Sebastián Saavedra en las 500 Millas

Sebastián Saavedra se atreve a soñar. Y lo hace en grande. Se atreve a pensar que el 30 de mayo, cuando los motores se hayan silenciado en el mítico óvalo de Indianápolis, su nombre figure entre los pilotos que culminaron las 500 Millas. “Me imagino ese domingo como una fiesta de cumpleaños, la más grande que haya tenido en mi vida”, le dijo a Autos antes de afrontar la clasificación y aún sin saber si se convertiría en el tercer colombiano en participar en las 500 Millas de Indianápolis, después de Roberto José Guerrero y Juan Pablo Montoya.

Pero quizás eso es lo de menos, pues el simple hecho de hacer parte de este competencia es de por sí un éxito y haber sorteado de manera positiva la inducción para novatos, con los sabios consejos de Roberto José, un nuevo paso en su carrera, que puede ser mucho más sólido en caso de que haya logrado inscribir su tiempo entre los 33 mejores pilotos que tomarán la partida.

“Es increíble. Personas como Bryan Herta (el propietario del equipo) y Roberto José Guerrero me han dicho, ‘ya haces parte del club’. Y en verdad uno siente que ya es parte del grupo. No sé cómo describirlo. Pilotos que yo veía y admiraba desde pequeño ahora están a mi lado y eso, sinceramente me está dando vueltas en mi cabeza”.

Eso sí, tiene bien puestos los pies sobre la tierra y lo único que tiene que decir es que “tengo un sentimiento de felicidad eterno, pero pienso que todo esto es el fruto a un trabajo de 11 años y por eso quiero disfrutarlo cada minuto. Hay que seguir adelante y buscar la posibilidad de poder correr toda la temporada en la Indy Car el año entrante. Tenemos equipo, velocidad, ganas, pero nos falta el apoyo de los patrocinadores. Por ahora mi realidad es la Indy Lights, pero confieso que uno prueba un Indy Car y no se quiere bajar de él”.

Y si de metas se trata en esta competencia, Sebastián fue claro y contundente. “La verdad, los objetivos han ido cambiando día a día. Primero era pasar la orientación para novatos, pues no sabíamos cómos se iba a comportar el vehículo; después nos pusimos metas de velocidad, primero las 219 millas y después las 222. Ahora, queremos clasificar y terminar la competencia. Eso sería muy bueno para mí”.

Sebastián Saavedra se atreve a soñar. Y lo hace en grande. Se atreve a pensar que el 30 de mayo, cuando los motores se hayan silenciado en el mítico óvalo de Indianápolis, su nombre figure entre los pilotos que culminaron las 500 Millas. “Me imagino ese domingo como una fiesta de cumpleaños, la más grande que haya tenido en mi vida”, le dijo a Autos antes de afrontar la clasificación y aún sin saber si se convertiría en el tercer colombiano en participar en las 500 Millas de Indianápolis, después de Roberto José Guerrero y Juan Pablo Montoya.

Pero quizás eso es lo de menos, pues el simple hecho de hacer parte de este competencia es de por sí un éxito y haber sorteado de manera positiva la inducción para novatos, con los sabios consejos de Roberto José, un nuevo paso en su carrera, que puede ser mucho más sólido en caso de que haya logrado inscribir su tiempo entre los 33 mejores pilotos que tomarán la partida.

“Es increíble. Personas como Bryan Herta (el propietario del equipo) y Roberto José Guerrero me han dicho, ‘ya haces parte del club’. Y en verdad uno siente que ya es parte del grupo. No sé cómo describirlo. Pilotos que yo veía y admiraba desde pequeño ahora están a mi lado y eso, sinceramente me está dando vueltas en mi cabeza”.

Eso sí, tiene bien puestos los pies sobre la tierra y lo único que tiene que decir es que “tengo un sentimiento de felicidad eterno, pero pienso que todo esto es el fruto a un trabajo de 11 años y por eso quiero disfrutarlo cada minuto. Hay que seguir adelante y buscar la posibilidad de poder correr toda la temporada en la Indy Car el año entrante. Tenemos equipo, velocidad, ganas, pero nos falta el apoyo de los patrocinadores. Por ahora mi realidad es la Indy Lights, pero confieso que uno prueba un Indy Car y no se quiere bajar de él”.

Y si de metas se trata en esta competencia, Sebastián fue claro y contundente. “La verdad, los objetivos han ido cambiando día a día. Primero era pasar la orientación para novatos, pues no sabíamos cómos se iba a comportar el vehículo; después nos pusimos metas de velocidad, primero las 219 millas y después las 222. Ahora, queremos clasificar y terminar la competencia. Eso sería muy bueno para mí”.