezcla de aire.
No había un tiempo exacto, pero la creencia señala un mínimo de cinco minutos. El carro se prendía en una marcha mínima hasta que el conductor creía necesario, para luego iniciar su viaje y conducir de forma segura.
En su momento, cuando no se calentaba el carro podía ocurrir que el carburador no entregara bien la mezcla, lo que se traducía en la conducción con jaloneos, irregularidades al buscar mayores velocidades y, a grandes rasgos, falta de potencia. Osorio señala que fue esta consecuencia la que generó que muchos conductores la adoptaran y aún la practiquen.
“Realmente eso no es una buena practica hoy en día, no se debe calentar el vehículo más allá de encenderlo, ponerse el cinturón, ajustar bien los espejos y la silla, y arrancar con una marcha suave”, recomienda el experto y director de Auto Train, quien además indica que la mejor forma de lo que en su momento fue calentar el carro o, más bien, buscar una correcta operación, es rodar.
“No es recomendable exigir el motor al máximo apenas lo encendemos. Debería llevar una marcha suave y la mejor forma de calentarlo hoy es rodando el vehículo, él llega rápidamente a esa temperatura de operación y ya lo puede usar de la mejor manera”, dice el especialista.
Así que no es necesario calentar el carro para iniciar el movimiento y emprender su viaje. Tampoco prenderlo e ir a tomarse un tinto o comer algo esperando a que el vehículo sea apto para iniciar su operación; no es necesario.
De hecho, explica Osorio, esta costumbre puede ser contraproducente en los carros con tecnologías recientes. “No hay que hacerlo porque es malo dejarlo en marcha mínima y, además los sistemas actuales manejan sus emisiones gracias a métodos más controlados. También tienen sensores de oxígeno que se calientan más rápidamente que los antiguos y los catalizadores están más cerca de la salida del escape, entonces se calienta más rápido para mantener unas emisiones bajas desde los arranques en frío”.
Puede interesarle: Así es la Royal Enfield HNTR 350 que se vende en Colombia.
Como conclusión, vale la pena recalcar que no es necesario calentar el carro antes de arrancar, aunque tampoco debería acelerar de forma brusca inmediatamente después de encenderlo. Recuerde, el proceso antes de iniciar su viaje debe ser prender el carro, acomodarse y ajustar espejos, para luego iniciar el movimiento de forma suave, sin mayor afán.
Son incontables los mitos que giran en torno al mundo automotor. Existen de todo tipo. Algunos se relacionan con los hábitos de manejo. Otros se inclinan hacia el cuidado del vehículo. Los hay incluso relacionados con las marcas, su calidad —de algunos modelos en particular—, la tradición, el desempeño, en fin.
Hay algunos que se alejan del escenario fantástico del mito. Dan un paso al costado de la fábula, de lo que podría ser irónico o curioso, generando desinformación en su grado más alto de peligrosidad y promoviendo situaciones peligrosas para conductores, pasajeros y peatones. Un ejemplo de esto es el que promueve el peligroso hábito de usar neutro en bajadas.
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Ahora bien, alejado de ese desastroso desenlace en el que puede concluir ese mito recién mencionado hay otros comunes y poco prácticos, como el que asegura que es necesario esperar a que el semáforo se ponga en rojo con el cambio en primera o que es preciso esperar por lo menos cinco minutos con el carro encendido para que se caliente y poder arrancar de forma segura.
Este último es uno de los que mayor tradición tienen en el imaginario popular; así que el equipo del Mecánico Recomienda, de El Espectador, investigó este mito para descubrir qué tan cierto es.
¿Se debe calentar el carro?
“Hoy día los vehículos se calientan rápidamente”, comenta Ricardo Osorio, experto automotor y director de Auto Train, al hablar sobre esta conducta. “Antes, los carros se demoraban, pues había un carburador y un shock para poder enriquecer la mezcla”, agrega.
Para Osorio, la creencia tuvo sentido y fue útil en su momento. En otros tiempos de la industria con tecnologías menos avanzadas que las que lideran el mercado actual. Explica que la demora se debía al tiempo que necesitaban para iniciar la operación los sistemas de refrigeración con el combustible y su mezcla de aire.
No había un tiempo exacto, pero la creencia señala un mínimo de cinco minutos. El carro se prendía en una marcha mínima hasta que el conductor creía necesario, para luego iniciar su viaje y conducir de forma segura.
En su momento, cuando no se calentaba el carro podía ocurrir que el carburador no entregara bien la mezcla, lo que se traducía en la conducción con jaloneos, irregularidades al buscar mayores velocidades y, a grandes rasgos, falta de potencia. Osorio señala que fue esta consecuencia la que generó que muchos conductores la adoptaran y aún la practiquen.
“Realmente eso no es una buena practica hoy en día, no se debe calentar el vehículo más allá de encenderlo, ponerse el cinturón, ajustar bien los espejos y la silla, y arrancar con una marcha suave”, recomienda el experto y director de Auto Train, quien además indica que la mejor forma de lo que en su momento fue calentar el carro o, más bien, buscar una correcta operación, es rodar.
“No es recomendable exigir el motor al máximo apenas lo encendemos. Debería llevar una marcha suave y la mejor forma de calentarlo hoy es rodando el vehículo, él llega rápidamente a esa temperatura de operación y ya lo puede usar de la mejor manera”, dice el especialista.
Así que no es necesario calentar el carro para iniciar el movimiento y emprender su viaje. Tampoco prenderlo e ir a tomarse un tinto o comer algo esperando a que el vehículo sea apto para iniciar su operación; no es necesario.
De hecho, explica Osorio, esta costumbre puede ser contraproducente en los carros con tecnologías recientes. “No hay que hacerlo porque es malo dejarlo en marcha mínima y, además los sistemas actuales manejan sus emisiones gracias a métodos más controlados. También tienen sensores de oxígeno que se calientan más rápidamente que los antiguos y los catalizadores están más cerca de la salida del escape, entonces se calienta más rápido para mantener unas emisiones bajas desde los arranques en frío”.
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Como conclusión, vale la pena recalcar que no es necesario calentar el carro antes de arrancar, aunque tampoco debería acelerar de forma brusca inmediatamente después de encenderlo. Recuerde, el proceso antes de iniciar su viaje debe ser prender el carro, acomodarse y ajustar espejos, para luego iniciar el movimiento de forma suave, sin mayor afán.