A la espera de la condena: dos años del feminicidio de Ana María Castro
El Espectador recopiló los hechos de los dos años de recorrido del caso que pasó de ser una “extraña muerte” a un caso de feminicidio a la espera de sentencia.
Fernan Fortich
El pasado 18 de febrero se esperaba conocer la lectura de la sentencia en contra de Paul Naranjo y Julián Ortegón, condenados como coautores del feminicidio de Ana María Castro ocurrido el pasado 5 de marzo de 2020 y cuyo caso cumple dos años este fin de semana.
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El pasado 18 de febrero se esperaba conocer la lectura de la sentencia en contra de Paul Naranjo y Julián Ortegón, condenados como coautores del feminicidio de Ana María Castro ocurrido el pasado 5 de marzo de 2020 y cuyo caso cumple dos años este fin de semana.
La audiencia, que fue aplazada por la defensa Ortegón —quien argumentó la necesidad de más tiempo para apelar la decisión, a pesar de que en diciembre pasado se conoció el sentido del fallo— será el próximo 10 de marzo cuando se reanude la diligencia judicial y se conozca la sentencia.
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En entrevista con El Espectador, Nidia Romero, mamá de Ana María, señaló que espera que se ratifique la condena que deben pagar Naranjo y Ortegón. “Todo el tiempo he pensado que las pruebas son claras y demuestran un crimen sin señalar exactamente a ninguno de ellos, pero Ana María estaba con tres personas”, dijo.
Así ocurrieron los hechos
La muerte de Ana María Castro generó inicialmente confusión entre los familiares de la víctima y las autoridades que intentaban dilucidar lo que había ocurrido. Las versiones iniciales indican que Castro salió de su casa alrededor de las 4:30 p.m. del cuatro de marzo, diciéndole a su madre que iba a verse con Paul Naranjo, un nombre que su madre venía escuchando meses atrás.
Al encuentro, en el que estuvieron tomando bebidas alcohólicas en los bares de la zona rosa de la calle 116, asistieron varios amigos y conocidos de Ana María, como Mateo Reyes y Paula Ramírez. Según contó Paul Naranjo, durante la noche tuvo una molestia con Mateo cuando lo vio, según él, besar a la fuerza a la joven. En ese momento, Naranjo, quien pretendía a Castro, señaló sentirse “incómodo” y se retiró del bar donde se encontraban junto con Ortegón para seguir tomando en el apartamento este último.
No obstante, cuando se preparaban para salir se percataron de que Ana María también había salido del bar en compañía de Reyes, aunque parecía querer distanciarse de él. De manera que Paul le ofreció llevarla a su apartamento al notar que estaba en estado de embriaguez, a lo cual esta aceptó, pero con la condición de llevar también a Mateo.
Choque de versiones sobre los hechos
A partir de este punto, las versiones empezaron a enredarse. Según indicó Paul Naranjo —que era el conductor del vehículo en el que terminaron yéndose él, Julián Ortegón, Mateo Reyes y Ana María—, luego de tomar varias vías llegaron a la avenida carrera 68 con calle 80. En ese sitio, según él, miró hacia los asientos traseros y observó que Ana y Mateo estaban besándose, por lo cual decidió detener el vehículo a la altura de la carrera 69P con calle 80 y decirles que se bajaran del vehículo.
Ortegón y Naranjo señalaron que los dejaron a los dos en el andén y partieron hacia el apartamento de este último. En ese sentido, los abogados que asumieron la defensa de ambos argumentaron que existía la posibilidad de que hubiese un carro fantasma que la arrollara y le causara la caída que le ocasionó los golpes que cegaron su vida.
Por su parte, Mateo Reyes sostuvo en un principio que Paul y Ana María discutieron por la situación en la que estaban y por eso los bajaron a ambos del carro. Según dijo, los bajaron de repente, Paul arrancó muy fuerte, Ana María dio unos giros y cayó al suelo.
Este relato fue soportado por un testigo estrella de la Fiscalía: un conductor de plataformas que aseguró que vio a una mujer siendo arrojada de un vehículo sobre la vía. Sin embargo, esta información fue criticada por la defensa que señaló que esto es imposible, pues Paul y Julián estaban en los asientos delanteros y que, en ese lugar, no pudieron haber realizado esa acción con la camioneta en movimiento.
De esta manera, el caso que se demoró diez meses en llegar a los estrados, y que se convirtió en un caso mediático, llegará a una condena en primera instancia luego de dos años de los hechos. En ese sentido, la esposa de Paul Naranjo ha señalado que la decisión de la jueza al condenarlos se vio afectada por la presión mediática sobre el caso.
“No es cierto. La jueza, muy profesional, tuvo en cuenta lo que debió tener en cuenta. Todas las pruebas los incriminan. Ahora, es lógico que den patadas de ahogado, pero las pruebas están. Tuve que esperar casi un año para que se diera una captura, tiempo en el que tuve claro que había sido un asesinato”, aseguró Nidia Romero, mamá de Ana María, a El Espectador.
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