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Fue una semana difícil en materia de seguridad para Bogotá y un comienzo de gobierno nada amigable con el nuevo inquilino del Palacio del Liévano. Poco después de superar la crisis ambiental por los incendios forestales en los cerros, una ola de inseguridad plagada de hurtos, extorsiones y balaceras se abalanzó sobre la ciudad.
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Tal es la magnitud del caos, que el director nacional de la Policía, William René Salamanca, llevó a cabo un consejo de seguridad extraordinario la mañana del viernes, para evaluar la concentración de acciones con el Distrito para enfrentar la problemática. Después de dicha reacción, el alcalde Carlos Fernando Galán anunció que 700 efectivos adicionales reforzarán la ciudad y, en específico, el plan candado con el cual se quiere cortar el flujo de la delincuencia en Bogotá.
“Precisamente ese esfuerzo por fortalecer lo que se está haciendo, va a llevar a que tengamos 700 efectivos de la policía adicionales para distribuirlos estratégicamente, para fortalecer el Plan Candado que se va a realizar en diferentes puntos, tendremos dos helicópteros adicionales para Bogotá, drones, entre otras cosas”, sostuvo.
Estos refuerzos ocuparán zonas estratégicas de Bogotá como parques, Transmilenio, restaurantes, entornos escolares y comercio en general. Asimismo, después de la reunión, el mandatario afirmó que se efectuará un plan de recompensas diferencial y focalizado; al igual que elementos de última tecnología como drones, cámaras, captores biométricos y ciber-patrullajes. Del mismo modo, el alcalde pidió a la ciudadanía continuar con los protocolos de denuncia frente a cualquier acto delictivo, y el fortalecimiento de las redes ciudadanas de seguridad.
Durante las declaraciones, el alcalde hizo valer, por primera vez desde que dirige la ciudad, el espejo retrovisor respecto al legado que recibió de Claudia López en materia de seguridad. Yo tenía clarísimo desde el primer momento que ese era el principal problema que íbamos a enfrentar en la ciudad: la seguridad. Por eso, desde el primer momento iniciamos la implementación de una nueva estrategia operativa que cambió muchas cosas en Bogotá; cosas que tienen que ver cómo operan la policía, los cuadrantes, temas de grupos de reacción inmediata”, explicó el mandatario.
Esta idea fue reforzada vía X, mediante un trino en el que Galán reaccionó a una publicación que daba cuenta del reproche a su antecesora. “Recibimos una ciudad cansada y con miedo. Lo sabíamos desde la campaña: la seguridad siempre estuvo en el centro de la discusión. Ahora nos corresponde construir soluciones para que la ciudad recupere la seguridad y la gente vuelva a estar tranquila. No vamos a descansar”.
Ahora, más allá de las habituales discusiones entre los políticos y la sucesión en el mando, habrá que revisar si en el curso de la semana entrante, tanto los refuerzos, como las nuevas directrices en materia de seguridad, dan un respiro a los capitalinos.
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