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En medio de la cruzada contra el crimen organizado en Bogotá que libran las autoridades, la Fiscalía logró una importante imputación de cargos en las últimas horas. Doce presuntos integrantes de la banda delincuencial, “Los Maracuchos”, fueron enviados a prisión, sindicados de actos infames como la tortura y el homicidio.
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Con base en la acción y conclusiones investigativas del ente acusados, se permitió asociar a los 12 detenidos con la ejecución de delitos como el tráfico de estupefacientes, el homicidio selectivo, y la tortura, en varias localidades de Bogotá. Una vez se obtuvieron las pruebas necesarias, los 12 procesados fueron capturados en operativos simultáneos en Los Mártires, Rafael Uribe Uribe y Kennedy, en Bogotá; en Chinauta (Cundinamarca) y en Villavicencio (Meta).
Durante las diligencias judiciales, además de las capturas, se incautaron armas de fuego, dosis de estupefacientes, y otros elementos de prueba que la Fiscalía uso para imputar a los detenidos.
Entre los investigados están Germán Iván Cataño Mosquera, alias El Viejo, uno de los presuntos cabecillas principales de ‘Los Maracuchos’, quien impartiría las órdenes criminales desde Villavicencio (Meta); y Reinaldo de Jesús Hernández Bonelt, alias El Diablo, posible jefe de sicarios.
Estas personas, al parecer, coordinaban la venta de sustancias ilícitas al menudeo en pagadiarios, zonas de tolerancia y con la facha de vendedores informales en los barrios Santa Fe y Samper Mendoza de la localidad de Los Mártires; y en El Amparo, en Kennedy.
De acuerdo con el sumario que ampara la investigación, estas personas habrían comenzado una sangrienta disputa con otros actores del crimen con el fin de mantener el control de las actividades criminales anteriormente descritas. La guerra sin cuartel, de acuerdo con información de la Fiscalía, habría dejado seis muertes violentas durante el último año.
Pero incluso los elementos de prueba recopilados por los investigadores indican que las víctimas fueron trasladadas a diferentes inmuebles, sometidas a tratos inhumanos y degradantes, y atacadas con armas cortopunzantes y de fuego.
Posteriormente, los cuerpos fueron envueltos en bolsas plásticas y abandonados en vía pública. Por estos hechos, una fiscal de la Unidad Especial de Apoyo (EDA) de la Seccional Bogotá imputó a los 12 procesados, de acuerdo con su posible responsabilidad, los delitos homicidio agravado, tortura, concierto para delinquir agravado; fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones; y fabricación, tráfico o porte de estupefacientes.
A pesar del grueso material probatorio, los 12 detenidos optaron por no aceptar cargos, por lo cual comenzará un proceso judicial en su contra que permita corroborar su culpabilidad en los delitos imputados. Mientras esto ocurre, un juez de control de garantías envío a los detenidos a prisión.
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