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Cumplir y resaltar. XC90 es el buque insignia de Volvo. En ese imponente cuerpo de 4.953 mm de largo (2.140 mm de ancho y 1.767 de alto) los suecos reúnen, exponen y conjugan sus bondades. Sí, es un crisol de su estilo. Es, en gran tamaño, la materialización de su propuesta.
Y es tan imponente como sobria. El fabricante no apuntó a lo llamativo. En su camioneta de mayor tamaño en todo el globo evitan, en su exterior, lo ostentoso. Claro, es un producto prémium y en medio del tráfico, en la carretera, resalta. Sin embargo, denota tanto lujo como ese aire mesurado que concentran la mayoría de los productos de la marca. Aquel ADN que hoy replican aún sus modelos de entrada.
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En su interior, el objetivo durante su concepción es clave. Hay confort. Una comodidad superlativa en hasta las siete plazas que puede albergar, partiendo por piloto y copiloto, con calefacción y ventilación de las sillas. Abarcando una insonorización de primer nivel, acorde a su segmento, junto a un sistema multimedia (pantalla vertical de 9”) firmado por Harman Kardon, pero donde se extraña la conectividad inalámbrica con dispositivos Apple.
Bajo el capó, o, mejor, dentro de su estructura, el tren motor T8, el más propositivo de Volvo, pues potencia el trabajo de un motor turbocargado de cuatro cilindros, gracias a la asistencia eléctrica de una batería de iones de litio de 18,8 kWh. ¿El resultado? Volvo XC90 Recharge Ultimate T8 es, en enero de 2024, un híbrido enchufable de largo rango. Así, al fabricante no le basta con cumplir, sino que resalta, al punto de ser referente.
Al volante
En síntesis, lo que la persona al volante desee conducir. XC90 T8 puede ser un vehículo confortable en ciudad, a velocidades moderadas, aunque con una leve tosquedad en aquellos reductores y huecos que hacen parte de la malla vial de ciudades como Bogotá. Claro, esto varía según el modo de manejo, pues su suspensión (de doble horquilla con amortiguadores hidráulicos con barra estabilizadora adelante y atrás con puente integral y barra de compuesto transversal) cuenta con amortiguadores eléctricos que se ajustan a los modos de conducción (deportivo, eco, Pure (eléctrico), normal).
Puede ser adecuado, en lo urbano, porque es un híbrido de largo rango. Con su carga completa, entrega hasta 77 kilómetros de autonomía, usando la energía eléctrica para moverse, mientras se alimenta de esta al reducir la velocidad gracias a su frenado regenerativo.
Es lo que se requiera y para esto su motor de 2.0 litros entrega 317 caballos de potencia y un torque de 400 Nm, mientras que el eléctrico ofrece 145 Hp y hasta 309 Nm. En total, son 462 caballos y 709 Nm. Ideal para el adelanto en carretera y fiable en la mayoría de las geografías.
Fiable, por supuesto, en seguridad, porque Volvo es un sinónimo de equipo y tecnología para la protección de sus usuarios, los ocupantes de sus vehículos. Por esto no es sorpresa que XC90 obtuviera la calificación Top Safety Pick + del IIHS (Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras de Estados Unidos).
Entre su equipo resaltan siete bolsas de aire, asistentes de frenado de emergencia, monitoreo de presión de las llantas, protección contra latigazo cervical, asistencia de mantenimiento de carril, el paquete City Safety propio del fabricante y, por mucho, el control crucero adaptativo más acertado del mercado colombiano.
Sobre los consumos, bien: en modo eléctrico el gasto de gasolina siempre será cero. Al funcionar de forma híbrida, durante la prueba, entre los 1.000 y los 1.500 m. s. n. m., fue de 60 km/gal en carretera. En ciudad, con esta última circunstancia, la cifra fue de 42 km/gal.
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XC90 Ultimate Recharge T8 es un referente del segmento. Un cúmulo de bondades que se inclina hacia sobriedad para hacerse un espacio en el segmento. Su precio, en enero de 2024, es de $424’990.000.
