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Simple y sin arandelas. Kwid E-Tech es la variante cero emisiones del compacto con el que Renault abre su portafolio en Colombia. Es fiel a una trinidad compuesta por la estética que aterriza el nombre de su línea, su ubicación en precio como vehículo de entrada —más adelante llegará el Megane E-Tech que doblará su valor comercial— y, como es común en ese segmento del mercado y tipo de tecnología, un urbano sin mayor complejidad.
Y en la obviedad está su esencia. Basta un vistazo para identificarlo como Kwid y como carro de ciudad. Sus dimensiones son básicamente las mismas que las de los modelos a combustión —3.734 mm de largo, 1.770 de ancho y 1.500 de alto—. Son números que auguran una conducción tan dinámica como lo urbano lo permita y sí, a grandes —o grandísimos— rasgos, se desenvuelve de forma superlativa en espacios reducidos.
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Dentro de la cabina no hay mayor complejidad y al volante demuestra en potencia las bondades del automático. Bueno, todos los eléctricos lo son, pero dentro del habitáculo el equipo es justo, es el necesario, es el adecuado, nada sobra, poco falta; en fin, lo que se espera de un producto de entrada.
En movimiento
Kwid E-Tech reemplaza el motor tricilíndrico de un litro de su variante a combustión por una batería con capacidad de 26,8 kWh. Así, bajo el capó no hay más que componentes eléctricos y un motor síncrono de imanes permanentes que lleva al eje delantero 65 caballos de potencia y hasta 115 Nm de torque.
Hay una evidente mesura al presionar el pedal derecho. De hecho, la sensación se aterriza en cifras cuando el fabricante anuncia una aceleración de cero a 50 km/h en 4,1 segundos. Claro, más allá del tiempo, esos 50 km/h demuestran en sentido explícito la esencia urbana del carro y esas bondades basadas en la simpleza que en carretera se pierden.
Fuera de la ciudad, Kwid E-Tech demuestra una menor dinámica. En adelantos, el eje delantero puede hacerse rebelde y esa mesura al acelerar tiende a prolongar las maniobras. Allí, fuera de su hábitat, alejado del escenario para el que fue diseñado, esa autonomía de 298 kilómetros que señala la ficha se reduce exponencialmente.
Aquí, un punto fundamental. En términos económicos, es menos costoso exigir a un eléctrico que a un carro con motor a gasolina. El cálculo comparativo presentado, en diciembre, señala que el bloque tradicional consume unos $265 del combustible fósil por kilómetro recorrido, mientras que el EV, por su parte, unos $73. El ahorro llega al mediano o largo plazo.
Ahora bien, en carretera los ruidos aparecen. La rozadura del neumático (de especificación 175/70 R14) con el asfalto se apropia de la cabina. Lo mismo hace el viento y su resistencia con esa forma casi rectangular que emula la silueta clásica de una SUV.
Equipo, interior y carga
La armonía se concentra en la ciudad. A velocidades moderadas, la insonorización es adecuada, el volante es suave y la suspensión es amigable con huecos e imperfecciones de la vía. La experiencia interior es básica, pero suficiente. Lleva un sistema multimedia con pantalla de siete pulgadas con Android Auto y Apple Car Play —por cable— y el sonido puede pecar de hueco.
La ergonomía es adecuada en las dos plazas delanteras. El espacio de la segunda fila es reducido, aun para personas de 1,60 m de altura. Los asientos de conductor y copiloto tienden a rozar las rodillas de quienes se ubiquen atrás, algo quizá molesto en recorridos largos… o adecuado para niños y personas de baja estatura. Lleva vidrios eléctricos en cada ventana.
Su paquete de seguridad suma seis bolsas de aire —dos más que las versiones a gasolina—, alerta de presión de neumáticos, frenos ABS, anclajes Isofix, control de estabilidad y de tracción, y una señal sonora al conducir a bajas velocidades, entre otros.
Sobre la carga vale mencionar que funciona con un conector tipo dos, cuya velocidad de carga dependerá del punto al que se conecte. En uno común, o de carga lenta, necesitará un poco más de tres horas para pasar del 0 % al 100 %. El rombo incluye un cable para cargar en un tomacorriente común, de 110 V, con la que necesitará unas 24 horas para llegar a su carga máxima.
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Kwid E-Tech es la nueva entrada al mundo eléctrico de Renault. Un vehículo urbano que brilla por su simpleza en operación y rueda con el respaldo de una de las marcas con mayor tradición en el país. El precio con el que el fabricante comercializa el vehículo que busca democratizar los cero emisiones en el país es, en febrero de 2024, de $100’000.000.