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El aumento en ventas de los vehículos eléctricos no debería ser una sorpresa en el mercado colombiano. Además del emergente compromiso global por reducir la contaminación emitida por los automotores de gasolina y diésel, los impuestos y las restricciones de pico y placa en Colombia impulsan la compra de medios de transporte alternativos que permanecen en una especie de limbo legal.
En el caso de las bicicletas, motociclos y motocicletas eléctricas, cada día se ven más de estos vehículos en las calles, gracias a su posicionamiento como medio de transporte económico, funcional y que contribuye al cuidado del medioambiente. La llegada de marcas chinas al país, la apertura de almacenes especializados y su bajo costo han catapultado la comercialización de estos productos que, hasta la fecha, se compran con la misma facilidad que una licuadora en una tienda de cadena.
Las empresas Lucky Lion, Motos Eléctricas de Colombia (MEC), Ecobicis y Energy Motion fueron algunas de las pioneras en la incursión en la energía eléctrica como solución de movilidad en Colombia. A estas compañías se sumó hace poco Auteco, la ensambladora más importante del país, que hace dos meses anunció la llegada de la marca Staker a la familia de Auteco Electrics, su nuevo modelo de negocio.
“La compañía, en sus 75 años, sigue innovando y por eso incursionará de manera decisiva en el negocio de la movilidad eléctrica, ofreciendo un completo portafolio de productos y servicios que llevarán experiencias y soluciones únicas para los colombianos, convirtiéndose así en una empresa pionera de la nueva energía que moverá a Colombia”, indicó Javier Alfonso Bohórquez Forero, presidente de Auteco.
Según informó la ensambladora, la marca ofrecerá tres segmentos de vehículo eléctricos de dos ruedas: bicicletas de pedaleo asistido, motociclos y motocicletas eléctricas, y tendrán como principales sedes las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali y Palmira.
Algunos de los grandes interrogantes y miedos de los potenciales compradores de motos eléctricas pasan por la garantía, el tiempo de carga y la facilidad para adquirir repuestos en caso de alguna falla del sistema. Para resolver estas dudas y brindar un servicio completo poscompra, las empresas que comercializan estos vehículos adelantan la apertura de centros de servicio especializados y solicitan continuamente al Gobierno Nacional una política clara respecto a su venta y uso en el país.
El gran gancho de las motos eléctricas a la hora de captar la atención de los compradores es la economía que supone movilizarse en un vehículo que no necesita gasolina o diésel y que puede cargarse en cualquier toma convencional. Sin embargo, los eléctricos van mucho más allá del combustible, y en un país como Colombia representan grandes ventajas si se comparan con los vehículos tradicionales No tener ningún tipo de restricción por pico y placa y, por el momento, no tener que pagar impuestos de rodamiento o matrícula, son algunos de los puntos que tienen en cuenta los conductores de este tipo de motos al inclinarse por su compra.
El tiempo de duración de batería y la velocidad máxima cambian según el modelo. La mayoría de motos eléctricas que se comercializan en Colombia no superan los 60 Km/h y tienen una autonomía de 6 horas. Sin embargo, en el mercado se pueden encontrar vehículos más grandes que pueden alcanzar los 90 Km/h con baterías capaces de moverlos hasta por 8 horas continuas.
Electricidad en dos ruedas
Bicicletas: Este segmento parte de la configuración de una bicicleta convencional a la que se agrega una asistencia al pedaleo por medio de un motor eléctrico y una batería. En Colombia están disponibles bicicletas eléctricas deportivas, urbanas y plegables que se pueden adquirir desde los $2’500.000.
Motociclos: Son vehículos eléctricos con un aspecto y configuración que combinan una bicicleta y una moto pequeña. Vienen en dos versiones: con pedales y sin pedales. Sirven para transporte urbano y tienen una potencia menor que las motocicletas eléctricas. Se ofrecerán desde $2’500.000.
Motos eléctricas: Son vehículos que en su apariencia y tamaño asemejan a una motocicleta de combustión. Su potencia y velocidad son mayores que los de las bicicletas y motociclos. Su precio ronda los $3’300.000, pero las más grandes y potentes pueden alcanzar hasta los $14’000.000.