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En la planta de General Motors Colmotores de Bogotá existe un lugar por el que tienen que pasar desde el presidente de la compañía, el señor Pablo Ross, hasta el más humilde de los empleados. Allí, las jerarquías desaparecen y de una manera lúdica se aprende que el trabajo en equipo es la puerta de entrada para entregarles a los consumidores un auto con los mayores estándares de calidad.
Se trata del Centro de Entrenamiento Simulado (Simulated Work Environment), una idea que nació en el año 2000 en la planta de Lansing de GM en Estados Unidos, después de que el Departamento de Manufactura y Recursos Humanos identificara la necesidad de implementar un sistema que les permitiera mostrar a cada uno de los miembros de la compañía que el compromiso es fundamental para que todos los procesos se lleven a feliz término.
Después de un tiempo de trabajo y de pensar cuál era la mejor forma de cumplir con el objetivo, se llegó a la conclusión de que el camino correcto era diseñar una línea de ensamblaje simulada y que ese sitio no debería ser exclusivo para los operarios de la planta, sino que por él tenían que pasar tanto directivos y cuerpo administrativo, ampliando posteriormente la cobertura a concesionarios y proveedores.
Fue tal éxito, que el ejemplo de Lansing se fue propagando por el mundo y es así como en la actualidad existen, en las diferentes plantas de GM, 40 centros SWE, entre ellos el de Colombia, que fue el número 29 y el primero de habla hispana y de la región andina.
Cómo funciona
Si bien la primera impresión es la de un simple juego, con el correr de los minutos cambia esa percepción. Primero se establece un grupo de trabajo y se definen las misiones específicas de cada miembro. Además, se enseñan los diferentes códigos de la planta, tanto en materia de seguridad como de funcionamiento de la misma.
Y aunque la tarea es montar algunas partes de madera en un carro simulado (luces, emblemas, timón, etc.), se da pie para la imaginación y para pensar que se está frente a un auto de verdad y que cualquier falla podría ir en contra de la compañía.
Los errores son monitoreados por los líderes del equipo y el objetivo del ejercicio es que, al final del día se logre, gracias al mejoramiento continuo, un trabajo perfecto y de alta calidad, que es lo que esperan los clientes de la marca cuando se acercan a un concesionario.
Experimentar en carne propia lo que viven los operarios día a día, les ha servido a las personas capacitadas en la planta de GM-Colmotores, que desde 2005 y hasta la fecha ya supera la cifra de 7.749, entender un poco más la responsabilidad del personal de la planta y conocer más a fondo cómo detrás de la fabricación de un vehículo se esconde un sinnúmero de detalles.
“Todo esto hace parte del Sistema Global de Manufactura y por ello hemos involucrado a nuestros concesionarios y proveedores. En GM se está trabajando fuertemente en el tema de la competitividad y nuestro objetivo es crear clientes para toda la vida. Por eso estamos estandarizando todos nuestros procesos, para que nuestros clientes tengan la misma atención en todas partes”, expresó el señor Pablo Ross.
En 2008, en el SWE, se han capacitado más de 500 personas y la meta es llegar a las 1.900. Desde el momento en que entró en funcionamiento, se ha mantenido la satisfacción de los participantes en un 98%, pero lo más importante, se ha logrado demostrar que el trabajo en equipo y la calidad está por encima de todo.