A pesar de millonario hurto, comedor comunitario de Bogotá sigue en funcionamiento
Desde hace 16 años el comedor Altos del Poblado atiende a niños, niñas, jóvenes, mujeres gestantes y personas mayores en la localidad de San Cristóbal. El robo del que fueron víctimas asciende a 30 millones de pesos.
Desde elementos industriales de cocina, hasta los más mínimos insumos alimenticios con los que iban a cocinar para unas 400 personas durante esta semana, se llevó un grupo de delincuentes quienes ingresaron durante las últimas horas de este domingo a las instalaciones en donde está ubicado el comedor comunitario Altos del Poblado al sur de Bogotá.
Según indicó la Secretaría Distrital de Integración Social, por medio de un comunicado, el hecho se perpetró cuando los delincuentes ingresaron violentando una de las ventanas del lugar, por donde sacaron, además de los utensilios de cocina, equipos de cómputo, básculas, identificadores biométricos y detectores de código de barras, instrumentos que eran usados para la operatividad del sitio.
El hurto, que asciende a unos 30 millones de pesos, no solo afecta al Distrito, sino a las personas quienes desde hace 16 años acuden a este sitio en busca de, muchos de ellos, el único alimento que reciben al día.
“Los comedores comunitarios y cocinas populares no paran, a pesar de lo que pueda suceder, las personas hicieron la fila para ingresar al comedor y recibieron sus alimentos el día de hoy, sin ninguna interrupción”, aseguró el director de Nutrición y Abastecimiento de la Secretaría de Integración Social, Boris Flomin.
Aunque la afectación fue significativa y se llegó a hablar del cierre temporal del lugar, los vecinos de la comunidad se unieron en un gesto de solidaridad, para prestar ollas, licuadoras y demás elementos de cocina lo que permitió, en parte, continuar con el trabajo del comedor y así permitir que los alimentos sigan siendo entregados a quienes lo necesitan.
“Un robo así, no solo afecta económicamente a las personas que dirigen el comedor, sino a nosotros también, porque si no hay los implementos para la alimentación, nos perjudica”, señaló Víctor Julio González, quien tiene 75 años y no cuenta con familiares o una estabilidad económica que le permita acceder a un alimento en otro lugar diferente al comedor comunitario.
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Por ahora los videos de cámaras de seguridad, en donde quedó registrado el robo, ya están en poder de las autoridades, por lo que se espera que con dicho material puedan identificar a los responsables y los implementos sean recuperados.
Desde elementos industriales de cocina, hasta los más mínimos insumos alimenticios con los que iban a cocinar para unas 400 personas durante esta semana, se llevó un grupo de delincuentes quienes ingresaron durante las últimas horas de este domingo a las instalaciones en donde está ubicado el comedor comunitario Altos del Poblado al sur de Bogotá.
Según indicó la Secretaría Distrital de Integración Social, por medio de un comunicado, el hecho se perpetró cuando los delincuentes ingresaron violentando una de las ventanas del lugar, por donde sacaron, además de los utensilios de cocina, equipos de cómputo, básculas, identificadores biométricos y detectores de código de barras, instrumentos que eran usados para la operatividad del sitio.
El hurto, que asciende a unos 30 millones de pesos, no solo afecta al Distrito, sino a las personas quienes desde hace 16 años acuden a este sitio en busca de, muchos de ellos, el único alimento que reciben al día.
“Los comedores comunitarios y cocinas populares no paran, a pesar de lo que pueda suceder, las personas hicieron la fila para ingresar al comedor y recibieron sus alimentos el día de hoy, sin ninguna interrupción”, aseguró el director de Nutrición y Abastecimiento de la Secretaría de Integración Social, Boris Flomin.
Aunque la afectación fue significativa y se llegó a hablar del cierre temporal del lugar, los vecinos de la comunidad se unieron en un gesto de solidaridad, para prestar ollas, licuadoras y demás elementos de cocina lo que permitió, en parte, continuar con el trabajo del comedor y así permitir que los alimentos sigan siendo entregados a quienes lo necesitan.
“Un robo así, no solo afecta económicamente a las personas que dirigen el comedor, sino a nosotros también, porque si no hay los implementos para la alimentación, nos perjudica”, señaló Víctor Julio González, quien tiene 75 años y no cuenta con familiares o una estabilidad económica que le permita acceder a un alimento en otro lugar diferente al comedor comunitario.
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Por ahora los videos de cámaras de seguridad, en donde quedó registrado el robo, ya están en poder de las autoridades, por lo que se espera que con dicho material puedan identificar a los responsables y los implementos sean recuperados.