Plan de Desarrollo Distrital pasará al escrutinio de la ciudadanía
Carlos Fernando Galán entregó oficialmente el primer borrador del Plan Distrital de Desarrollo al Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD). Revisamos los ejes estratégicos del documento maestro que regirá una gran parte del rumbo de la ciudad en el próximo cuatrienio.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Los 128 ciudadanos que conforman el Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD) recibieron, de manos del alcalde, el tan esperado borrador del Plan Distrital de Desarrollo. El documento, que se elaboró en primeras 6 semanas de gobierno de Galán, tiene las directrices bajo las que Galán conducirá el rumbo de la ciudad.
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Los 128 ciudadanos que conforman el Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD) recibieron, de manos del alcalde, el tan esperado borrador del Plan Distrital de Desarrollo. El documento, que se elaboró en primeras 6 semanas de gobierno de Galán, tiene las directrices bajo las que Galán conducirá el rumbo de la ciudad.
Sin embargo, como su nombre lo indica, el PDD revelado esta semana no constituye la versión final que deberá aprobar el Concejo en mayo. Las próximas semanas, el CTDP y la ciudadana tienen la opción de revisar lo planteado por la alcaldía y realizar sus respectivas observaciones. Si bien las enmiendas que efectuará la instancia participativa no son de carácter vinculante, mucho de lo que se comente en las reuniones, y se extienda posteriormente al PDD, medirá el rango de escucha al que está dispuesto a llegar la nueva administración, y el alcance de los mecanismos de participación en Bogotá.
A lo largo de dos meses, el CTDP, junto a la Corporación Autónoma de Cundinamarca, emitirán sus respectivos conceptos para que la administración reformule el PDD. Mientras tanto, lo que resta por revisar es el borrador que construyó Galán junto a su gabinete. De ahí, se desprenden las prioridades que tendrá su mandato en los distintos espectros de la ciudad más grande del país, y el método para abordarlos.
“Bogotá camina segura”, como extrapolación de su programa de gobierno revelado en campaña al borrador del PDD, se compone de cinco estrategias principales: Bogotá Avanza en Seguridad; Bogotá confía en su bien–estar, Bogotá confía en su potencial; Bogotá ordena su territorio y avanza en su acción climática; y Bogotá confía en su gobierno. Cada estrategia despliega un listado de programas que, potencialmente, se convertirán en política pública e integrarán el marco jurídico de Bogotá. En ese orden de ideas, hay algunas particularidades del PDD que revisaremos a continuación.
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Las famosas UPL
Al revisar el calendario de sesiones para discutir el borrador, lo primero que salta a la vista es la localización geográfica asignada para cada evento. Después de la reglamentación del POT, que trajo a colación las Unidades de Planeamiento Local (UPL) como alternativa de organización territorial, la Secretaría de Planeación ha decidido planificar las discusiones sobre el PDD bajo el modelo de UPL, y no de las localidades. Aunque pueda parecer un acto simbólico respecto a una regla del POT que no tiene la facultad de cambiar la distribución en Bogotá —dicha competencia recae en el Concejo—, el nuevo secretario de Planeación, Miguel Silva, lo destaca como un factor relevante en el debate en torno al PDD. Contamos con un instrumento de planeación del territorio, presente en el actual POT que divide la ciudad de más de 30 unidades más pequeñas que las localidades. Esto nos permite convocar más eficientemente a la ciudadanía, en el marco de esas UPL. Asimismo nuestra idea es convocar mesas sectoriales temáticas y diálogos con las universidades. Queremos explorar la mayor cantidad de espacios posibles” le contó a El Espectador Miguel Silva.
Seguridad y espacio público
Que el PDD haya adoptado el nombre de “Bogotá camina segura” y que la estrategia de seguridad sea la primera en la lista del plan, no es una mera casualidad. Al igual que casi todos los candidatos a la alcaldía durante la época electoral, Galán hizo de la inseguridad en la ciudad un blanco recurrente de las propuestas que, al fin y al cabo, lo terminaron llevando al Palacio del Liévano. Hoy, en plena crisis de seguridad, el alcalde destapó formalmente sus cartas para devolver la tranquilidad a los bogotanos.
El primer programa del eje de seguridad, apunta a la convivencia ciudadana. No son solo las balaceras en medio de hurtos lo que incrementa la inseguridad en la ciudad. Las riñas entre ciudadanos, producto de discusiones cotidianas que podrían arreglarse por la vía pacífica, solo agregan más violencia y víctimas a la bola de nieve del terror que recorre la ciudad. Por eso, el primer componente le apunta a un diálogo continúo con la ciudadanía para no solo unir esfuerzos en contra la delincuencia, sino también en el reconocimiento de instancias legales y del orden para resolver sus conflictos.
Posteriormente, viene el duro hueso de roer: las bandas de crimen organizado en la ciudad. En este aspecto, el PDD contempla un modelo de operación distrital que consolide las capacidades de actuación conjunta entre el Distrito, la Policía Metropolitana de Bogotá (MEBOG) y la Brigada 13. Con base en esos parámetros, se fija el rol que jugara el ejército, que no es otro más que el de la articulación con la Policía y la Secretaría de Seguridad. Aunado a lo anterior, en lo relacionado con el incremento de pie de fuerza necesario para solventar el déficit de fuerza pública en la ciudad, el PDD un plan de incorporación que, a través de la cofinanciación, —no se específica con qué actor— para reclutar más efectivos a las fuerzas del orden.
Los expertos aseguran que las acciones de inversión y lucha contra el crimen deben ser acompañadas de un plan de intervención espacial para recuperar el espacio público. Por ello, el PDD contempla acciones concretas en cuanto a remoción de escombros, instalación de luminarias, y recuperación de espacios invadidos por la delincuencia.
En la inversión de capacidades y de justicia, resalta la inversión que pretende hacer la administración en equipos de reconocimiento facial y cámaras de vigilancia para aumentar la capacidad de monitoreo en el Distrito Capital. Por otro lado, se menciona la puesta en marcha para construir la segunda cárcel distrital de Bogotá, cuyo objetivo será, aunque no de manera completa, contribuir a la reducción del hacinamiento penitenciario. Para finalizar, con los programas de cero tolerancia a la violencia de género y a la población LGTBI y los convenios con Fiscalía para mejorar la respuesta que la justicia da tras una captura, cierran el enclave de seguridad del PDD.
Bienestar y potencial
El componente humano del plan radica en los ejes de bienestar y potencial. En cuanto al bienestar, la estrategia con más programas de intervención —doce en total— están aglutinadas las acciones para reducir la pobreza y el hambre en Bogotá a través de transferencias monetarias y seguridad alimentaria. Destacan las transferencias de ingreso solidario, en cuanto al mantenimiento de su cobertura y la optimización de su distribución, y la descentralización de las centrales de abastecimiento en puntos como Abastos, para resolver dichas problemáticas.
La estrategia de potencial, por su parte, se refiere “a la reactivación de la economía para que el sector privado, en donde están las pequeñas y medianas empresas, puedan crecer en productividad. Allí habrá también algunos proyectos estratégicos, sobre todo como el que estamos planteando alrededor del aeropuerto El Dorado, para que Bogotá se consolide con una ciudad portuaria” explicó el secretario Silva.
Agenda climática y eficiencia gubernamental
Los dos ejes restantes se refieren al método que utilizará la ciudad para enfrentar el cambio climático, cuyos estragos ya se hicieron sentir en la ciudad con la emergencia por conflagraciones forestales y el fenómeno del niño. Asimismo, el visto bueno de la CAR al PDD, depende en gran medida de lo que se proponga en este aspecto. Además del fomento de la vivienda rural y la conversación ecológica, en la estrategia climática prima la movilidad sostenible y los proyectos que la componen. Los cables de San Cristóbal y Potosí, las tres líneas del metro para Bogotá y los corredores de ciclorrutas, son los proyectos para preservar el medio ambiente al que le apunta esta administración.
La eficiencia gubernamental, cuyas actividades ya se comenzaron a ejecutar con el plan de austeridad recientemente publicado por la administración Galán, le apunta a la eficiencia del servicio público. Tanto en los recursos que se usan para su funcionamiento, como de la maraña burocrática existente en algunos trámites de índole distrital.
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Observaciones al PDD
Jorge Iván Cuervo, experto en instituciones políticas y políticas públicas, se muestra escéptico frente al Plan Distrital de Desarrollo. “Hay que hacer un gran esfuerzo desde la academia y los medios de comunicación para verificar hasta qué punto los PDD se están cumpliendo”. No obstante, Cuervo ve en la elaboración del documento una oportunidad única para que Galán demuestre hasta qué punto le apostará y tendrá en cuenta la participación ciudadana.
Galán, sobre este tema, ha mencionado, en diversas oportunidades, que la participación ciudadana es el eje del plan. Miguel Silva, jefe de la cartera de Planeación, resalta la implementación de herramientas digitales para recibir la mayor cantidad de retroalimentación posible.
Otras observaciones planteadas al borrador las hace Raul Marino, Profesor de la Universidad del Rosario y director de Urban Mapping Agency. “En mi opinión, al documento le faltó una mayor claridad en cuanto a las estrategias específicas que se van a implementar para alcanzar los objetivos propuestos. Las estrategias de reducción de impacto ambiental están solo en uno de los ejes temáticos, pero se necesita mayor ambición y la utilización de nuevas tecnologías para mitigar y adaptar la ciudad al cambio climático y proteger los servicios ecosistémicos”.
Con el ocaso de marzo y abril vendrá la recta definitiva. El documento, que se debatirá en el Recinto de los Comuneros, dará muestras de, hasta qué punto, Galán es capaz conciliar sus intereses políticos y la idea de ciudad que le vendió a sus electores, con el punto de vista de la ciudadanía. Del dicho, al trecho, hay mucho trecho. Dos meses pueden ser suficientes para que la imagen que Galán dio ayer en la primera discusión sobre el PDD, en Bosa, se convierta en la de un alcalde que hizo oídos sordos a la ciudadanía, como tantas veces ha ocurrido en estos mismos escenarios.
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