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Lo necesario. Decir que es adecuada tanto para el trabajo como para el diario es sintetizar las sensaciones que deja el producto con el que Ram da la bienvenida a su portafolio en Colombia. Cuando este se configura con cuatro puertas, en lo que la marca de Stellantis llama Bighorn, se suma versátil como adjetivo… aún funcional, aún compacto, aún amigable en lo urbano y, por qué no, más aterrizado al público en general.
Con su opción de doble cabina, Ram 700 se ubica en esa línea que separa a las pick-ups compactas de las SUV. Esa en donde los líderes del volumen, Renault y Chevrolet, ubican a Oroch y, próximamente, a Montana. Un espacio en el que consumo y capacidad son determinantes. Ese en donde el lujo es secundario… terciario, si se quiere, y lo funcional es, básicamente, un pilar.
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Dentro y fuera de la cabina
En un recorrido de adentro hacia afuera, sobresale la posición del conductor. El ajuste de los asientos delanteros es manual, con palancas. El campo de visión es óptimo y la dimensión de los espejos laterales —de ajuste eléctrico— es adecuada, pues unos milímetros menos los harían muy pequeños; en fin, suficiente.
La segunda fila de asientos entra en conflicto con la tarjeta de propiedad, que augura una capacidad para cinco pasajeros. Dos personas de hasta 1,77 m podrán acomodarse sin mayor dificultad. Las limitaciones en cabeza y rodillas surgen cuando el ocupante cruza el límite de los 1,8 m. El asiento del medio tiene poco suelo, con un portavasos y una entrada USB a pocos centímetros.
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Hay tela en cada asiento y plásticos duros recubren casi la totalidad de la cabina. Es suficiente, funcional y punto. Sus vidrios funcionan de forma eléctrica y, volviendo a la posición del conductor, es importante señalar que los mandos están a la mano, son fácilmente ubicables y ofrece varios, pero reducidos, espacios de almacenamiento para celulares, monedas y botellas, entre otros.
Se trata de una pick-up y por fuera de la cabina aún hay espacio de almacenamiento. Para ese caso, el platón ofrece una capacidad volumétrica de 844 litros, 1,31 metros cuadrados de superficie, con 1.015 mm de largo y 1.310 mm de ancho. La carga máxima es de 650 kilogramos.
Al volante
En movimiento, Ram 700 no entrega ni más, ni menos de lo que promete. Para operar, el fabricante lo configuró con uno de sus propulsores de mayor tradición: el Fire 1,4 litros de cuatro cilindros en línea, con hasta 84 caballos de potencia, cuando el tacómetro señala las 5.750 rpm y un torque máximo de 122 Nm, a las 3.500; todo, a las llantas delanteras. Al tren motor se suma un caja manual de cinco marchas, más reversa.
Las conclusiones de manejo se inclinan, sí, a lo suficiente. No sufre subiendo y, con la caja, tampoco padece en bajada. La suspensión, que lleva un eje rígido en el eje trasero, pocas veces es ruda con los pasajeros y tampoco tambalea en carretera a una velocidad máxima de 80 km/h (usa llantas de especificación 185/60 R15).
Y ser suficiente no la hace común ni desmesuradamente básica. Para momentos y terrenos desnivelados, Ram instaló un sistema de tracción ideado para transitar sin mayor dificultad. Se trata del sistema TC+ o E-Locker. En la teoría, ofrece una respuesta en situaciones leves con pisos resbaladizos, llevando un mayor torque a la rueda —delantera para este caso, por supuesto— con mayor agarre. Se activa oprimiendo un botón sobre el radio y se desactiva de forma automática cuando el velocímetro marca los 65 km/h.
En la práctica, TC+ es como el vehículo en conjunto: suficiente. Ram 700 no es un soberbio todoterreno —aunque para saber esto basta revisar su tipo de tracción—, fue concebido como una alternativa versátil con leves asistencias que le permiten sobrepasar caminos enlodados y subir o bajar pendientes, poco pronunciadas, sin mayor lujo ni dificultad… claro, tiene unos 23,7° de ángulo de ataque y 26,6° para el de salida.
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Conectividad y asistencias
Hay un punto alto en conectividad al incluir un sistema multimedia con pantalla de siete pulgadas y conectividad inalámbrica a dispositivos Apple y Android. El dispositivo también proyecta la cámara de reversa, con líneas guía y sensores de proximidad, aunque estacionar no presenta mayor dificultad, aun en espacios reducidos, pues tiene 4.474 mm de largo, 1.732 mm de ancho y 1.585 mm de alto —excepto la altura, son números similares a los de un Renault Logan—.
En seguridad, dispone de cuatro bolsas de aire, anclajes Isofix, frenos con ABS y EBD, y asistencias como el control electrónico de estabilidad, asistente de arranque en pendiente y control de tracción.
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Práctico, bondadoso en almacenamiento —mas no en confort, sobre todo en la segunda fila— y con hasta 49 km/gal en ciudad —a unos 2.500 m. s. n. m. y carga de hasta 160 kg—, Ram 700 roba y robará las miradas de más de un cliente de SUV pequeñas y medianas. El precio del doble cabina de entrada de la marca que Astara vende en Colombia es de $96′000.000.