Precauciones para la lluvia
Recomendaciones para quienes conduzcan en carreteras húmedas.
Cesvi Colombia
Al manejar bajo la lluvia se deben tomar precauciones adicionales a las habituales, porque se disminuye notablemente la visibilidad. Por lo tanto es necesario encender las luces y los limpiaparabrisas, para ver y permitir ser visto; además, es necesario reducir la velocidad del vehículo.
Cuando se presenta esta condición, evite circular muy cerca de otros vehículos, ya que la brisa que éstos desprenden puede ensuciar el parabrisas y las farolas, haciendo más difícil la visibilidad.
Y si de día la lluvia resta visibilidad, de noche se acentúa aún más este problema, debido a que la luz se refleja en el pavimento, haciendo confusas las referencias ópticas.
Al caer las primeras gotas de agua sobre la vía, se forma una capa altamente resbaladiza, con lo cual pierde adherencia, provocando que el vehículo derrape o se deslice. Peor aún cuando las calles se llenan de lluvia, pues se forma un colchón de agua que hace perder totalmente el agarre de las llantas con respecto del pavimento. Este fenómeno se denomina hidroplaneo (acuaplanning). Si las llantas están en buenas condiciones, la adherencia disminuye en un 50%. La pérdida de la misma hace que el vehículo derrape sin control y de nada sirve frenar o girar el volante tratando de mejorar la trayectoria: sólo reduzca paulatinamente la velocidad.
El piso resbaloso hace perder la adherencia en cualquier momento. Las recomendaciones son: si definitivamente pierde el control del vehículo, debe conservar la calma para poder retomarlo; evitar frenar bruscamente; si el derrape es leve, gire el volante con movimientos suaves a la derecha y a la izquierda; si el derrape es fuerte, gire el volante en dirección hacia donde están derrapando las ruedas traseras y al enderezar el vehículo gírelo nuevamente en sentido contrario hasta estabilizarlo por completo. No olvide sujetar el volante con las dos manos en todo momento.
Al manejar bajo la lluvia se deben tomar precauciones adicionales a las habituales, porque se disminuye notablemente la visibilidad. Por lo tanto es necesario encender las luces y los limpiaparabrisas, para ver y permitir ser visto; además, es necesario reducir la velocidad del vehículo.
Cuando se presenta esta condición, evite circular muy cerca de otros vehículos, ya que la brisa que éstos desprenden puede ensuciar el parabrisas y las farolas, haciendo más difícil la visibilidad.
Y si de día la lluvia resta visibilidad, de noche se acentúa aún más este problema, debido a que la luz se refleja en el pavimento, haciendo confusas las referencias ópticas.
Al caer las primeras gotas de agua sobre la vía, se forma una capa altamente resbaladiza, con lo cual pierde adherencia, provocando que el vehículo derrape o se deslice. Peor aún cuando las calles se llenan de lluvia, pues se forma un colchón de agua que hace perder totalmente el agarre de las llantas con respecto del pavimento. Este fenómeno se denomina hidroplaneo (acuaplanning). Si las llantas están en buenas condiciones, la adherencia disminuye en un 50%. La pérdida de la misma hace que el vehículo derrape sin control y de nada sirve frenar o girar el volante tratando de mejorar la trayectoria: sólo reduzca paulatinamente la velocidad.
El piso resbaloso hace perder la adherencia en cualquier momento. Las recomendaciones son: si definitivamente pierde el control del vehículo, debe conservar la calma para poder retomarlo; evitar frenar bruscamente; si el derrape es leve, gire el volante con movimientos suaves a la derecha y a la izquierda; si el derrape es fuerte, gire el volante en dirección hacia donde están derrapando las ruedas traseras y al enderezar el vehículo gírelo nuevamente en sentido contrario hasta estabilizarlo por completo. No olvide sujetar el volante con las dos manos en todo momento.