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Cromo. Cromo en las ruedas, el techo y la parrilla. Ese negro brillante que en este caso interactúa con un verde… ¿vibrante? Un verde que denota alguna fluorescencia. Un verde único en el segmento, por lo menos en Colombia, con el que Opel busca llamar la atención con su producto más atractivo y de mejores impresiones en el país.
Mokka es un shot de energía para el portafolio de los germanos en Colombia. Un producto con aire alemán, pues así se anuncia en cuñas y vallas publicitarias, y con ese mismo origen en pequeños y esenciales detalles, como el juego de doble pantalla de 12″ para el tablero de instrumentos y de 10″ para el centro multimedia, que se inclinan hacia el conductor y evocan algún deportivo teutón.
Lo cierto es que esta SUV llega desde Francia. Se ensambla sobre la plataforma CMP, con la que Stellantis da vida a otros modelos como el Peugeot 2008 y el Citroën C4, y está disponible a nivel local en una única versión.
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Negro y verde
Así es el juego visual de la unidad testeada. Negro el detalle, los contornos y la base del logo, por ejemplo, que lleva el mismo color. Verde, todo lo exterior, esa evidente búsqueda de la simetría, a la que le basta una línea que parte el capó en dos y apunta a su imagen de marca, aquel rayo que atraviesa un círculo trazado en una sola línea.
El detalle es brillante. Afuera, el cromo también aparece en los espejos. Adentro, se transforma en black piano, un material tan delicado como llamativo, que reúne huellas y polvo con facilidad, y se encuentra en los bordes de las pantallas y alrededor del selector de marchas.
Dentro de la cabina la impresión de calidad es superlativa. Sobresale en su segmento. Desde la primera fila, piloto y copiloto, resalta la ergonomía de sus sillas en tela, como los detalles en cuero en puertas y volante. También otras superficies con un labrado tipo fibra de carbono. Atrás, los plásticos duros se apropian de ambas puertas. Allí tampoco hay salidas de aire, pero sí dos puertos USB tipo A (hay otro adelante).
En movimiento, la insonorización es su punto más alto. Pocos sonidos atraviesan el habitáculo; algo llamativo, teniendo en cuenta que en frente trabaja un bloque tricilíndrico, que produce sus ruidos y vibraciones. La interacción con el sistema multimedia no sobresale por ser intuitivo. Para acceder a Apple CarPlay y Android Auto es necesario un cable.
Urbano con pretensiones
Al volante, es un poco más de lo que se espera de un producto de sus características. Funciona con un motor de 1.2 litros y tres cilindros. En total, entrega 130 caballos de potencia a las 5.500 rpm y hasta 230 Nm de torque a partir de las 1.750 rpm. Se acopla a una caja automática Quickshift de ocho marchas (lleva levas en el volante).
Es un urbano con pretensiones. Sus 4.151 mm de largo, 1.987 mm de ancho con espejos y 1.534 mm de alto permiten armonía en los espacios reducidos de ciudades como Bogotá. Aún así, por momentos, sus espejos parecen pequeños… sobre todo cuando se les instalan esos poco estéticos pero muy funcionales protectores antirrobo, que limitan el campo de visión.
En carretera, su comportamiento es llamativo. Poco baila, salta o tambalea en situaciones con movimientos bruscos, como adelantos. Claro, a velocidades por debajo de los 100 km/h. Su tracción es delantera y hace contacto con el suelo de la mano de ruedas de especificación 215/60 R17.
En seguridad, suma seis bolsas de aire, monitoreo de presión de las llantas, control crucero, freno de emergencia, sensor de punto ciego, alerta de permanencia de carril, ABS, EBD, EBA, ASR y ESP, entre otros.
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Mokka es la mejor cara de Opel en Colombia. Un producto que sobresale en estética, tanto interior como exterior, así como en su dinámica acorde al segmento. Una SUV urbana, suficiente para muchos que Astara vende en Colombia a un precio de $112′990.000 (en febrero de 2024).
