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La automovilística Volkswagen planea cerrar al menos tres de las diez fábricas que tiene en Alemania y reducir el tamaño del resto, lo que conllevaría la pérdidas de miles de puestos de trabajo, según anunció este lunes el comité de empresa.
“La próxima reunión para las negociaciones salariales es el miércoles, y es un hecho que Volkswagen se encuentra en un punto de inflexión en su historia. La situación es grave, y la responsabilidad de los interlocutores sociales es enorme”, dijo en un comunicado la presidenta del comité de empresa del grupo Volkswagen, Daniela Cavallo.
Desde hace 30 años, el directorio y el sindicato de Volkswagen se habían comprometido a que no se despediría a ninguno de sus ahora 120.000 trabajadores en Alemania por razones operativas. Ahora, el anuncio unilateral del directorio del consorcio ha roto un acuerdo y es la primera confirmación de la delicada situación de la economía alemana que para el año 2025 pronostica un crecimiento del 0,8%.
Los altos costos de la producción y la creciente competencia de China, contra la que Alemania más ha sufrido dentro de los países industriales, parecen complicar la producción alemana.
Según las nuevas normativas europeas por lo menos un 25 % de los autos fabricados por Volkswagen para Europa el próximo año deberán ser eléctricos, pero muchos dudan que el consorcio logre fabricar autos a precios competitivos. Hasta el canciller Scholtz se ha involucrado en intentar frenar los planes de ahorro de una de los consorcios más importantes del país que hace temer que otros lo sigan
Un portavoz del jefe de gobierno de Scholz, que pertenece al partido socialdemócrata, advirtió contra una oleada de despidos.
Negociaciones con los sindicatos
Volkswagen y los sindicatos iniciarán el miércoles una segunda ronda de las negociaciones salariales que comenzaron en septiembre, en un momento convulso para la mayor compañía automovilística europea, que tiene como objetivo endurecer su programa de ahorro.
Desde los sindicatos piden un aumento del 7 % salarial y amenazaron con huelgas -posibles a partir de diciembre- si no se tomaban en consideración sus demandas, mientras que desde la automovilística insisten en la necesidad de reducir costes laborales.
La dirección avisó a la plantilla a principios de septiembre que le faltaban las ventas de 500.000 vehículos en relación al periodo de antes de la pandemia, lo que supone el equivalente a la producción de dos de sus fábricas, en un contexto de competencia en China y una débil demanda de eléctricos.
Además, rescindió varios convenios colectivos en Alemania, entre los que se encontraban la garantía que protegía desde 1994 a los trabajadores contra el despido por razones de empresa y que inicialmente estaba vigente hasta 2029.
Con este movimiento, el grupo dio un paso más para endurecer su programa de ahorro, por el que prevé reducir sus costes hasta 2026 en al menos 10.0000 millones y en el que ya no descarta realizar despidos o cerrar fábricas.
Volkswagen, que presentará sus cuentas de los nueve primeros meses del año el próximo miércoles, vendió un 7,1 % menos de unidades en el tercer trimestre del año debido a la caída de la demanda en China y también en el resto de la región de Asia-Pacífico.