XC60, y el futuro de la conducción
La nueva SUV de Volvo ofrece un vistazo a lo que será la conducción autónoma en un par de años. Sistemas capaces de controlar la camioneta en movimiento, con supervisión, ofrecen un sentimiento de seguridad nunca antes visto.
Esteban Dávila Náder / @EstebanDN
Volvo lanzó en Colombia la nueva versión de su ya prestigiosa XC60, la que sería su nuevo caballito de batalla para la región latinoamericana. La presentación hecha en Cartagena no solo es una muestra de la confianza que los suecos tienen en el país, también es una primera prueba de lo que será el futuro de la conducción: segura y autónoma.
Se trata de una SUV muy esperada por el público mundial, inicialmente lanzada en el Salón del Automóvil de Ginebra tras una amplia campaña de expectativa, y que llegó primero a Colombia y a América Latina que a Estados Unidos. Es el siguiente paso en el proceso de transformación que Volvo ha llevado a cabo en los últimos siete años, comenzando por el cambio de plataformas, la renovación de sus motores y el refuerzo a los sistemas de seguridad activa.
Proceso que durante los últimos dos años tuvo como enfoque la línea 90 y que ahora llega pisando fuerte a los modelos 60, comenzando por este utilitario, que descresta desde el primer vistazo.
Hay que aclarar que la XC60 tiene tres looks diferentes. La más elegante, de la que llegan unidades limitadas al país, es la Inscription, que viene cargada de acabados exteriores cromados en la parrilla, las manijas de las puertas, los espejos y los contornos de las ventanas. Varios de estos detalles pasan a negro para la versión R-Design, que llega con un ADN más deportivo, aunque algunos se pierden para el modelo Momentum, de entrada, que trae los espejos del mismo color de la carrocería.
También varían los rines, que en el modelo básico son de 18” de aluminio, mientras que en las siguientes son de 19”, negros para R-Design y cromados para Inscription. Al interior, la primera incluye asientos en cuero de color beige, mientras que los de la segunda son completamente deportivos.
Así mismo, los motores cambian de una versión a otra. Momentum, para comenzar, es la única con bloques D4 a diésel, a 190 caballos y 400 nM de torque. Además, esta y la R-Design comparten el T5 a gasolina, con 254 caballos y 350 nM de torque, mientras que las tres versiones usan el T6, también a gasolina, que produce 320 caballos y 400 nM de torque. La versión intermedia también equipa el motor híbrido T8, capaz de generar 407 caballos de fuerza en total.
Sin embargo, no son pocas las cosas que se mantienen en las tres versiones. Para comenzar está la caja automática de ocho velocidades, con levas en el volante para los más puristas, a la que le siguen el control de estabilidad y de tracción (pues esta funciona permanentemente) y la suspensión activa y dinámica.
Otro rasgo que se mantiene sin importar la versión es el del equipamiento de seguridad, sin duda el más impresionante de la SUV. Después de todo, el objetivo de Volvo para 2020 es que no haya ningún muerto o herido en los accidentes que involucren uno de sus vehículos. Y lo van a cumplir gracias a los sistemas de sensores, radares y de conducción semiautónoma que incluyeron en la XC60 con el nombre de sistema Intellisafe.
Destacan el mecanismo Citysafety, que frena automáticamente al detectar un obstáculo cercano, tomando control del volante y los pedales; el control de crucero adaptativo, que solo maneja estos últimos para mantener una distancia predeterminada por el conductor con respecto al carro de adelante (muy útil para los trancones citadinos); y el Lane Keeping Aid, que se activa cuando siente que la camioneta se sale de su carril.
Sin embargo, ninguno es tan impresionante como el Pilot Assist. Al igual que el control de crucero, este se activa desde el volante y toma el dominio de la dirección, con lo que la camioneta se maneja sola en velocidades de hasta 130 km/h. Aunque al inicio de la prueba de manejo se duda antes de quitar las manos del timón, el sistema funciona a la perfección (solo en carreteras con líneas bien demarcadas). Eso sí, hay que volver a ponerlas cada 20 segundos, para recordarle al auto quién es el que manda.
Los sensores de cercanía, de punto ciego y el sistema de parqueo automático (que funciona en paralelo y perpendicular), también se agradecen y se controlan desde el panel de instrumentos detrás del volante. Esta no es la única pantalla del vehículo. Otra vertical de 9” separa al piloto y al copiloto mientras cumple funciones de infoentretenimiento gracias al sistema Sensus, muy intuitivo y fácil de manejar. Este, además, incluye las opciones de Apple Carplay y Android Auto para conectividad con smartphones.
Ese mismo separador, con acabados muy elegantes, incluye la perilla de encendido y el botón de selección de modo de manejo (Off-Road, Eco, Confort, Dynamic e Individual). Con todo, la XC60 está entre los $180 y los $265 millones, precios que, por la seguridad imperturbable que se siente al manejar, son más que justos.
*Por invitación de Volvo Colombia.
Volvo lanzó en Colombia la nueva versión de su ya prestigiosa XC60, la que sería su nuevo caballito de batalla para la región latinoamericana. La presentación hecha en Cartagena no solo es una muestra de la confianza que los suecos tienen en el país, también es una primera prueba de lo que será el futuro de la conducción: segura y autónoma.
Se trata de una SUV muy esperada por el público mundial, inicialmente lanzada en el Salón del Automóvil de Ginebra tras una amplia campaña de expectativa, y que llegó primero a Colombia y a América Latina que a Estados Unidos. Es el siguiente paso en el proceso de transformación que Volvo ha llevado a cabo en los últimos siete años, comenzando por el cambio de plataformas, la renovación de sus motores y el refuerzo a los sistemas de seguridad activa.
Proceso que durante los últimos dos años tuvo como enfoque la línea 90 y que ahora llega pisando fuerte a los modelos 60, comenzando por este utilitario, que descresta desde el primer vistazo.
Hay que aclarar que la XC60 tiene tres looks diferentes. La más elegante, de la que llegan unidades limitadas al país, es la Inscription, que viene cargada de acabados exteriores cromados en la parrilla, las manijas de las puertas, los espejos y los contornos de las ventanas. Varios de estos detalles pasan a negro para la versión R-Design, que llega con un ADN más deportivo, aunque algunos se pierden para el modelo Momentum, de entrada, que trae los espejos del mismo color de la carrocería.
También varían los rines, que en el modelo básico son de 18” de aluminio, mientras que en las siguientes son de 19”, negros para R-Design y cromados para Inscription. Al interior, la primera incluye asientos en cuero de color beige, mientras que los de la segunda son completamente deportivos.
Así mismo, los motores cambian de una versión a otra. Momentum, para comenzar, es la única con bloques D4 a diésel, a 190 caballos y 400 nM de torque. Además, esta y la R-Design comparten el T5 a gasolina, con 254 caballos y 350 nM de torque, mientras que las tres versiones usan el T6, también a gasolina, que produce 320 caballos y 400 nM de torque. La versión intermedia también equipa el motor híbrido T8, capaz de generar 407 caballos de fuerza en total.
Sin embargo, no son pocas las cosas que se mantienen en las tres versiones. Para comenzar está la caja automática de ocho velocidades, con levas en el volante para los más puristas, a la que le siguen el control de estabilidad y de tracción (pues esta funciona permanentemente) y la suspensión activa y dinámica.
Otro rasgo que se mantiene sin importar la versión es el del equipamiento de seguridad, sin duda el más impresionante de la SUV. Después de todo, el objetivo de Volvo para 2020 es que no haya ningún muerto o herido en los accidentes que involucren uno de sus vehículos. Y lo van a cumplir gracias a los sistemas de sensores, radares y de conducción semiautónoma que incluyeron en la XC60 con el nombre de sistema Intellisafe.
Destacan el mecanismo Citysafety, que frena automáticamente al detectar un obstáculo cercano, tomando control del volante y los pedales; el control de crucero adaptativo, que solo maneja estos últimos para mantener una distancia predeterminada por el conductor con respecto al carro de adelante (muy útil para los trancones citadinos); y el Lane Keeping Aid, que se activa cuando siente que la camioneta se sale de su carril.
Sin embargo, ninguno es tan impresionante como el Pilot Assist. Al igual que el control de crucero, este se activa desde el volante y toma el dominio de la dirección, con lo que la camioneta se maneja sola en velocidades de hasta 130 km/h. Aunque al inicio de la prueba de manejo se duda antes de quitar las manos del timón, el sistema funciona a la perfección (solo en carreteras con líneas bien demarcadas). Eso sí, hay que volver a ponerlas cada 20 segundos, para recordarle al auto quién es el que manda.
Los sensores de cercanía, de punto ciego y el sistema de parqueo automático (que funciona en paralelo y perpendicular), también se agradecen y se controlan desde el panel de instrumentos detrás del volante. Esta no es la única pantalla del vehículo. Otra vertical de 9” separa al piloto y al copiloto mientras cumple funciones de infoentretenimiento gracias al sistema Sensus, muy intuitivo y fácil de manejar. Este, además, incluye las opciones de Apple Carplay y Android Auto para conectividad con smartphones.
Ese mismo separador, con acabados muy elegantes, incluye la perilla de encendido y el botón de selección de modo de manejo (Off-Road, Eco, Confort, Dynamic e Individual). Con todo, la XC60 está entre los $180 y los $265 millones, precios que, por la seguridad imperturbable que se siente al manejar, son más que justos.
*Por invitación de Volvo Colombia.