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Termostato dañado: señales clave para mantener el rendimiento del carro

Conocer estos signos permite a los conductores tomar medidas preventivas y garantizar el óptimo funcionamiento del carro, prolongando así la vida útil del motor y mejorando la eficiencia del combustible.

16 de octubre de 2024 - 12:00 a. m.
El termostato es un componente esencial que controla la temperatura del motor al gestionar el paso del refrigerante.
El termostato es un componente esencial que controla la temperatura del motor al gestionar el paso del refrigerante.
Foto: Nicolás Fernández

Un termostato dañado puede afectar significativamente el rendimiento de un vehículo, provocando problemas de sobrecalentamiento o un funcionamiento ineficiente del motor. La identificación temprana de los síntomas asociados con un termostato defectuoso es crucial para evitar daños mayores y costosas reparaciones. Entre los síntomas más comunes se encuentran la fluctuación de la temperatura del motor y la presencia de refrigerante en el suelo. Conocer estos signos permite a los conductores tomar medidas preventivas y garantizar el óptimo funcionamiento del carro, prolongando así la vida útil del motor y mejorando la eficiencia del combustible.

De acuerdo con Luis Alberto Benavides, ingeniero experto de Ben Automotriz SAS, el termostato es un componente esencial que controla la temperatura del motor al gestionar el paso del refrigerante. Cuando el motor está frío, esta pequeña válvula se mantiene cerrada para facilitar su calentamiento. A medida que la temperatura del motor aumenta, el termostato se abre gradualmente, permitiendo la circulación del refrigerante hacia el radiador. Este mecanismo asegura que el motor opere dentro de una temperatura óptima y segura.

Existen dos tipos principales de termostato en los vehículos: los mecánicos con resorte y los eléctricos, que son gestionados por el módulo de control del motor. Sin importar el tipo, una falla en el termostato representa un riesgo significativo para la seguridad. Si este componente comienza a funcionar incorrectamente, puede provocar un sobrecalentamiento en el motor. Si no se corrige, el exceso de calor podría dañar gravemente el motor, generando costosas reparaciones.

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Para el experto, identificar un termostato dañado es crucial para evitar daños graves en el motor. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Sobrecalentamiento del motor

El sobrecalentamiento del motor es un problema serio que puede ocurrir cuando el termostato se queda en posición cerrada. En esta situación, el refrigerante no tiene la capacidad de circular a través del sistema de enfriamiento, lo que impide que el calor generado por el motor sea disipado de manera adecuada. “Como resultado, la temperatura del motor se eleva rápidamente, lo que puede provocar daños en componentes clave como la junta de culata, los pistones o incluso causar que el motor falle por completo”, destaca el experto.

Si se detecta un aumento inusual de la temperatura en el motor, es fundamental detener el vehículo de inmediato y permitir que el sistema se enfríe antes de proceder a una revisión. Un termostato atascado no solo interrumpe la circulación del refrigerante, sino que también puede aumentar la presión interna del sistema, lo que puede derivar en la rotura de mangueras o fugas.

  • Temperatura inusualmente baja

Cuando el termostato queda atascado en posición abierta, el motor puede no llegar a su temperatura de funcionamiento ideal. Esto se debe a que el refrigerante circula continuamente por el sistema, enfriando el motor en exceso. En climas fríos, por ejemplo, este problema se vuelve aún más evidente, ya que el motor tarda mucho más en alcanzar la temperatura adecuada para un rendimiento eficiente. Como consecuencia, el motor opera de manera menos eficiente, lo que puede reflejarse en un mayor consumo de combustible y una disminución en la potencia.

Además, un motor que no alcanza su temperatura óptima genera problemas en otros sistemas, como el de calefacción del vehículo, que puede no funcionar correctamente. También es posible que el sistema de gestión del motor no logre ajustar adecuadamente la mezcla de combustible y aire, lo que impacta negativamente en las emisiones y en el desgaste de componentes internos.

  • Fluctuación de la temperatura

Cuando el termostato comienza a fallar, uno de los síntomas más comunes es la fluctuación irregular de la temperatura del motor. Según el experto, esto sucede porque el termostato no regula correctamente el flujo de refrigerante, lo que provoca que la temperatura suba y baje de manera impredecible.

En algunos momentos, el motor puede calentarse más de lo normal, mientras que en otros puede enfriarse excesivamente. Esta variabilidad en la temperatura no solo afecta el rendimiento del motor, sino que también puede generar un estrés innecesario en otros componentes del sistema de enfriamiento, como las mangueras y el radiador.

“La fluctuación de la temperatura es un signo claro de que el termostato está funcionando de manera intermitente o está parcialmente bloqueado. Si no se atiende este problema a tiempo, puede provocar daños graves, ya que el motor podría sobrecalentarse en un momento crítico o, por el contrario, no alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento, afectando la eficiencia del vehículo”, subraya Benavides.

  • Aumento en el consumo de combustible

El aumento en el consumo de combustible es uno de los efectos directos cuando el motor no alcanza su temperatura de funcionamiento ideal o se sobrecalienta. En un motor que opera a temperaturas inadecuadas, el sistema de gestión del motor no puede optimizar la mezcla de aire y combustible de manera eficiente, lo que genera un uso excesivo de combustible.

Cuando el motor está más frío de lo necesario, el vehículo suele funcionar en un modo de “calentamiento”, inyectando más combustible del necesario para tratar de compensar la falta de temperatura. Esto no solo aumenta el consumo, sino que también reduce el rendimiento general del motor.

Por otro lado, si el motor se sobrecalienta, la eficiencia también se ve comprometida, ya que el motor debe trabajar más para mantenerse operativo en condiciones no óptimas. Esto provoca una mayor carga sobre los componentes internos y hace que el vehículo consuma más combustible para intentar compensar el exceso de calor.

En ambos casos, ya sea por una temperatura baja o un sobrecalentamiento, se genera un desgaste adicional en el motor y en otros sistemas, lo que incrementa los costos operativos a largo plazo y afecta negativamente la durabilidad del vehículo.

  • Fugas de refrigerante

De acuerdo con el experto, las fugas de refrigerante son una consecuencia común cuando el termostato del vehículo está dañado y no regula adecuadamente el flujo del refrigerante. Un termostato atascado en posición cerrada puede provocar que la presión dentro del sistema de enfriamiento se acumule, ya que el refrigerante no puede circular de manera eficiente hacia el radiador.

Esta presión excesiva termina buscando una vía de escape, lo que generalmente resulta en fugas a través de las mangueras, juntas o incluso en el propio radiador. Las fugas de refrigerante no solo disminuyen el nivel de líquido necesario para mantener la temperatura del motor bajo control, sino que también ponen en riesgo la integridad de otros componentes del sistema de enfriamiento.

Estas fugas pueden pasar desapercibidas al principio, manifestándose como pequeñas manchas de líquido debajo del vehículo o un leve descenso en el nivel de refrigerante. Sin embargo, si no se detectan y reparan a tiempo, las fugas pueden aumentar, comprometiendo seriamente la capacidad del sistema para enfriar el motor.

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  • Testigo de temperatura encendido en el tablero

Cuando el termostato no está funcionando correctamente y no regula la temperatura del motor, el sistema de monitoreo del vehículo puede activar el testigo de temperatura en el tablero. Este indicador de advertencia es una señal clara de que el motor está experimentando problemas con su temperatura de funcionamiento, ya sea porque el termostato está atascado en posición abierta, lo que mantiene al motor frío, o cerrado, lo que provoca un sobrecalentamiento.

En cualquiera de los casos, es fundamental detener el vehículo de manera segura y revisar el sistema de enfriamiento, ya que seguir conduciendo con este indicador encendido puede ocasionar daños significativos al motor.

El testigo de temperatura encendido es una advertencia que no debe ignorarse. Si el motor se sobrecalienta, el calor excesivo puede dañar componentes críticos como la junta de culata, el bloque del motor o el sistema de escape. Incluso si el problema es una temperatura demasiado baja, el motor no funcionará de manera óptima, lo que afectará el consumo de combustible y el rendimiento general.

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