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En plena discusión de su plan de desarrollo en mayo pasado, el alcalde Enrique Peñalosa sorprendió con una propuesta que obtuvo el guiño del Concejo Distrital: que los conductores que quieran saltarse el pico y placa paguen una tarifa que, aunque no ha sido tasada de forma oficial, rondaría los $4 millones al año.
Buscando definir las posibles modificaciones que sufriría la medida, así como sus impactos en materia económica y para la movilidad, este viernes se confirmó que el mandatario será citado a un debate de control político en el Concejo de la capital.
Según el concejal citante, Daniel Palacios (Centro Democrático), la discusión pretende determinar si el Distrito está estudiando extender el horario de pico y placa en Bogotá, así como precisar el monto que deberían pagar quienes pretendan estar exentos de la restricción. Cómo se realizaría ese pago y desde cuándo estaría en firme son otros de los cuestionamientos.
“Se propone a la Administración que estudie la posibilidad de extender la restricción del pico y placa para todo el día a los más de 200 mil vehículos que hoy transitan en la capital, pero que están matriculados en otras ciudades. Ello teniendo en cuenta que estos automotores no aportan al mantenimiento ni desarrollo de la malla vial de Bogotá”, agregó Palacios.
Entre otras, también se definirá si la Administración contempla alguna modificación al pico y placa que rige para taxis y vehículos de servicio público. A la discusión también están citados el secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, y el director de la Policía de Tránsito de Bogotá, general Ramiro Castrillón.
Aunque no hay fecha definida para el debate, el concejal Palacios prevé que la discusión pueda realizarse la próxima semana en el Cabildo Distrital.
En junio pasado, la iniciativa del Distrito de cobrarle a los ciudadanos que quieran evitar el pico y placa comenzó a tomar forma. Juan Pablo Bocarejo, secretario de Movilidad, esbozó el modelo de control sobre los vehículos que podrían circular libremente. Éste se hará por medio de un chip que se instalaría en el vidrio panorámico de los automotores cuyos dueños hayan pagado por la exención.
Sin embargo, la medida no ha estado exenta de la polémica, pues muchos la han calificado de segregadora de los ciudadanos por sus condiciones económicas, mientras el Distrito la defendió diciendo que lo recaudado se invertirá en mejoras para el transporte público, y que quienes tienen ventajas económicas finalmente se saltaban el pico y placa comprando un segundo carro.