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En medio de una labor de inspección en los distintos proyectos de infraestructura financiados con recursos públicos, la Contraloría separó 62 obras inconclusas que requieren acompañamiento y una veeduría rigurosa. El ente de control aseguró que se encuentra recolectando información suministrada por las administraciones de 42 municipios para conocer el nivel de avance de los trabajos y la forma en la que se han desembolsado los recursos durante su desarrollo.
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En el seguimiento que se realiza dos veces al año se ha logrado, con un trabajo conjunto de la Comisión Regional de Moralización Bogotá - Cundinamarca, liderada por el contralor departamental Carlos Wilches, revisar con las entidades los inconvenientes presentados para poder realizar los ajustes necesarios.
En las 62 obras hay un total de $124.125.219.646 millones comprometidos que, de no hacerse un control riguroso por parte de la Controlaría de Cundinamarca, podrían perderse. En los proyectos que están siendo monitoreados se encuentran proyectos de vivienda de interés social, sistemas de acueducto y alcantarillado, aulas educativas y áreas de servicio de salud.
El municipio con la mayor cantidad de recursos comprometidos es Apulo, con un total de $3.115.829.005,00 que, irónicamente, fueron invertidos en una sola obra que se encuentra inconclusa y la cual, al parecer, consiste en la construcción de viviendas de interés social. En la segunda posición de la lista está Arbeláez, con dos obras inconclusas por un valor de $147.398.715 y $150.592.000 millones cada una. Luego sigue Carrapí, con cuatro obras en riesgo de convertirse en elefantes blancos, y cuya cuantía total suma los $509.642296 millones. El listado completo ha sido subido por la Contraloría en su página web oficial.
Se espera que en las próximas semanas, con base en la información recopilada por el ente de control, se dispongan de medidas administrativas para los proyectos que, en el transcurso de su ejecución, presenten algún tipo de irregularidad.
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