Motocarros, alternativa de progreso
Una estrategia para fortalecer los sistemas de transporte y disminuir la pobreza en Colombia.
Redacción autos
El motocarro se ha convertido en un vehículo que responde a las necesidades de los colombianos en temas de transporte, empleo e impacto social.
Según un estudio presentado por la Asociación Nacional de Alternativas Innovadoras para la Movilidad (Asomovilidad), el motocarro es un vehículo que resuelve las necesidades de movilidad, pues conecta las personas en los municipios, veredas y zonas alejadas del país, y asimismo da acceso a un servicio de mejor calidad (frecuencia, capacidad y cobertura), facilita el acceso a servicios sociales como salud, educación y la participación en actividades económicas; también es más rentable, pues el consumo de combustible es mínimo, ya que tiene un bajo costo de inversión y mantenimiento; y es un instrumento de lucha contra la pobreza.
“El motocarro es mi sustento diario. Es el medio que me permite transportarme y también trabajar, pues en este vehículo vendo comidas rápidas. Yo soy cabeza de hogar y apoyo a mi esposo trabajando en mi motocarro, pues él no lo puede hacer porque es adulto mayor y sufre de diabetes”, confesó Rosa Elvira Gómez, desde Puerto López, Meta.
El informe de Asomovilidad también concluyó que el motocarro contribuye al desarrollo del campo y al mejoramiento de las condiciones de vida de millones de campesinos que hoy podrían desplazarse con sus productos a los centros urbanos, provee empleo y desarrollo para las clases menos favorecidas, facilita la inclusión social en las zonas periféricas urbanas más pobres, al hacer que millones de personas accedan a todos los servicios en las ciudades, y optimiza la calidad.
“Es lo mejor que me pudo haber pasado, ya que en el municipio de El Tambo no hay varias oportunidades fijas de empleo. Gracias a este vehículo pude mejorar mi calidad de vida y la de mi familia. Trabajo transportando pasajeros en el municipio. Los motocarros son lo mejor que nos pudo haber pasado para transportarnos en la zona de una manera segura”, contó Silvio Jaramillo, desde el municipio nariñense.
Mientras que Fernando Parra, desde Valle del Cauca, aseguró que “el motocarro me ha permitido pagarle los estudios a mi hija y tener una mejor calidad de vida. Transportar personas en un motocarro es mucho más seguro, más cómodo y más ágil. En mi situación de discapacidad, decidí utilizar este vehículo para movilizarme, ser más productivo y trabajar sin depender de nadie”.
El motocarro más vendido en el mundo y el líder en Colombia es el Torito RE, producido por el fabricante Bajaj en la India y alistado en Colombia por Auteco. Está homologado por el Ministerio de Transporte en el país para servicio público de pasajeros (placa blanca) en municipios con menos de 50.000 habitantes, por lo tanto, se ha convertido en una solución de movilidad ideal en municipios y pequeñas ciudades, que sirve para desplazamientos intraurbanos y para conectar áreas rurales con las cabeceras municipales, tanto para pasajeros como para carga liviana.
Otro ejemplo se da en Jericó, Antioquia, donde el turismo religioso relacionado con la madre Laura se mueve en motocarros agrupados en la cooperativa de transporte Coomotenje. El motocarro cuenta con tres versiones de fábrica: básico, carpa especial y carpa lujo.
Son versátiles, pues además de su uso básico, como medio de transporte (que viene de fábrica), puede usarse como utilitarios, chivas, coches, carga, food truck, entre muchas otras posibilidades. En promedio vale $12’000.000 sin adecuaciones.
El motocarro se ha convertido en un vehículo que responde a las necesidades de los colombianos en temas de transporte, empleo e impacto social.
Según un estudio presentado por la Asociación Nacional de Alternativas Innovadoras para la Movilidad (Asomovilidad), el motocarro es un vehículo que resuelve las necesidades de movilidad, pues conecta las personas en los municipios, veredas y zonas alejadas del país, y asimismo da acceso a un servicio de mejor calidad (frecuencia, capacidad y cobertura), facilita el acceso a servicios sociales como salud, educación y la participación en actividades económicas; también es más rentable, pues el consumo de combustible es mínimo, ya que tiene un bajo costo de inversión y mantenimiento; y es un instrumento de lucha contra la pobreza.
“El motocarro es mi sustento diario. Es el medio que me permite transportarme y también trabajar, pues en este vehículo vendo comidas rápidas. Yo soy cabeza de hogar y apoyo a mi esposo trabajando en mi motocarro, pues él no lo puede hacer porque es adulto mayor y sufre de diabetes”, confesó Rosa Elvira Gómez, desde Puerto López, Meta.
El informe de Asomovilidad también concluyó que el motocarro contribuye al desarrollo del campo y al mejoramiento de las condiciones de vida de millones de campesinos que hoy podrían desplazarse con sus productos a los centros urbanos, provee empleo y desarrollo para las clases menos favorecidas, facilita la inclusión social en las zonas periféricas urbanas más pobres, al hacer que millones de personas accedan a todos los servicios en las ciudades, y optimiza la calidad.
“Es lo mejor que me pudo haber pasado, ya que en el municipio de El Tambo no hay varias oportunidades fijas de empleo. Gracias a este vehículo pude mejorar mi calidad de vida y la de mi familia. Trabajo transportando pasajeros en el municipio. Los motocarros son lo mejor que nos pudo haber pasado para transportarnos en la zona de una manera segura”, contó Silvio Jaramillo, desde el municipio nariñense.
Mientras que Fernando Parra, desde Valle del Cauca, aseguró que “el motocarro me ha permitido pagarle los estudios a mi hija y tener una mejor calidad de vida. Transportar personas en un motocarro es mucho más seguro, más cómodo y más ágil. En mi situación de discapacidad, decidí utilizar este vehículo para movilizarme, ser más productivo y trabajar sin depender de nadie”.
El motocarro más vendido en el mundo y el líder en Colombia es el Torito RE, producido por el fabricante Bajaj en la India y alistado en Colombia por Auteco. Está homologado por el Ministerio de Transporte en el país para servicio público de pasajeros (placa blanca) en municipios con menos de 50.000 habitantes, por lo tanto, se ha convertido en una solución de movilidad ideal en municipios y pequeñas ciudades, que sirve para desplazamientos intraurbanos y para conectar áreas rurales con las cabeceras municipales, tanto para pasajeros como para carga liviana.
Otro ejemplo se da en Jericó, Antioquia, donde el turismo religioso relacionado con la madre Laura se mueve en motocarros agrupados en la cooperativa de transporte Coomotenje. El motocarro cuenta con tres versiones de fábrica: básico, carpa especial y carpa lujo.
Son versátiles, pues además de su uso básico, como medio de transporte (que viene de fábrica), puede usarse como utilitarios, chivas, coches, carga, food truck, entre muchas otras posibilidades. En promedio vale $12’000.000 sin adecuaciones.