Activación de manufactura y construcción, pendiente de protocolos de seguridad
Aunque existe el aval del presidente, solo podrán retornar labores cuando cumplan el requisito. Construcción, por ejemplo, calcula que serían al menos dos semanas.
Diego Ojeda / @diegoojeda95
Por mandato presidencial arrancó desde ayer la reactivación económica de la construcción y nueve divisiones de la manufactura, las cuales se sumarán a las 36 que han funcionado en la cuarentena. La expectativa entonces es que en la capital podrían salir a laborar 210.000 trabajadores de la fábricas, 9.400 de obras de construcción públicas y 175.000 de privadas, para un total de 394.400 personas.
Aunque esta estrategia significó diferencias entre Claudia López y el presidente Iván Duque, pues para la alcaldesa, la reactivación de las manufacturas debió esperar unas semanas más, al asegurar que hasta el viernes pasado no había un protocolo de bioseguridad claro, la respuesta del ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, fue clara: para operar, las empresas tendrán que contar con un aval en esta materia; antes, no.
Por tal razón, a pesar de que hay luz verde desde la Casa de Nariño, es claro que por ahora no se verá la avalancha de trabajadores que algunos imaginaban. Según información de organizaciones como la ANDI, Camacol y el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), la reactivación total de estos sectores en la capital tardará un poco, pues primero deben presentar sus protocolos (con base en lineamientos gubernamentales) y esperar su aprobación.
El director del IDU, Diego Sánchez, dijo que hoy no se podrían reactivar los 32 proyectos de construcción, que fueron suspendidos el 25 de marzo tras el aislamiento preventivo. Él asegura que casi todos los contratistas deben tomarse su tiempo para presentar las medidas con las que protegerán la salud de sus empleados, en las que deben figurar la dotación de mascarillas, gel antibacterial y lavamanos, entre otros. “No se trata de soltar gente a las obras sin tener una organización. A más tardar en dos semanas ya estarán casi que todas listas y funcionando”, calcula.
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Solo este lunes, en Bogotá, se inscribieron al menos 20.000 empresas de manufactura y 10.000 de construcción, para tramitar el permiso. El Espectador supo que parte de estos protocolos incluye un programa de movilización presentado por las compañías. Esto, ante la premisa de que Transmilenio no debe sobrepasar el 35 % de su ocupación, lo que se traduce en que hay empresas contratando servicios de ruta y financiando bicicletas para sus empleados. El gerente regional de Camacol Bogotá-Cundinamarca, Alejandro Callejas, por ejemplo, prevé que solo el 45 % de los 175.000 obreros (quienes trabajarán en las 641 obras privadas que tiene la capital) se movilizarán en Transmilenio y SITP; el resto lo hará en medios alternativos.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo calcula que se movilizarán unos 50.000 empleados de los nueve subsectores de la manufactura en transporte público; sin distinguir entre Transmilenio y SITP. En la mañana del primer día de la reactivación, Transmilenio transportó 15.654 personas más que el lunes inmediatamente anterior, lo que significó un repunte del 9 %.
Para brindar alternativas, Claudia López dijo que está dispuesta a desarrollar desde el Distrito una aplicación que les permita a los taxistas movilizar a más de un cliente bajo la modalidad de “vehículo compartido”. Este medio también supo que una de las plataformas tecnológicas de servicio privado de transporte de pasajeros le propondrá al Distrito operar bajo esta misma modalidad. Eventualmente también podrían hacerlo compañías de alquiler de patinetas y bicicletas eléctricas.
Según la secretaria distrital de Desarrollo Económico, Carolina Durán, es importante que se aplane la curva del COVID-19, pero también la de la economía. Hay que tener en cuenta que el aporte de la construcción y de la manufactura al Producto Interno Bruto (PIB) de la capital fue del 4,6 % y 8,5 %, respectivamente, en 2019. Sin embargo habría un tercer sector que se reactivaría en Bogotá y es el relacionado con el de la industria de la bicicleta. Esto, en consecuencia con el interés del Distrito por desestimular el uso de Transmilenio, por lo que se requerirán empresas y trabajadores que provean estos vehículos, repuestos y reparación.
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La Secretaría de Desarrollo prepara unas líneas de crédito para ellos, apoyándose en fintech, con el fin de que los emprendedores y empresarios puedan financiar sus negocios. Como dato adicional, puede que muchos de estos esfuerzos se concentren en el centro y norte de la ciudad, pues allí es donde coinciden, según mapas del Distrito, muchos lugares de trabajo de la construcción y la manufactura.
Pero ¿cómo evitar que se formen cuellos de botella en horas pico? Y, ¿con más gente en la calle, cómo controlará la Policía a los que todavía deben permanecer en cuarentena? Estos son algunos de los retos que surgen a partir de este nuevo panorama. Entonces, dado que esta población quedará ante una posible exposición al virus, el reto de la Alcaldía será mitigar al máximo su contagio y aplanar la curva de propagación del COVID-19, pero también frenar la caída de la economía. Eso sí, lo que está claro es que si se registra un repunte en la propagación del virus, todos volverán al aislamiento generalizado.
Por mandato presidencial arrancó desde ayer la reactivación económica de la construcción y nueve divisiones de la manufactura, las cuales se sumarán a las 36 que han funcionado en la cuarentena. La expectativa entonces es que en la capital podrían salir a laborar 210.000 trabajadores de la fábricas, 9.400 de obras de construcción públicas y 175.000 de privadas, para un total de 394.400 personas.
Aunque esta estrategia significó diferencias entre Claudia López y el presidente Iván Duque, pues para la alcaldesa, la reactivación de las manufacturas debió esperar unas semanas más, al asegurar que hasta el viernes pasado no había un protocolo de bioseguridad claro, la respuesta del ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, fue clara: para operar, las empresas tendrán que contar con un aval en esta materia; antes, no.
Por tal razón, a pesar de que hay luz verde desde la Casa de Nariño, es claro que por ahora no se verá la avalancha de trabajadores que algunos imaginaban. Según información de organizaciones como la ANDI, Camacol y el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), la reactivación total de estos sectores en la capital tardará un poco, pues primero deben presentar sus protocolos (con base en lineamientos gubernamentales) y esperar su aprobación.
El director del IDU, Diego Sánchez, dijo que hoy no se podrían reactivar los 32 proyectos de construcción, que fueron suspendidos el 25 de marzo tras el aislamiento preventivo. Él asegura que casi todos los contratistas deben tomarse su tiempo para presentar las medidas con las que protegerán la salud de sus empleados, en las que deben figurar la dotación de mascarillas, gel antibacterial y lavamanos, entre otros. “No se trata de soltar gente a las obras sin tener una organización. A más tardar en dos semanas ya estarán casi que todas listas y funcionando”, calcula.
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Solo este lunes, en Bogotá, se inscribieron al menos 20.000 empresas de manufactura y 10.000 de construcción, para tramitar el permiso. El Espectador supo que parte de estos protocolos incluye un programa de movilización presentado por las compañías. Esto, ante la premisa de que Transmilenio no debe sobrepasar el 35 % de su ocupación, lo que se traduce en que hay empresas contratando servicios de ruta y financiando bicicletas para sus empleados. El gerente regional de Camacol Bogotá-Cundinamarca, Alejandro Callejas, por ejemplo, prevé que solo el 45 % de los 175.000 obreros (quienes trabajarán en las 641 obras privadas que tiene la capital) se movilizarán en Transmilenio y SITP; el resto lo hará en medios alternativos.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo calcula que se movilizarán unos 50.000 empleados de los nueve subsectores de la manufactura en transporte público; sin distinguir entre Transmilenio y SITP. En la mañana del primer día de la reactivación, Transmilenio transportó 15.654 personas más que el lunes inmediatamente anterior, lo que significó un repunte del 9 %.
Para brindar alternativas, Claudia López dijo que está dispuesta a desarrollar desde el Distrito una aplicación que les permita a los taxistas movilizar a más de un cliente bajo la modalidad de “vehículo compartido”. Este medio también supo que una de las plataformas tecnológicas de servicio privado de transporte de pasajeros le propondrá al Distrito operar bajo esta misma modalidad. Eventualmente también podrían hacerlo compañías de alquiler de patinetas y bicicletas eléctricas.
Según la secretaria distrital de Desarrollo Económico, Carolina Durán, es importante que se aplane la curva del COVID-19, pero también la de la economía. Hay que tener en cuenta que el aporte de la construcción y de la manufactura al Producto Interno Bruto (PIB) de la capital fue del 4,6 % y 8,5 %, respectivamente, en 2019. Sin embargo habría un tercer sector que se reactivaría en Bogotá y es el relacionado con el de la industria de la bicicleta. Esto, en consecuencia con el interés del Distrito por desestimular el uso de Transmilenio, por lo que se requerirán empresas y trabajadores que provean estos vehículos, repuestos y reparación.
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La Secretaría de Desarrollo prepara unas líneas de crédito para ellos, apoyándose en fintech, con el fin de que los emprendedores y empresarios puedan financiar sus negocios. Como dato adicional, puede que muchos de estos esfuerzos se concentren en el centro y norte de la ciudad, pues allí es donde coinciden, según mapas del Distrito, muchos lugares de trabajo de la construcción y la manufactura.
Pero ¿cómo evitar que se formen cuellos de botella en horas pico? Y, ¿con más gente en la calle, cómo controlará la Policía a los que todavía deben permanecer en cuarentena? Estos son algunos de los retos que surgen a partir de este nuevo panorama. Entonces, dado que esta población quedará ante una posible exposición al virus, el reto de la Alcaldía será mitigar al máximo su contagio y aplanar la curva de propagación del COVID-19, pero también frenar la caída de la economía. Eso sí, lo que está claro es que si se registra un repunte en la propagación del virus, todos volverán al aislamiento generalizado.