Hyundai Kona Eléctrico: ¿sencillo, intuitivo y acertado para Colombia?

De Corea del Sur para Colombia. El primer carro eléctrico de Hyundai para el mercado colombiano llega desde la casa matriz del fabricante, específicamente de su planta en Ulsan, al suroccidente de la península de Corea, lugar que despacha cerca del 40 % de los automóviles fabricados en ese país.

El producto vio la luz bajo el nombre de una línea ya conocida en el ámbito local: Kona. En su versión EV, este crossover tuvo un ligero ajuste estético, frente al ahora viejo conocido Kona Híbrido —no enchufable— y, por supuesto, su gran diferencial que es a la vez su propósito; para funcionar no necesita gasolina, pero sí una fuente de carga eléctrica que alimente su batería del mismo tipo.

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Y allí nace la primera impresión del Kona EV: la autonomía. Opera con una batería de iones de litio, con una capacidad de 39,2 kWh, capaz de entregar hasta 305 kilómetros de autonomía, 134 caballos de potencia —que al ser eléctrico vale expresarlos como 100 kW— y los siempre inmediatos y fiables en adelantos 395 Nm de torque.

La primera de estas tres cifras es, por lo general, la mayor inquietud de quienes se interesan en este tipo de productos y, a decir verdad, parece ligeramente limitado, teniendo en cuenta que el número se basa en condiciones óptimas, en algo así como un contexto y ambiente utópico.

Simple… y honesto

Sí, honesto. El Kona EV rompe la estética visual de la marca, tal como lo hizo en su momento la versión a gasolina, del que difiere en detalles laterales, como el diseño de sus rines y frontales, y la ausencia de una parrilla perforada, pues, claro, no hay ningún motor a combustión o alguna pieza que refrigerar.

Es un carro que a diciembre de 2022 roba miradas. Su operación —es decir, manejo— resulta sorpresivamente intuitiva, con comandos bien señalados tanto para la conducción como para el sistema multimedia.

Puede interesarle: 5 novedades de Kona EV, la nueva camioneta eléctrica de Hyundai en Colombia.

Es sincero, ambicioso y, por qué no, arriesgado a simple vista, pero nunca insinúa, por ejemplo, capacidades todo terreno o un rango por carga tan extenso como dudoso. Tiene tres modos de manejo: Sport, Eco y Normal.

De hecho, es tan simple que erradica la palanca de cambios. Las funciones Drive, Parking, Neutro y Reversa se ejecutan oprimiendo botones que difícilmente serán oprimidos por error durante el movimiento. La consola, el salpicadero, la pantalla multimedia (de 8”) y la de proyección central (10.25”) son intuitivas, libres de mayores distracciones y más bien propositivas, pues esta última expresa rangos, consumos, tiempos de carga y demás datos útiles en un eléctrico.

Ahora bien, posiblemente, el agregado de mayor honestidad del Kona EV es el indicador de autonomía y tiempo de carga. Sobre todo, el primero, que calcula su valor rápidamente, por ejemplo, al prender el aire acondicionado, bajando, durante la prueba, de 200 km a 170 con tan solo prender el sistema. Una pequeña gran diferencia frente a algunos EV en el mercado, que avisan pasados varios minutos y pueden generar angustias y sorpresas de última hora.

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Urbano de cuerpo y alma

No hay que hilar muy delgado para señalar a la ciudad como el hábitat idóneo del primer eléctrico de Hyundai en Colombia. Kona EV tiene la autonomía y las dimensiones adecuadas para lo urbano. Son unos 4,2 metros de largo, 1,8 de ancho y 1,57 de alto, la receta para estacionar casi en cualquier parqueadero público y privado en ciudades como Bogotá.

Así mismo, la suspensión (McPherson para adelante y Multi-Link atrás; hay frenos de disco en cada rueda) muestra su mejor cara en la ciudad. Es confortable. Absorbe y poco transmite imperfecciones e irregularidades del camino a la cabina (calza llantas con especificación 215/55R17). Algo contrario puedo ocurrir en carretera, donde, a velocidades de hasta 80 km/h, pueden aparecer algunos movimientos no deseados en el vehículo. Aunque, en ese mismo terreno es fiable en adelantos y resalta su insonorización.

Por dentro hay un ambiente sobrio. Las sillas sujetan correctamente a sus ocupantes y aunque la tarjeta señale que puede transportar hasta a cinco personas, en la práctica cuatro se sentirán cómodas, pues en la mitad de la segunda fila hay obstáculos para pies y rodillas.

En total ofrece un punto de carga inalámbrica y tres puertos de carga USB (dos adelante y uno atrás). El baúl permite una carga máxima de hasta 332 litros —suficiente para un uso común—, que se pueden convertir en 1.114 cuando se abaten las sillas.

La lista de asistencias es robusta e incluye, entre otras tecnologías, asistente de colisión frontal, control de tracción, asistencia de seguimiento de carril, control crucero inteligente —o adaptativo— monitoreo de presión de llantas y asistente de ascenso en pendientes. En total, la cabina dispone de seis bolsas de aire.

Más de Autos: Chevrolet: “Bolt EUV tiene la configuración que busca el consumidor colombiano”.

Compacto, sencillo e intuitivo; el primer eléctrico de Hyundai para Colombia reúne bondades que también lo califican como vanguardista. Un eléctrico, como tantos que llegaron en el último trimestre de 2022, para familiarizarse con esta tecnología. Su precio, a diciembre, es de $200’000.000.

De Corea del Sur para Colombia. El primer carro eléctrico de Hyundai para el mercado colombiano llega desde la casa matriz del fabricante, específicamente de su planta en Ulsan, al suroccidente de la península de Corea, lugar que despacha cerca del 40 % de los automóviles fabricados en ese país.

El producto vio la luz bajo el nombre de una línea ya conocida en el ámbito local: Kona. En su versión EV, este crossover tuvo un ligero ajuste estético, frente al ahora viejo conocido Kona Híbrido —no enchufable— y, por supuesto, su gran diferencial que es a la vez su propósito; para funcionar no necesita gasolina, pero sí una fuente de carga eléctrica que alimente su batería del mismo tipo.

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Y allí nace la primera impresión del Kona EV: la autonomía. Opera con una batería de iones de litio, con una capacidad de 39,2 kWh, capaz de entregar hasta 305 kilómetros de autonomía, 134 caballos de potencia —que al ser eléctrico vale expresarlos como 100 kW— y los siempre inmediatos y fiables en adelantos 395 Nm de torque.

La primera de estas tres cifras es, por lo general, la mayor inquietud de quienes se interesan en este tipo de productos y, a decir verdad, parece ligeramente limitado, teniendo en cuenta que el número se basa en condiciones óptimas, en algo así como un contexto y ambiente utópico.

Simple… y honesto

Sí, honesto. El Kona EV rompe la estética visual de la marca, tal como lo hizo en su momento la versión a gasolina, del que difiere en detalles laterales, como el diseño de sus rines y frontales, y la ausencia de una parrilla perforada, pues, claro, no hay ningún motor a combustión o alguna pieza que refrigerar.

Es un carro que a diciembre de 2022 roba miradas. Su operación —es decir, manejo— resulta sorpresivamente intuitiva, con comandos bien señalados tanto para la conducción como para el sistema multimedia.

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Es sincero, ambicioso y, por qué no, arriesgado a simple vista, pero nunca insinúa, por ejemplo, capacidades todo terreno o un rango por carga tan extenso como dudoso. Tiene tres modos de manejo: Sport, Eco y Normal.

De hecho, es tan simple que erradica la palanca de cambios. Las funciones Drive, Parking, Neutro y Reversa se ejecutan oprimiendo botones que difícilmente serán oprimidos por error durante el movimiento. La consola, el salpicadero, la pantalla multimedia (de 8”) y la de proyección central (10.25”) son intuitivas, libres de mayores distracciones y más bien propositivas, pues esta última expresa rangos, consumos, tiempos de carga y demás datos útiles en un eléctrico.

Ahora bien, posiblemente, el agregado de mayor honestidad del Kona EV es el indicador de autonomía y tiempo de carga. Sobre todo, el primero, que calcula su valor rápidamente, por ejemplo, al prender el aire acondicionado, bajando, durante la prueba, de 200 km a 170 con tan solo prender el sistema. Una pequeña gran diferencia frente a algunos EV en el mercado, que avisan pasados varios minutos y pueden generar angustias y sorpresas de última hora.

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Urbano de cuerpo y alma

No hay que hilar muy delgado para señalar a la ciudad como el hábitat idóneo del primer eléctrico de Hyundai en Colombia. Kona EV tiene la autonomía y las dimensiones adecuadas para lo urbano. Son unos 4,2 metros de largo, 1,8 de ancho y 1,57 de alto, la receta para estacionar casi en cualquier parqueadero público y privado en ciudades como Bogotá.

Así mismo, la suspensión (McPherson para adelante y Multi-Link atrás; hay frenos de disco en cada rueda) muestra su mejor cara en la ciudad. Es confortable. Absorbe y poco transmite imperfecciones e irregularidades del camino a la cabina (calza llantas con especificación 215/55R17). Algo contrario puedo ocurrir en carretera, donde, a velocidades de hasta 80 km/h, pueden aparecer algunos movimientos no deseados en el vehículo. Aunque, en ese mismo terreno es fiable en adelantos y resalta su insonorización.

Por dentro hay un ambiente sobrio. Las sillas sujetan correctamente a sus ocupantes y aunque la tarjeta señale que puede transportar hasta a cinco personas, en la práctica cuatro se sentirán cómodas, pues en la mitad de la segunda fila hay obstáculos para pies y rodillas.

En total ofrece un punto de carga inalámbrica y tres puertos de carga USB (dos adelante y uno atrás). El baúl permite una carga máxima de hasta 332 litros —suficiente para un uso común—, que se pueden convertir en 1.114 cuando se abaten las sillas.

La lista de asistencias es robusta e incluye, entre otras tecnologías, asistente de colisión frontal, control de tracción, asistencia de seguimiento de carril, control crucero inteligente —o adaptativo— monitoreo de presión de llantas y asistente de ascenso en pendientes. En total, la cabina dispone de seis bolsas de aire.

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