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En 2004, cuando Chrysler llegó al país y comenzó a comercializar sus modelos, las ventas apenas fueron de 357 unidades. Ocho años más tarde el panorama ha cambiado radicalmente y la marca, aunque todavía tiene grandes retos por delante, ha conseguido conquistar a un grupo significativo de colombianos que se han dejado encantar por los diseños, la eficacia, la tecnología y el confort de sus distintos modelos.
Al cierre del primer trimestre de 2012, el crecimiento era del 49,6% con respecto al mismo período de 2011. En Bogotá se concentraron el 68% de las ventas y en Bucaramanga, Cali, Medellín, Pereira, Barranquilla y Cartagena el 32% restante. Es decir, se han vendido 1.070 unidades y alcanzado una participación en el mercado automotor colombiano cercana al 1,48%.
Estos resultados, que han superado las expectativas en términos de presupuesto, obedecen en gran medida a dos causas. En primer lugar, una agresiva estrategia comercial y, en segundo lugar, al proceso de desarrollo de la red autorizada de concesionarios, que comenzó con la apertura de vitrinas en ciudades de gran importancia, como Barranquilla y Cartagena.
A lo anterior se suman factores favorables como el comportamiento del dólar, la exhibición de los modelos en el Salón Internacional del Automóvil de Bogotá y la apertura de nuevos concesionarios. Para este 2012 el desafío es mayor, pues ante los buenos resultados Chrysler espera vender 5.000 unidades. Se calcula que el 66% corresponderá a la marca Dodge, el 26% a Jeep y el 8% a RAM.