¿A qué se deben los retrasos en los diseños de la Línea 1 del Metro de Bogotá?
Mientras el Distrito apunta a la complejidad de la obra en curso, la interventoría alerta sobre modificaciones sustanciales a los diseños, desorganización en la entrega, falta de control a subcontratistas, entre otros factores que han complicado la entrega de los estudios y diseños a detalle.
Fernan Fortich
Por un incumplimiento del 40 % en la entrega de diseños y estudios a detalle, la Empresa Metro de Bogotá (EMB) activó una de las cláusulas del contrato de concesión 163 de 2019 y multó al consorcio chino a cargo de las obras de la primera línea del Metro de Bogotá (PLMB) que presenta, a la fecha, un avance del 20 %.
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Por un incumplimiento del 40 % en la entrega de diseños y estudios a detalle, la Empresa Metro de Bogotá (EMB) activó una de las cláusulas del contrato de concesión 163 de 2019 y multó al consorcio chino a cargo de las obras de la primera línea del Metro de Bogotá (PLMB) que presenta, a la fecha, un avance del 20 %.
Así, la sanción ha puesto en la mira la gestión del consorcio Metrolínea 1, a cargo de las obras y en particular su desempeño e idoneidad para ejecutar una de las principales construcciones de movilidad en el país, y la más importante en curso en Bogotá.
No obstante, a través de un comunicado, el concesionario aseguro que, a pesar de que considera a la Alcaldía de Bogotá como un aliado en este proceso, no aceptará inicialmente la imposición de la multa en su contra por el incumplimiento, a pesar de que esta fue respaldada por un juez de la República que negó un recurso del consorcio en contra de la sanción.
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“Anotamos respetuosamente que hay aspectos de la decisión de la EMB sobre los que tenemos algunas diferencias, razón por la cual mantendremos las acciones contractuales y legales que nos permitan hacer valer nuestros argumentos, que no hacen otra cosa que constatar nuestro compromiso con la primera línea del Metro de Bogotá”, indicó el consorcio, a través de un comunicado tras conocer la sanción en su contra.
Así las cosas, ¿qué hay detrás los retrasos y que implicaciones pueden tener?
Esta es la situación de los estudios
De acuerdo con el último reporte de la interventoría del proyecto, de los 315 entregables de los estudios de diseño de ingeniería de detalle, 168 están no objetados, 23 en revisión de la interventoría y 124 en ajustes del consorcio. Así, hay aún un 40 % de los entregables (compuestos por más de 90 mil documentos técnicos) que deben ser aún aprobados por el equipo interventor.
De esta manera, los retrasos se concentran en las estructuras principales, así como en los diseños EMP, que se refieren a las tres áreas de intervención de la ingeniería de instalaciones (sistema hidráulicos, eléctricos y mecánicos).
De acuerdo con el director de la Línea 1 y actual gerente encargado de la Empresa Metro de Bogotá, Ricardo Cárdenas, los retrasos se deben a elementos técnicos y al reto de implementar un proyecto de impacto nacional con equipos internacionales:
“Ese proyecto se hace en diferentes países, en diferentes idiomas, así que articularlo es complejo. Si se cambia solo un plano, esto puede afectar 300 más. Además, hay muchas observaciones que han sido por temas de traducción, que se hace en distintos idiomas y cuando se traducen al español, pues no queda como se esperaba”, precisó.
En ese sentido, Cárdenas afirma que los elementos estructurales del proyecto ya fueron aceptados, y lo que hace falta es llegar a un acuerdo sobre los detalles de los más de 45 mil documentos técnicos que conformarán la base técnica.
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En contraste, para José Stalin Rojas, experto en movilidad y director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, no hay justificación en los retrasos. “No es válido el argumento de complejidad, porque justo se seleccionó esta firma por su experiencia. Si bien podría decirse que son normales los retrasos en proyectos así, debería ser una excepción y no la regla”, aseveró.
Según Rojas, los retrasos se debe principalmente a qué la interventoría hace su función de verificar que la ejecución responda a los requisitos contractuales, los cuales deben ser cumplidos a cabalidad para garantizar tanto el cronograma y como presupuestos.
El difícil paso por la interventoría
Desde 2020 el Consorcio Supervisor PLMB fue elegido como interventor de Línea 1 y con un presupuesto de 270 mil millones de pesos (COP 2017) es el encargado de vigilar el principal proyecto de movilidad de la capital del país. No obstante, tres años después, la interventoría asegura que esta labor ha puesto a prueba su capacidad operativa e incluso el presupuesto.
“En algunos documentos vamos por la quinta revisión, lo que lógicamente se sale del presupuesto del contrato y de los plazos. Por esta razón hubo que acordar modificaciones al contrato. Al día de hoy no van a cumplir en mayo y vemos con preocupación que cumplan en junio”, expresó hace unas semanas Javier Descarga, director de la interventoría.
De esta manera, el funcionario apuntó a varios factores que explicarían los retrasos en la entrega de los miles de documentos. Entre estos está la falta de control al subcontratista del proyecto; modificaciones sustanciales a los diseños (cambio presentado en septiembre de 2022 de los diseños geotécnicos); desorganización en las entregas y falta de conocimiento de la dinámica nacional, entre otros.
Además, de esto, el equipo interventor también se pronunció sobre el manejo financiero del consorcio chino. Así, en total, se les han desembolsado $205 mil millones en forma de retribución. Por esta razón, la interventoría asegura que el contratista cuenta con la liquidez para cumplir con sus obligaciones.
“El ritmo de cobro del concesionario no es el ideal para nuestro gusto. Lo que es claro es que no hay problema de dinero, entonces hay unas condiciones dadas que son positivas y que esperamos sean utilizadas para que esto avance”, precisó el director de la interventoría.
Las implicaciones
Entre las principales implicaciones de los retrasos están la inestabilidad fiscal y política. En ese sentido, la vacilación en el inicio del proyecto (cuyo primer pilote debía ser instado este mes), abre la puerta a posibles modificaciones en su trazado, al menos para que algunos tramos de la Línea 1, pase de ser elevada a subterránea.
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En ese sentido, la Contraloría General, que lleva un seguimiento especial, aseguró que se investigan acciones ya ejecutadas que podrían afectar el patrimonio público. El ente de control se refiere a acciones desarrolladas por las administraciones de la ciudad que pueden afectar las arcas públicas de la Nación y de la Bogotá.
“Estamos adelantando un análisis de los tres conceptos jurídicos sobre la posibilidad de modificar el proyecto y se está revisando la entrega de los estudios y diseños. En ese sentido, nos preocupa el retraso para obtener la no objeción, lo que podría afectar el desarrollo de las obras”, indicó un vocero de la Contraloría.
Por otra parte, en la arena política local y nacional también se ha sentido el impacto de la demora en la entrega de los estudios. Así, continúa la división, ahora en temporada electoral, frente a la forma en que debe ser construido el proyecto.
“Los del Pacto Histórico en el Concejo de Bogotá ya denuncian que no había ingeniería de detalle para iniciar, pero lo que no han entendido es que esta no se hace sino cuando estamos en la obra”, aseveró la concejal Lucía Bastidas (Alianza Verde), miembro de la Comisión Accidental del Metro de Bogotá.
Y agregó que: “el Gobierno Nacional va a insistir en el metro bajo tierra, que sigue siendo lo que desea el presidente Gustavo Petro. En las mesas jurídicas se ha planteado por qué no se debe enterrar esos nueve kilómetros que quiere el mandatario, porque implicaría partir de cero, volver a hacer estudios, así como importantes sobrecostos.”
Cabe señalar que para julio de este año está programado un nuevo encuentro de las mesas de trabajo del Distrito y el Gobierno Nacional para resolver si modificará o no la Línea 1 del Metro de Bogotá, para hacer el tramo subterráneo.
“En estas reuniones se revisarán los conceptos del Consejo de Estado frente a la posibilidad de modificar el objeto del contrato, que sigue siendo la construcción de un metro 100 % elevado. Por el momento, solo podemos decir que seguimos ejecutando el contrato tal como fue planteado”, aseguró el gerente (e) de la EMB, Ricardo Cardenas.
Por el momento, está por verse la suerte de las negociaciones para definir el futuro de la Línea 1, que entre avances y retrasos, sigue siendo una incertidumbre para las y los capitalinos.
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