¿Qué es V2X y cómo afecta la degradación de la batería en un carro eléctrico?
Una de sus ventajas es el uso eficiente de las baterías, ya que pueden funcionar como fuentes de energía portátiles, ayudando a estabilizar el consumo energético o suministrando electricidad a otros sistemas en momentos de alta demanda.
David Vásquez Herrera
La tecnología V2X, o “vehículo a todo”, abarca un sistema de comunicación y transferencia energética que conecta vehículos eléctricos con diversos dispositivos y redes. Este enfoque incluye aplicaciones como el intercambio de información entre vehículos, la conexión con infraestructura urbana y el respaldo a sistemas eléctricos.
Una de sus ventajas es el uso eficiente de las baterías, ya que pueden funcionar como fuentes de energía portátiles, ayudando a estabilizar el consumo energético o suministrando electricidad a otros sistemas en momentos de alta demanda.
Dentro de V2X, se destacan modalidades específicas como V2G (vehículo a red), V2H (vehículo a hogar) y V2V (vehículo a vehículo). Por ejemplo, V2G permite que la batería de un carro no solo reciba carga, sino que también devuelva energía a la red eléctrica para respaldar su funcionamiento. Por su parte, el sistema V2H puede conectar el vehículo a un medidor inteligente, proporcionando energía a los electrodomésticos del hogar o recibiendo carga de una instalación solar residencial, optimizando así la gestión de los recursos energéticos en el entorno doméstico.
Según un análisis realizado por Recurrent, las tecnologías V2X pueden aportar múltiples beneficios tanto a los propietarios de vehículos eléctricos como a la sociedad en general. Entre sus ventajas destacan el aprovechamiento eficiente de fuentes de energía renovable, la redistribución de energía durante picos de demanda y la posibilidad de que los usuarios participen en mercados eléctricos mediante la devolución de energía a la red, lo que, por ejemplo, podría generar ingresos adicionales.
“Sin embargo, gran parte de las baterías actuales no han sido diseñadas específicamente para soportar las demandas del V2X, lo que genera incertidumbre sobre cómo esta tecnología podría influir en la capacidad y el rendimiento de las baterías a largo plazo”, señala el análisis de Recurrent.
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Los factores clave que podrían impactar la degradación de la batería en escenarios V2X incluyen:
- Incremento en los ciclos de carga y descarga: Al utilizar el sistema V2X, la batería se somete a un mayor número de ciclos en comparación con su uso convencional. Este aumento puede acelerar el desgaste y reducir su vida útil.
- Profundidad de descarga: Una descarga más profunda durante cada ciclo, como ocurre al utilizar la batería para alimentar electrodomésticos o una vivienda completa, puede generar un mayor deterioro en comparación con el uso de un porcentaje reducido de su capacidad.
- Impacto de la temperatura: La transferencia frecuente de grandes cantidades de energía puede elevar la temperatura de la batería, acelerando el proceso de degradación. Aunque los sistemas de gestión térmica están diseñados para mitigar este riesgo, su uso constante también incrementa el desgaste.
- Sistemas de gestión de baterías: Los vehículos eléctricos cuentan con BMS que regulan las operaciones de carga y descarga para proteger la batería. Una integración adecuada del V2X con el BMS es crucial para minimizar los efectos adversos. Por ejemplo, el Kia EV6 incluye capacidades V2X pero advierte sobre el uso de electrodomésticos de alto voltaje, ya que podrían superar los límites de energía que la batería está diseñada para suministrar.
¿Cómo afecta V2X a la salud de las baterías?
Un análisis realizado en mayo de 2024 por Science Direct desarrolló un modelo integral para evaluar el impacto del uso de V2X en la degradación de las baterías de los carros eléctricos. Este modelo combinó datos reales de vehículos eléctricos con pruebas controladas de ciclos de carga y descarga, simulando diferentes escenarios de V2X.
Los resultados mostraron que las operaciones bajo V2X generaron una degradación adicional del 3 % en un periodo de 20 meses. No obstante, esta variación fue menor que las diferencias típicas entre celdas provocadas por la variabilidad en los procesos de fabricación.
Según los investigadores, con un uso controlado, las aplicaciones V2X no solo tienen un impacto limitado en la degradación, sino que podrían, en ciertas circunstancias, disminuir la pérdida de capacidad.
Por su parte, un estudio realizado por EPRI, publicado en abril de 2023, examinó la degradación promedio de las baterías de vehículos híbridos enchufables (PHEV) y determinó una pérdida anual del 1,5 % de capacidad, lo que implicaba un 15 % en una década. Al incluir aplicaciones V2G, se observó un incremento de degradación del 1,8 % anual.
Aunque estos resultados fueron consistentes con los datos de 2024 (3 % en 20 meses), se destacó que las pruebas se realizaron en baterías pequeñas de 16 kWh, utilizando el 50 % de su capacidad para V2X. Los investigadores sugirieron que, con baterías más grandes, donde 8 kWh representarían una fracción menor de su capacidad total, la degradación podría ser aún menor.
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Para minimizar los efectos del V2X, los avances en los sistemas de gestión de baterías (BMS) son fundamentales. Estas tecnologías pueden optimizar el uso de la batería ajustándose a factores como la edad, el historial de uso y las condiciones operativas. Por ejemplo, un BMS podría limitar las operaciones de V2X bajo temperaturas extremas o cuando la carga disponible es baja, protegiendo así la batería.
Entretanto, V2X incrementa los ciclos de carga y descarga, su impacto en la degradación de la batería es relativamente moderado, siempre que se maneje de manera adecuada. “Los niveles de energía utilizados para aplicaciones como V2G son generalmente bajos y no representan un riesgo significativo para la batería”, subraya en análisis de Recurrent.
Sin embargo, la degradación podría aumentar si se incrementa el rango de estado de carga utilizado o la demanda energética. Esto refuerza la necesidad de una implementación cuidadosa y un diseño robusto en los sistemas de gestión para maximizar la vida útil de las baterías.
La tecnología V2X, o “vehículo a todo”, abarca un sistema de comunicación y transferencia energética que conecta vehículos eléctricos con diversos dispositivos y redes. Este enfoque incluye aplicaciones como el intercambio de información entre vehículos, la conexión con infraestructura urbana y el respaldo a sistemas eléctricos.
Una de sus ventajas es el uso eficiente de las baterías, ya que pueden funcionar como fuentes de energía portátiles, ayudando a estabilizar el consumo energético o suministrando electricidad a otros sistemas en momentos de alta demanda.
Dentro de V2X, se destacan modalidades específicas como V2G (vehículo a red), V2H (vehículo a hogar) y V2V (vehículo a vehículo). Por ejemplo, V2G permite que la batería de un carro no solo reciba carga, sino que también devuelva energía a la red eléctrica para respaldar su funcionamiento. Por su parte, el sistema V2H puede conectar el vehículo a un medidor inteligente, proporcionando energía a los electrodomésticos del hogar o recibiendo carga de una instalación solar residencial, optimizando así la gestión de los recursos energéticos en el entorno doméstico.
Según un análisis realizado por Recurrent, las tecnologías V2X pueden aportar múltiples beneficios tanto a los propietarios de vehículos eléctricos como a la sociedad en general. Entre sus ventajas destacan el aprovechamiento eficiente de fuentes de energía renovable, la redistribución de energía durante picos de demanda y la posibilidad de que los usuarios participen en mercados eléctricos mediante la devolución de energía a la red, lo que, por ejemplo, podría generar ingresos adicionales.
“Sin embargo, gran parte de las baterías actuales no han sido diseñadas específicamente para soportar las demandas del V2X, lo que genera incertidumbre sobre cómo esta tecnología podría influir en la capacidad y el rendimiento de las baterías a largo plazo”, señala el análisis de Recurrent.
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Los factores clave que podrían impactar la degradación de la batería en escenarios V2X incluyen:
- Incremento en los ciclos de carga y descarga: Al utilizar el sistema V2X, la batería se somete a un mayor número de ciclos en comparación con su uso convencional. Este aumento puede acelerar el desgaste y reducir su vida útil.
- Profundidad de descarga: Una descarga más profunda durante cada ciclo, como ocurre al utilizar la batería para alimentar electrodomésticos o una vivienda completa, puede generar un mayor deterioro en comparación con el uso de un porcentaje reducido de su capacidad.
- Impacto de la temperatura: La transferencia frecuente de grandes cantidades de energía puede elevar la temperatura de la batería, acelerando el proceso de degradación. Aunque los sistemas de gestión térmica están diseñados para mitigar este riesgo, su uso constante también incrementa el desgaste.
- Sistemas de gestión de baterías: Los vehículos eléctricos cuentan con BMS que regulan las operaciones de carga y descarga para proteger la batería. Una integración adecuada del V2X con el BMS es crucial para minimizar los efectos adversos. Por ejemplo, el Kia EV6 incluye capacidades V2X pero advierte sobre el uso de electrodomésticos de alto voltaje, ya que podrían superar los límites de energía que la batería está diseñada para suministrar.
¿Cómo afecta V2X a la salud de las baterías?
Un análisis realizado en mayo de 2024 por Science Direct desarrolló un modelo integral para evaluar el impacto del uso de V2X en la degradación de las baterías de los carros eléctricos. Este modelo combinó datos reales de vehículos eléctricos con pruebas controladas de ciclos de carga y descarga, simulando diferentes escenarios de V2X.
Los resultados mostraron que las operaciones bajo V2X generaron una degradación adicional del 3 % en un periodo de 20 meses. No obstante, esta variación fue menor que las diferencias típicas entre celdas provocadas por la variabilidad en los procesos de fabricación.
Según los investigadores, con un uso controlado, las aplicaciones V2X no solo tienen un impacto limitado en la degradación, sino que podrían, en ciertas circunstancias, disminuir la pérdida de capacidad.
Por su parte, un estudio realizado por EPRI, publicado en abril de 2023, examinó la degradación promedio de las baterías de vehículos híbridos enchufables (PHEV) y determinó una pérdida anual del 1,5 % de capacidad, lo que implicaba un 15 % en una década. Al incluir aplicaciones V2G, se observó un incremento de degradación del 1,8 % anual.
Aunque estos resultados fueron consistentes con los datos de 2024 (3 % en 20 meses), se destacó que las pruebas se realizaron en baterías pequeñas de 16 kWh, utilizando el 50 % de su capacidad para V2X. Los investigadores sugirieron que, con baterías más grandes, donde 8 kWh representarían una fracción menor de su capacidad total, la degradación podría ser aún menor.
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Para minimizar los efectos del V2X, los avances en los sistemas de gestión de baterías (BMS) son fundamentales. Estas tecnologías pueden optimizar el uso de la batería ajustándose a factores como la edad, el historial de uso y las condiciones operativas. Por ejemplo, un BMS podría limitar las operaciones de V2X bajo temperaturas extremas o cuando la carga disponible es baja, protegiendo así la batería.
Entretanto, V2X incrementa los ciclos de carga y descarga, su impacto en la degradación de la batería es relativamente moderado, siempre que se maneje de manera adecuada. “Los niveles de energía utilizados para aplicaciones como V2G son generalmente bajos y no representan un riesgo significativo para la batería”, subraya en análisis de Recurrent.
Sin embargo, la degradación podría aumentar si se incrementa el rango de estado de carga utilizado o la demanda energética. Esto refuerza la necesidad de una implementación cuidadosa y un diseño robusto en los sistemas de gestión para maximizar la vida útil de las baterías.