¿Por qué es tan difícil movilizarse en Colombia?
El 57 % del parque automotor colombiano son motos y el 51 % de los vehículos que circulan tienen más de diez años. Los dos desafíos más urgentes que enfrenta el sector.
Redacción Especiales
El alza del dólar puso a prueba al sector automotor. Desde hace varios diciembres las unidades comercializadas no se compadecen con las expectativas. Las ventas han venido cayendo y las marcas redoblando esfuerzos. Pero una luz al final del túnel comienza a asomarse con timidez. Por lo menos así lo evidencia el más reciente reporte de la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos).
Según este informe, durante junio la industria alcanzó 20.630 unidades vendidas. “Estas cifras permiten prever que en el segundo semestre se estará entre 251 y 265 mil unidades. Las ventas dependerán especialmente del comportamiento del dólar, cuya persistencia le ha permitido al mercado estabilizarse”, afirmó Oliverio García, presidente de la Asociación.
No obstante, en medio de este escenario más optimista, es urgente que el sector enfrente dos problemáticas: la ausencia de una política de modernización del parque automotor y la falta de regulación para las motos. “En Colombia, el 51 % de los vehículos de cuatro ruedas en adelante tiene más de 10 años, un cuarto tiene más de 25 y un poco menos del 10% más de 40”, señaló García. A estas cifras se suma otro dato preocupante: mientras la edad promedio del parque automotor está en 16 años, la de los camiones en 21. “Si eliminamos los vehículos de más de 40 años, esa edad se reduciría a 12,5 años. Y para ello toca empezar por quitar normas como entre más viejo el vehículo menos impuestos paga y crear una política orientada a la modernización ”.
Jairo Herrera, presidente de Asecarga (Asociación Nacional de Empresas Transportadoras de Carga por Carretera), cree que la solución, en el caso de los camiones, está en la creación de un fondo, por parte del Gobierno, para el desarrollo de la carga, que se alimente con la venta de manifiestos electrónicos. “Supongamos que se produzcan 15 millones de manifiestos, multiplicados por $20.000, que sería el valor que cobrarían, eso da $300.000 millones al año. De los cuales el 50 % se podría ir a chatarrización y el restante a seguridad social del conductor y a capacitaciones”, comentó.
Pero lo más urgente es resolver los cuellos de botella de la chatarrización para la modernización del parque automotor, justamente uno de los puntos neurálgicos del diálogo entre el Gobierno y los líderes del paro camionero. Aunque existen incentivos en los que se paga por la chatarrización, persiste el lío del esquema de cupos. "El actual sistema no funciona. Es necesario desarrollar una nueva política que le ayude al pequeño transportador a renovar su flota", enfatizó García.
En cuanto a las motos, es importante tener en cuenta dos factores. Por un lado el crecimiento desenfrenado que han tenido en los últimos años. Según Andemos, sólo en 2016 han sido vendidas 124.705 motos usadas y 241.146 cero kilómetros, números que hoy hacen que representen 57 % del parque automotor colombiano. Y por otro, la falta de una política que regule su comportamiento en las vías.
Al respecto, Juliana Rico, directora de la Cámara de la Industria Automotriz de la Andi, afirma que “el sector de las dos ruedas ha tenido un surgimiento importante por la mejora de la economía nacional en los últimos diez años y de los ingresos de los colombianos”. Y explica que el problema no es la ausencia de una reglamentación nacional, porque ya existe, sino la activación de la Agencia de Seguridad Vial, para evitar que sigan aumentando los accidentes.
Finalmente, García puntualiza que “debe haber un código nacional para las motos, que establezca cómo se tienen que comportar en las carreteras. Mientras a los vehículos particulares les ponen mil restricciones, las motos no pagan peajes, las de bajo cilindraje no pagan impuestos, la manutención es más barata, no tienen pico y placa y todos estos factores lo que han hecho es hacerlas más atractivas para el consumidor”.
El alza del dólar puso a prueba al sector automotor. Desde hace varios diciembres las unidades comercializadas no se compadecen con las expectativas. Las ventas han venido cayendo y las marcas redoblando esfuerzos. Pero una luz al final del túnel comienza a asomarse con timidez. Por lo menos así lo evidencia el más reciente reporte de la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos).
Según este informe, durante junio la industria alcanzó 20.630 unidades vendidas. “Estas cifras permiten prever que en el segundo semestre se estará entre 251 y 265 mil unidades. Las ventas dependerán especialmente del comportamiento del dólar, cuya persistencia le ha permitido al mercado estabilizarse”, afirmó Oliverio García, presidente de la Asociación.
No obstante, en medio de este escenario más optimista, es urgente que el sector enfrente dos problemáticas: la ausencia de una política de modernización del parque automotor y la falta de regulación para las motos. “En Colombia, el 51 % de los vehículos de cuatro ruedas en adelante tiene más de 10 años, un cuarto tiene más de 25 y un poco menos del 10% más de 40”, señaló García. A estas cifras se suma otro dato preocupante: mientras la edad promedio del parque automotor está en 16 años, la de los camiones en 21. “Si eliminamos los vehículos de más de 40 años, esa edad se reduciría a 12,5 años. Y para ello toca empezar por quitar normas como entre más viejo el vehículo menos impuestos paga y crear una política orientada a la modernización ”.
Jairo Herrera, presidente de Asecarga (Asociación Nacional de Empresas Transportadoras de Carga por Carretera), cree que la solución, en el caso de los camiones, está en la creación de un fondo, por parte del Gobierno, para el desarrollo de la carga, que se alimente con la venta de manifiestos electrónicos. “Supongamos que se produzcan 15 millones de manifiestos, multiplicados por $20.000, que sería el valor que cobrarían, eso da $300.000 millones al año. De los cuales el 50 % se podría ir a chatarrización y el restante a seguridad social del conductor y a capacitaciones”, comentó.
Pero lo más urgente es resolver los cuellos de botella de la chatarrización para la modernización del parque automotor, justamente uno de los puntos neurálgicos del diálogo entre el Gobierno y los líderes del paro camionero. Aunque existen incentivos en los que se paga por la chatarrización, persiste el lío del esquema de cupos. "El actual sistema no funciona. Es necesario desarrollar una nueva política que le ayude al pequeño transportador a renovar su flota", enfatizó García.
En cuanto a las motos, es importante tener en cuenta dos factores. Por un lado el crecimiento desenfrenado que han tenido en los últimos años. Según Andemos, sólo en 2016 han sido vendidas 124.705 motos usadas y 241.146 cero kilómetros, números que hoy hacen que representen 57 % del parque automotor colombiano. Y por otro, la falta de una política que regule su comportamiento en las vías.
Al respecto, Juliana Rico, directora de la Cámara de la Industria Automotriz de la Andi, afirma que “el sector de las dos ruedas ha tenido un surgimiento importante por la mejora de la economía nacional en los últimos diez años y de los ingresos de los colombianos”. Y explica que el problema no es la ausencia de una reglamentación nacional, porque ya existe, sino la activación de la Agencia de Seguridad Vial, para evitar que sigan aumentando los accidentes.
Finalmente, García puntualiza que “debe haber un código nacional para las motos, que establezca cómo se tienen que comportar en las carreteras. Mientras a los vehículos particulares les ponen mil restricciones, las motos no pagan peajes, las de bajo cilindraje no pagan impuestos, la manutención es más barata, no tienen pico y placa y todos estos factores lo que han hecho es hacerlas más atractivas para el consumidor”.