Volvo C40 Recharge en Colombia: una camioneta cero emisiones y de 400 caballos
El deportivo con cuerpo SUV de los suecos ya rueda en el país. Características, precios y sensaciones de manejo. Reseña
Nicolás Fernández
Volvo será una marca 100 % eléctrica en 2030. Es decir, el fabricante de vehículos prémium, que hoy maneja una de las propuestas más sólidas y con mayor personalidad en la industria —en lo que se refiere a ese juego entre impresiones ópticas y de manejo— abandona la gasolina, el combustible fósil, con el fin de reemplazar cientos de kilos de acero y aluminio en el motor; para adoptar casi la misma cantidad, o más, en baterías y pequeños motores compuestos de litio, cobre y cobalto, entre otros.
Pero Volvo no se queda ahí. La propuesta es, por lo menos, ambiciosa. Los suecos dicen adiós al cuero y con C40, su primer eléctrico fabricado de cero, dan la bienvenida a materiales sin nombre, que encajan en el término “reciclables”, en donde hay mezclas y piezas basadas en corcho, madera e incluso plásticos PET para el salpicadero y las puertas.
Lo que la marca no abandona es su propuesta. Esa idea aparentemente bien materializada entre, básicamente, lo que debe ser un carro. Seguridad, comodidad, desempeño y, por supuesto, buenas impresiones al tacto y en la habitabilidad.
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Tampoco ese concepto tan relativo al segmento prémium como lo es el desempeño. Sí, la facilidad de hacer un adelanto en carretera o la confianza en la reactividad del pedal izquierdo. Esto, en el mundo eléctrico, está presente hasta en los modelos más asequibles y los de mayor gama elevan las cifras, los caballos, los newton-metro, a un nivel donde hay que limitar las velocidades máximas a favor de la seguridad y el rendimiento de la batería.
El C40 es el primer vistazo del futuro cercano de Volvo. Un producto muy cercano al compacto XC40 cero emisiones, que difiere en su estética y equipo, pero expone las virtudes de la casa con sede en Gotemburgo.
Siempre deportivo
Con poco esfuerzo, basta oprimir el acelerador del C40 para que el conjunto motor entregue, de inmediato, 660 Nm de torque. Es un deportivo elevado y con carrocería SUV, al que su batería, de iones de litio y 78 kWh, suma 408 caballos de potencia en una tracción integral.
Son las cifras de un deportivo que en la práctica se traducen en alcanzar los 100 km/h de cero en 4,7 segundos, mientras que 2,8 le bastan para dar ese salto relacionado a la carretera entre los 80 y los 120 km/h. La suspensión es tan rígida como lo indican estos números.
Claro, vale la pena señalar que la velocidad máxima está limitada a los 180 km/h, aunque esto no represente una mayor preocupación en la mayoría, si no la totalidad, de escenarios posibles en la geografía colombiana.
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Al volante las sensaciones son las de un deportivo, siendo una configuración de volante rígido ante las aceleraciones prolongadas y pedales reactivos, precisos y acertados tanto en aceleración como en frenada.
En este punto no sobra decir que a mayor exigencia, menor autonomía, pues, por lo general, los eléctricos, a diferencia de los carros que funcionan con gasolina o diésel, tienden a consumir —si vale el verbo para esta tecnología— más energía en carretera que en ciudad. Al parecer se esfuerzan más en velocidades constantes que en las que se combinan con desaceleraciones, aunque en estas últimas pueden recargar sus baterías.
Ahora bien, el fabricante indica una autonomía máxima de 440 kilómetros, en donde la palabra “máximo” es acertada, pues en la prueba fue de hasta 350. Claro, al igual que sus antepasados a gasolina y diésel, su gasto energético depende de las condiciones geográficas y de manejo.
Siempre prémium
El interior del C40 demuestra prolijidad y buen aprovechamiento de los espacios. A decir verdad, aunque la tarjeta señale una capacidad para cinco pasajeros, cuatro estarán realmente cómodos, pues hay túnel de transmisión.
El ajuste de los asientos es adecuado y la calidad de la pantalla digital en el panel de instrumentos (12,3”) y la multimedia (9”) es más que prolija. Aunque, a la primera parece faltarle alguna facilidad o aplicativo, pues solo proyecta velocidad, gasto energético y el mapa, siempre y cuando esté conectado a una red.
Hay un maletero bajo el capó con 31 litros de capacidad y otro, llamémoslo tradicional, que permite hasta 413. El corte cupé, quizá su mayor diferencia visual al XC40 Recharge, limita la visibilidad del conductor y no tiene un limpiabrisas, aunque esto no representa un mayor problema en la práctica.
Su techo es un cristal oscuro al que poco calor atraviesa aun en días soleados. Una ventaja para quienes buscan habitáculos iluminados, pues no tiene cortinilla ni algo que la cubra.
Siempre Volvo
El C40 es un referente en seguridad, o eso indican las pruebas del IIHS, las cuales lo catalogan como Top Safety Picks+ 2022, en donde resaltan sus pilares de seguridad, innovación, tecnología y sostenibilidad.
Aquí aterriza su sistema City Safety, en el que se encuentran tecnologías de reconocimiento de peatones, ciclistas, vehículos, animales o demás objetos que puedan generar una colisión, por lo que aplica un frenado automático.
También posee cámara de 360 grados, alertas de cambio de carril, de tráfico cruzado, de control crucero adaptativo con seguimiento al vehículo que se encuentre adelante, entre tantas asistencias en las que los suecos son más que referentes.
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El C40 es la cara más deportiva de la nueva ola eléctrica de Volvo. Un producto basado en el aprovechamiento de materiales, que no emite gases contaminantes y promete la longevidad de los modelos tradicionales. Su precio, en noviembre de 2022, es de $310’000.000.
Volvo será una marca 100 % eléctrica en 2030. Es decir, el fabricante de vehículos prémium, que hoy maneja una de las propuestas más sólidas y con mayor personalidad en la industria —en lo que se refiere a ese juego entre impresiones ópticas y de manejo— abandona la gasolina, el combustible fósil, con el fin de reemplazar cientos de kilos de acero y aluminio en el motor; para adoptar casi la misma cantidad, o más, en baterías y pequeños motores compuestos de litio, cobre y cobalto, entre otros.
Pero Volvo no se queda ahí. La propuesta es, por lo menos, ambiciosa. Los suecos dicen adiós al cuero y con C40, su primer eléctrico fabricado de cero, dan la bienvenida a materiales sin nombre, que encajan en el término “reciclables”, en donde hay mezclas y piezas basadas en corcho, madera e incluso plásticos PET para el salpicadero y las puertas.
Lo que la marca no abandona es su propuesta. Esa idea aparentemente bien materializada entre, básicamente, lo que debe ser un carro. Seguridad, comodidad, desempeño y, por supuesto, buenas impresiones al tacto y en la habitabilidad.
Más de Autos: Estos son los carros usados más vendidos en Colombia
Tampoco ese concepto tan relativo al segmento prémium como lo es el desempeño. Sí, la facilidad de hacer un adelanto en carretera o la confianza en la reactividad del pedal izquierdo. Esto, en el mundo eléctrico, está presente hasta en los modelos más asequibles y los de mayor gama elevan las cifras, los caballos, los newton-metro, a un nivel donde hay que limitar las velocidades máximas a favor de la seguridad y el rendimiento de la batería.
El C40 es el primer vistazo del futuro cercano de Volvo. Un producto muy cercano al compacto XC40 cero emisiones, que difiere en su estética y equipo, pero expone las virtudes de la casa con sede en Gotemburgo.
Siempre deportivo
Con poco esfuerzo, basta oprimir el acelerador del C40 para que el conjunto motor entregue, de inmediato, 660 Nm de torque. Es un deportivo elevado y con carrocería SUV, al que su batería, de iones de litio y 78 kWh, suma 408 caballos de potencia en una tracción integral.
Son las cifras de un deportivo que en la práctica se traducen en alcanzar los 100 km/h de cero en 4,7 segundos, mientras que 2,8 le bastan para dar ese salto relacionado a la carretera entre los 80 y los 120 km/h. La suspensión es tan rígida como lo indican estos números.
Claro, vale la pena señalar que la velocidad máxima está limitada a los 180 km/h, aunque esto no represente una mayor preocupación en la mayoría, si no la totalidad, de escenarios posibles en la geografía colombiana.
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Al volante las sensaciones son las de un deportivo, siendo una configuración de volante rígido ante las aceleraciones prolongadas y pedales reactivos, precisos y acertados tanto en aceleración como en frenada.
En este punto no sobra decir que a mayor exigencia, menor autonomía, pues, por lo general, los eléctricos, a diferencia de los carros que funcionan con gasolina o diésel, tienden a consumir —si vale el verbo para esta tecnología— más energía en carretera que en ciudad. Al parecer se esfuerzan más en velocidades constantes que en las que se combinan con desaceleraciones, aunque en estas últimas pueden recargar sus baterías.
Ahora bien, el fabricante indica una autonomía máxima de 440 kilómetros, en donde la palabra “máximo” es acertada, pues en la prueba fue de hasta 350. Claro, al igual que sus antepasados a gasolina y diésel, su gasto energético depende de las condiciones geográficas y de manejo.
Siempre prémium
El interior del C40 demuestra prolijidad y buen aprovechamiento de los espacios. A decir verdad, aunque la tarjeta señale una capacidad para cinco pasajeros, cuatro estarán realmente cómodos, pues hay túnel de transmisión.
El ajuste de los asientos es adecuado y la calidad de la pantalla digital en el panel de instrumentos (12,3”) y la multimedia (9”) es más que prolija. Aunque, a la primera parece faltarle alguna facilidad o aplicativo, pues solo proyecta velocidad, gasto energético y el mapa, siempre y cuando esté conectado a una red.
Hay un maletero bajo el capó con 31 litros de capacidad y otro, llamémoslo tradicional, que permite hasta 413. El corte cupé, quizá su mayor diferencia visual al XC40 Recharge, limita la visibilidad del conductor y no tiene un limpiabrisas, aunque esto no representa un mayor problema en la práctica.
Su techo es un cristal oscuro al que poco calor atraviesa aun en días soleados. Una ventaja para quienes buscan habitáculos iluminados, pues no tiene cortinilla ni algo que la cubra.
Siempre Volvo
El C40 es un referente en seguridad, o eso indican las pruebas del IIHS, las cuales lo catalogan como Top Safety Picks+ 2022, en donde resaltan sus pilares de seguridad, innovación, tecnología y sostenibilidad.
Aquí aterriza su sistema City Safety, en el que se encuentran tecnologías de reconocimiento de peatones, ciclistas, vehículos, animales o demás objetos que puedan generar una colisión, por lo que aplica un frenado automático.
También posee cámara de 360 grados, alertas de cambio de carril, de tráfico cruzado, de control crucero adaptativo con seguimiento al vehículo que se encuentre adelante, entre tantas asistencias en las que los suecos son más que referentes.
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El C40 es la cara más deportiva de la nueva ola eléctrica de Volvo. Un producto basado en el aprovechamiento de materiales, que no emite gases contaminantes y promete la longevidad de los modelos tradicionales. Su precio, en noviembre de 2022, es de $310’000.000.