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Vararse en cualquier carretera del país puede convertirse en un tormentoso suceso para los transportadores de carga por cuenta de las pérdidas económicas, el retraso en los tiempos de llegada y el desgaste que implica solucionar el problema. Prevenir es la clave si se quiere evitar un mal rato. Expertos de Michelín identificaron siete prácticas que contribuyen al buen mantenimiento de los neumáticos, además de garantizar una mayor seguridad y reducir el consumo de combustible.
1. Verificar la presión de inflado de las llantas: debe ser acorde a la distribución del peso y en función de la carga transportada. La revisión se debe hacer tres horas antes de arrancar el recorrido porque una vez se calientan las llantas puede variar esta medida.
2. Comprobar la profundidad del labrado: las llantas deben tener una buena profundidad en las canales, que son las que permiten la correcta evacuación del agua y garantizan la adherencia del vehículo al suelo, además de evitar deslizamientos.
3. Cerciorarse de que los pernos y tuercas del rin estén apretados: esta es la única manera de garantizar que ninguna de las llantas se suelte y pueda causar un accidente.
4. Revisar que las llantas no tengan ninguna perforación o pinchazo: de esta forma podrá repararlas antes de salir a carretera y evitar contratiempos en el camino.
5. Distribuir adecuadamente la carga: el objetivo es evitar que las ruedas tengan que sobreesforzarse.
6. Rotar las llantas: cambiarlas de ubicación ayuda que el desgaste sea uniforme. Esta práctica se recomienda para prolongar la vida útil de los neumáticos.
7. Comprar llantas de marcas reconocidas: garantiza mejor tecnología y mayor seguridad. No decida únicamente por el diseño, tenga en cuenta la trayectoria de la compañía en el mercado.