Mujeres compran cada vez más motos en Colombia
La participación de las mujeres en la compra de motocicletas nuevas ha crecido de manera notable, convirtiéndose en un segmento clave en el mercado.
David Vásquez Herrera
Desde el año 2000, el registro de motocicletas en Colombia ha experimentado un incremento notable, alcanzando los 12 millones de unidades con corte a julio de 2024, lo que representa el 62% del parque automotor total del país. Según el informe más reciente de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI, el número de motocicletas registradas ha crecido exponencialmente, pasando de 57.528 unidades en el año 2000 a 678.660 en 2023, lo que equivale a un aumento del 1.079%. Este auge no solo refleja una creciente preferencia por este tipo de transporte, sino que también ha dinamizado los subsectores relacionados con la industria, generando un impacto significativo en la economía nacional y mejorando la movilidad en el país.
El crecimiento del sector de motocicletas en Colombia ha generado un impacto significativo en la economía y la sociedad. La expansión en producción, importaciones, consumo interno, inversión y exportaciones ha beneficiado no solo a la industria, sino también a la creación de empleo, la remuneración al capital y a los asalariados, y la contribución a los ingresos estatales. En el ámbito social, las motocicletas han facilitado la movilidad, convirtiéndose en una herramienta esencial para el transporte y una fuente de ingresos para muchas personas, especialmente aquellas de bajos recursos.
En muchas regiones del mundo, incluyendo Colombia, las motocicletas son el medio de transporte motorizado más accesible y popular. En el país, representa más del 60% del parque automotor, lo que subraya su importancia en la vida cotidiana de millones de colombianos. Desde desplazamientos diarios hasta actividades como el reparto de correo, entregas a domicilio y servicios de emergencia, las motocicletas juegan un rol crucial en diversas actividades económicas y sociales.
En contraste, en países de altos ingresos, como Estados Unidos, Canadá y Australia, las motocicletas ocupan un lugar mucho menor en el parque vehicular, representando menos del 5% del total. En estos países, el uso de motocicletas se concentra principalmente en actividades recreativas, deportivas y turísticas, ya que el transporte diario está dominado por vehículos personales y transporte público más robusto, lo que marca una diferencia significativa en la forma en que se organiza la movilidad.
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Las mujeres toman cada vez más fuerza en el mercado de motos
El informe de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI resalta el notable incremento en la participación de las mujeres en la compra de motocicletas nuevas, posicionándolas como un segmento clave en el mercado. En la actualidad, una de cada tres motocicletas vendidas en Colombia es adquirida por una mujer.
Aunque históricamente este mercado ha sido dominado por hombres, el uso de motocicletas entre las mujeres ha ido en aumento, impulsado por la búsqueda de opciones de transporte más prácticas, eficientes y económicas. Este cambio refleja no solo un mayor grado de autonomía, sino también la preferencia por vehículos que faciliten la movilidad en entornos urbanos congestionados.
De acuerdo con Iván García, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI, desde el año 2012, la participación femenina en la compra de motocicletas en Colombia era del 25%. Para 2024, este porcentaje ha aumentado al 38%, evidenciando una tendencia creciente de mujeres que eligen este medio de transporte. Este cambio no solo refleja una transformación en los patrones de movilidad femenina, sino que también destaca el papel cada vez más activo de las mujeres en la economía, ya que las motocicletas se han convertido en una herramienta esencial para su independencia, movilidad laboral y acceso a nuevas oportunidades.
Factores como el tráfico denso, la limitada oferta de transporte público y la percepción de inseguridad han llevado a muchas mujeres a optar por la motocicleta como una opción más rápida, accesible y segura.
Este medio de transporte también ofrece mayor flexibilidad en la gestión del tiempo, lo que resulta especialmente valioso para aquellas que deben equilibrar responsabilidades laborales, familiares y académicas. Además, la motocicleta les brinda una mayor autonomía y seguridad, al permitirles evitar entornos incómodos o inseguros que suelen asociarse al transporte público.
Las mujeres valoran ciertos aspectos específicos al elegir una motocicleta, que suelen diferir de las prioridades de los hombres. Si bien factores como la calidad, el diseño y el precio son importantes para ambos géneros, las mujeres tienden a dar mayor relevancia a la facilidad de manejo, la comodidad y la seguridad. El género femenino prefiere motocicletas ligeras y fáciles de controlar, especialmente en entornos urbanos donde la movilidad puede ser más compleja. La ergonomía también es fundamental, ya que muchas mujeres priorizan una postura de conducción cómoda y la accesibilidad del vehículo, asegurando una experiencia de manejo más adecuada a sus necesidades.
La industria de motocicletas ha comenzado a adaptarse a este cambio, ajustando sus estrategias de marketing y diseño de productos para atraer a un creciente segmento femenino, cada vez más exigente. La mayor participación de mujeres en el mercado también ha impulsado iniciativas de seguridad vial que se enfocan en sus necesidades específicas, reconociendo su papel clave en la movilidad urbana.
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Para García, el aumento significativo en la participación femenina sugiere un panorama muy alentador para el futuro. Se prevé que esta tendencia continúe en ascenso, impulsada por una mayor independencia económica y la búsqueda de alternativas de movilidad más eficientes en las ciudades: “a medida que más mujeres se integran al ámbito laboral y académico, la demanda de motocicletas seguirá creciendo, especialmente entre quienes buscan vehículos que ofrezcan una combinación de eficiencia, seguridad y estilo”, añade.
Por su parte, en 2023, la mayoría de los compradores de motocicletas nuevas fueron jóvenes de entre 26 y 45 años. Este grupo demográfico no solo ve las motocicletas como un medio de transporte eficiente, sino también como una experiencia que brinda libertad y aventura, consolidándolas como un símbolo de independencia y un estilo de vida distintivo. Entre estos compradores, el 41% cuenta con formación técnica y el 30% tiene estudios universitarios.
A su vez, el 46% de los compradores están en una relación de pareja, ya sea casados o en unión libre, lo que indica que las motocicletas se están convirtiendo en un recurso esencial para mejorar la movilidad y el desempeño profesional en la vida diaria de muchas familias colombianas.
Desde el año 2000, el registro de motocicletas en Colombia ha experimentado un incremento notable, alcanzando los 12 millones de unidades con corte a julio de 2024, lo que representa el 62% del parque automotor total del país. Según el informe más reciente de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI, el número de motocicletas registradas ha crecido exponencialmente, pasando de 57.528 unidades en el año 2000 a 678.660 en 2023, lo que equivale a un aumento del 1.079%. Este auge no solo refleja una creciente preferencia por este tipo de transporte, sino que también ha dinamizado los subsectores relacionados con la industria, generando un impacto significativo en la economía nacional y mejorando la movilidad en el país.
El crecimiento del sector de motocicletas en Colombia ha generado un impacto significativo en la economía y la sociedad. La expansión en producción, importaciones, consumo interno, inversión y exportaciones ha beneficiado no solo a la industria, sino también a la creación de empleo, la remuneración al capital y a los asalariados, y la contribución a los ingresos estatales. En el ámbito social, las motocicletas han facilitado la movilidad, convirtiéndose en una herramienta esencial para el transporte y una fuente de ingresos para muchas personas, especialmente aquellas de bajos recursos.
En muchas regiones del mundo, incluyendo Colombia, las motocicletas son el medio de transporte motorizado más accesible y popular. En el país, representa más del 60% del parque automotor, lo que subraya su importancia en la vida cotidiana de millones de colombianos. Desde desplazamientos diarios hasta actividades como el reparto de correo, entregas a domicilio y servicios de emergencia, las motocicletas juegan un rol crucial en diversas actividades económicas y sociales.
En contraste, en países de altos ingresos, como Estados Unidos, Canadá y Australia, las motocicletas ocupan un lugar mucho menor en el parque vehicular, representando menos del 5% del total. En estos países, el uso de motocicletas se concentra principalmente en actividades recreativas, deportivas y turísticas, ya que el transporte diario está dominado por vehículos personales y transporte público más robusto, lo que marca una diferencia significativa en la forma en que se organiza la movilidad.
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Las mujeres toman cada vez más fuerza en el mercado de motos
El informe de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI resalta el notable incremento en la participación de las mujeres en la compra de motocicletas nuevas, posicionándolas como un segmento clave en el mercado. En la actualidad, una de cada tres motocicletas vendidas en Colombia es adquirida por una mujer.
Aunque históricamente este mercado ha sido dominado por hombres, el uso de motocicletas entre las mujeres ha ido en aumento, impulsado por la búsqueda de opciones de transporte más prácticas, eficientes y económicas. Este cambio refleja no solo un mayor grado de autonomía, sino también la preferencia por vehículos que faciliten la movilidad en entornos urbanos congestionados.
De acuerdo con Iván García, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI, desde el año 2012, la participación femenina en la compra de motocicletas en Colombia era del 25%. Para 2024, este porcentaje ha aumentado al 38%, evidenciando una tendencia creciente de mujeres que eligen este medio de transporte. Este cambio no solo refleja una transformación en los patrones de movilidad femenina, sino que también destaca el papel cada vez más activo de las mujeres en la economía, ya que las motocicletas se han convertido en una herramienta esencial para su independencia, movilidad laboral y acceso a nuevas oportunidades.
Factores como el tráfico denso, la limitada oferta de transporte público y la percepción de inseguridad han llevado a muchas mujeres a optar por la motocicleta como una opción más rápida, accesible y segura.
Este medio de transporte también ofrece mayor flexibilidad en la gestión del tiempo, lo que resulta especialmente valioso para aquellas que deben equilibrar responsabilidades laborales, familiares y académicas. Además, la motocicleta les brinda una mayor autonomía y seguridad, al permitirles evitar entornos incómodos o inseguros que suelen asociarse al transporte público.
Las mujeres valoran ciertos aspectos específicos al elegir una motocicleta, que suelen diferir de las prioridades de los hombres. Si bien factores como la calidad, el diseño y el precio son importantes para ambos géneros, las mujeres tienden a dar mayor relevancia a la facilidad de manejo, la comodidad y la seguridad. El género femenino prefiere motocicletas ligeras y fáciles de controlar, especialmente en entornos urbanos donde la movilidad puede ser más compleja. La ergonomía también es fundamental, ya que muchas mujeres priorizan una postura de conducción cómoda y la accesibilidad del vehículo, asegurando una experiencia de manejo más adecuada a sus necesidades.
La industria de motocicletas ha comenzado a adaptarse a este cambio, ajustando sus estrategias de marketing y diseño de productos para atraer a un creciente segmento femenino, cada vez más exigente. La mayor participación de mujeres en el mercado también ha impulsado iniciativas de seguridad vial que se enfocan en sus necesidades específicas, reconociendo su papel clave en la movilidad urbana.
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Para García, el aumento significativo en la participación femenina sugiere un panorama muy alentador para el futuro. Se prevé que esta tendencia continúe en ascenso, impulsada por una mayor independencia económica y la búsqueda de alternativas de movilidad más eficientes en las ciudades: “a medida que más mujeres se integran al ámbito laboral y académico, la demanda de motocicletas seguirá creciendo, especialmente entre quienes buscan vehículos que ofrezcan una combinación de eficiencia, seguridad y estilo”, añade.
Por su parte, en 2023, la mayoría de los compradores de motocicletas nuevas fueron jóvenes de entre 26 y 45 años. Este grupo demográfico no solo ve las motocicletas como un medio de transporte eficiente, sino también como una experiencia que brinda libertad y aventura, consolidándolas como un símbolo de independencia y un estilo de vida distintivo. Entre estos compradores, el 41% cuenta con formación técnica y el 30% tiene estudios universitarios.
A su vez, el 46% de los compradores están en una relación de pareja, ya sea casados o en unión libre, lo que indica que las motocicletas se están convirtiendo en un recurso esencial para mejorar la movilidad y el desempeño profesional en la vida diaria de muchas familias colombianas.