Las obras constan de la instalación de nuevas válvulas en el sistema, como parte del plan de modernización de la línea Tibitoc-Casablanca, además del traslado de redes para darle paso a las estructuras que sostendrán el metro.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
Racionamiento, abastecimiento y embalse son palabras que se incorporaron al argot cotidiano de la capital, gracias a una crisis hídrica que persiste. Con un flujo de lluvias intenso, pero lejos de las fuentes que nos abastecen, todos los pronósticos fatalistas sobre las restricciones al consumo del recurso hídrico se cumplieron. Bogotá no solo cerró este año con un ciclo de racionamiento estricto, sino que, además, las expectativas plasmadas en el horizonte no son del todo claras. A pesar las acciones administrativas de los órganos...
Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com