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Aunque —por lo menos en los mercados de la región— la discusión sobre las bondades de las transmisiones manuales y automáticas se han inclinado hacia el nivel de equipamiento con el que cuenta cada referencia (las versiones de entrada, por lo general, son mecánicas; las tope de gama, automáticas), hay quienes se resisten a abandonar el pedal del embrague.
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Si bien son varios los motivos por los que algunos se niegan a abandonar las transmisiones manuales, para Ricardo Osorio, experto automotor y director de AutoTrain Internacional, en el voz a voz prima, por ejemplo, la creencia de que las mecánicas son —entre unas comillas tan pronunciadas como las pendientes que imaginan— “mejores” que las automáticas en subidas, carreteras y ciudades empinadas, sin embargo, asegura, “esto se presentaba en las automáticas antiguas, que eran de tres o cuatro cambios… las de hoy tienen no menos de seis y estos diferentes relacionamientos permiten una mayor eficiencia en esas situaciones”.
Es importante señalar que en el mercado se encuentran diferentes tipos de transmisiones automáticas. Hay convencionales (con marchas y modos secuenciales que simulan una conducción manual sin clutch), las de doble embrague (con cambios de marcha tan rápidos como los carros que las incluyen —deportivos, por lo general—) y aquellas CVT o transmisión variable continua (a grandes rasgos: simulan marchas y funcionan con una cadena que varía relaciones).
De hecho, no hay que pasar por alto que, comparadas con las manuales, las transmisiones automáticas tienen un mayor costo de producción —por eso fueron comunes en países en desarrollo—. Sin embargo, su mantenimiento es poco usual, a diferencia de la alternativa mecánica, en la que habrá un desgaste del embrague que inevitablemente llevará a reemplazar la pieza. Claro está, en caso de avería, el costo de reparación de la automática puede ser elevado.
Ideal para la ciudad
Según el experto, incluso en escenarios de alta exigencia, como puede ser transitar sobre una vía inclinada en ciudades como Manizales o Medellín, las transmisiones automáticas son la opción adecuada. “Hoy presentan un mejor escalonamiento que supera a las manuales de cuatro o cinco cambios... sus convertidores de torque dan mejor salida en subida, incluso en un arranque en pendiente, aunque quizá las CVT necesiten mayor acelerador que las de otro tipo”.
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Ahora bien, en una industria que a diario innova y trabaja en el desarrollo de tecnologías que aporten a la comodidad de sus clientes —incluso hoy se habla de conducción autónoma—, no sobra decir que las transmisiones automáticas son un alivio en el tráfico de los grandes centros urbanos. Basta con accionar dos pedales y ubicar una palanca, con disposición en línea usualmente, para conducir.
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“Sin duda, la transmisión automática es la mejor opción para una conducción que implica constantes cambios y detenciones. Dejar que el vehículo haga los cambios, libera tareas al conductor y le permite concentrarse en los peatones, ciclistas y demás actores de la vía”, señala Ángela López, directora de mercadeo de Mazda de Colombia.