Toyota y Mack: de Aniversario
La emblemática marca de camiones llegó a sus 90 años, y la empresa japonesa cumple seis décadas en el mercado de Latinoamérica.
El Espectador
Sesenta años subiendo montañas
Después de veinte años de haberse creado, Toyota, esa empresa japonesa que abrió sus puertas en 1933 y que antes de producir carros comerciales fabricaba máquinas de coser, decidió atravesar el océano y probar suerte en tierras latinoamericanas.Primero llegó a El Salvador. Después, ante el inminente éxito en ventas en los países del tercer mundo, decidió montar en 1958 una planta en Brasil que sería, sin duda, el comienzo de la conquista de un nuevo mercado. Un año más tarde arribaría a Colombia para, con su Land Cruiser, treparse por las montañas del Eje Cafetero y de la Zona Andina. Es que Toyota, como dice Alfredo Guerra, director ejecutivo de marca, ha acompañado por mucho tiempo a los trabajadores del campo.
Y hoy, cuando acaba de cumplir seis décadas de presencia en la región, se calcula que sus ventas han superado las 300.000 unidades anuales. Y además ha dejado, según cuenta Guerra, “un vínculo con la historia y un vínculo emocional”.
Las memorias de Mack
En 1973, Mack, la reconocida marca estadounidense de camiones, llegó a Colombia para quedarse. Gracias al interés de su fundador Antonio María Pradilla se hizo el primer pedido de diez camiones de la serie AC, los mismos que fueron usados en la Primera Guerra Mundial por los ejércitos ingleses y americanos. En ese entonces, los soldados bautizaron a estos vehículos “Bulldog”, de ahí surgió la idea del emblema de la marca en 1922.Los automotores llegaron a Barranquilla. Su traslado fue todo un desafío logístico debido a que no había carreteras que unieran a la capital del Atlántico con el centro del país. Se embarcaron entonces en una barcaza por el río Magdalena hasta la ciudad de Honda, donde Pradilla y un equipo de mecánicos estaban esperándolos para desarmarlos. Les quitaron el tren de motor, los ejes, la carrocería y las llantas para ponerlos en unas plataformas con dos barras de madera que eran jaladas por cuatro mulas. Así fue como entraron los primeros camiones a Bogotá y luego a diferentes partes del país.
Los propietarios fueron Bavaria y Cementos Samper. El primero los usó como camiones de reparto y el segundo como mezcladoras. Noventa años después, Mack está presente en cuarenta países del mundo y cuenta con trece sucursales en todo el país. Esta vez celebra su aniversario con una nueva vitrina ubicada en la sucursal de Praco Didacol de Chía, en la que se harán promociones, eventos y habrá sorpresas para los clientes.
Sesenta años subiendo montañas
Después de veinte años de haberse creado, Toyota, esa empresa japonesa que abrió sus puertas en 1933 y que antes de producir carros comerciales fabricaba máquinas de coser, decidió atravesar el océano y probar suerte en tierras latinoamericanas.Primero llegó a El Salvador. Después, ante el inminente éxito en ventas en los países del tercer mundo, decidió montar en 1958 una planta en Brasil que sería, sin duda, el comienzo de la conquista de un nuevo mercado. Un año más tarde arribaría a Colombia para, con su Land Cruiser, treparse por las montañas del Eje Cafetero y de la Zona Andina. Es que Toyota, como dice Alfredo Guerra, director ejecutivo de marca, ha acompañado por mucho tiempo a los trabajadores del campo.
Y hoy, cuando acaba de cumplir seis décadas de presencia en la región, se calcula que sus ventas han superado las 300.000 unidades anuales. Y además ha dejado, según cuenta Guerra, “un vínculo con la historia y un vínculo emocional”.
Las memorias de Mack
En 1973, Mack, la reconocida marca estadounidense de camiones, llegó a Colombia para quedarse. Gracias al interés de su fundador Antonio María Pradilla se hizo el primer pedido de diez camiones de la serie AC, los mismos que fueron usados en la Primera Guerra Mundial por los ejércitos ingleses y americanos. En ese entonces, los soldados bautizaron a estos vehículos “Bulldog”, de ahí surgió la idea del emblema de la marca en 1922.Los automotores llegaron a Barranquilla. Su traslado fue todo un desafío logístico debido a que no había carreteras que unieran a la capital del Atlántico con el centro del país. Se embarcaron entonces en una barcaza por el río Magdalena hasta la ciudad de Honda, donde Pradilla y un equipo de mecánicos estaban esperándolos para desarmarlos. Les quitaron el tren de motor, los ejes, la carrocería y las llantas para ponerlos en unas plataformas con dos barras de madera que eran jaladas por cuatro mulas. Así fue como entraron los primeros camiones a Bogotá y luego a diferentes partes del país.
Los propietarios fueron Bavaria y Cementos Samper. El primero los usó como camiones de reparto y el segundo como mezcladoras. Noventa años después, Mack está presente en cuarenta países del mundo y cuenta con trece sucursales en todo el país. Esta vez celebra su aniversario con una nueva vitrina ubicada en la sucursal de Praco Didacol de Chía, en la que se harán promociones, eventos y habrá sorpresas para los clientes.