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El 27 de abril de 2020, el concepto “reactivación económica” pareció materializarse en el país. En su momento, la industria de la construcción y nueve sectores de la manufactura fueron los primeros en volver a operar, tras el más estricto confinamiento que ha vivido Colombia en el marco de la pandemia. A estos renglones de la economía se les fueron sumando otros paulatinamente, en la medida en que se expedían más protocolos de bioseguridad.
Desde entonces, según algunos líderes gremiales, la economía se ha comportado como un acordeón, que se abre y se cierra al vaivén de los picos y puntos más críticos de esta crisis sanitaria. Por esta razón, consideran que la famosa reactivación es relativa, a lo que agregan que la resiliencia —característica que los ha acompañado por más de un año— también tiene límites. “¿Ahora sí llegó el momento de la reactivación?”, es lo que muchos se preguntan.
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Hay razones de peso para creer que los cierres ya son cosa del pasado. Por un lado, la alcaldesa Claudia López ordenó, en pleno tercer pico, una apertura casi total de la economía en la capital (argumentando que los bogotanos cambiaron sus prioridades al decirle no al autocuidado y sí a la agenda de movilizaciones del paro nacional). Por el otro lado está el avance de la vacunación y la esperanza de que el indicador de muertes por COVID-19 comience a mitigarse.
Aún así, todavía no parecen darse las condiciones para hablar de una reactivación que conduzca a la recuperación de la economía, al punto de alcanzar los indicadores que registraban las empresas a finales de 2019, pues aún persisten dos obstáculos: el desempleo (del que derivan la pobreza y la reducción en el gasto de los hogares) y las protestas del paro que, a pesar de que en su gran mayoría han sido pacíficas, algunas agremiaciones aseguran que con los actos vandálicos y los bloqueos, los clientes se sienten inseguros de salir a las calles. Esto, sin contar la escasez de ciertos productos necesarios para su operación.
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Incluso con este panorama tan lleno de incertidumbres, no dan su brazo a torcer y planean estrategias para aprovechar esta nueva promesa de reactivación. Desde el gremio de los comerciantes, Fenalco Bogotá - Cundinamarca, se reconoce que se ha hecho un esfuerzo por mantener los precios bajos a los clientes, pues a muchos les han subido el valor de sus mercancías e insumos. Además, informan que la pandemia fortaleció las destrezas digitales del sector, el cual se ha valido del comercio electrónico y las redes sociales para difundir sus promociones.
El director ejecutivo de esta federación, Juan Esteban Orrego, asegura que gran parte de las expectativas se depositaron en el fin de semana anterior, pues fue “la primera fecha comercial del año sin restricciones. Un Día del Padre muy futbolero. Obviamente, el sector de bares y gastrobares se alistó para tener, dentro de los límites, un aforo importante”.
Y hablando de bares, la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico adelantó el pasado viernes una jornada de reapertura de este importante sector, el cual representa la generación de unos 60.000 empleos. Carolina Durán, secretaría de Desarrollo Económico, reconoce que este es uno de los que más necesita un impulso en esta nueva reactivación, pues permaneció casi quince meses cerrado, lo que derivó en que el 83 % esté en mora con sus arriendos y que el 60 % no haya podido salir de deudas con sus proveedores.
Desde la Asociación Colombiana de Organizadores de Eventos (ACOE), se tiene claro que la principal respuesta para sacarle jugo a esta reactivación es el adecuado cumplimento de los protocolos de bioseguridad, pues es la única forma en la que los clientes pueden retomar la confianza en la celebración de actividades como fiestas de quince años, matrimonios, grados y bautizos. Su vicepresidenta, Sandra Toro, asegura que se tiene planeada una maratón de capacitación de protocolos para eventos. “La idea es mostrar a los clientes que estamos preparados”, dice.
Mientras tanto, la Asociación Colombiana de Atracciones y Parques de Diversiones (Acolap) le apuesta a la publicidad en redes sociales para, de la mano de Fontur, motivar a que se visiten los parques en general. Con el IDT, se tiene pensado un plan para que las familias acudan a los tres principales parques de diversiones de Bogotá a cielo abierto. También se prepara una oferta en la que se pueda adquirir una boleta que les permita acceder a todos estos establecimientos, a un precio atractivo.
Por su parte, Henrique Gómez París, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés), argumenta que la principal estrategia de su gremio para aprovechar la reactivación es que no haya más cierres. “No es necesaria una campaña para estimular el consumo. El regreso de las personas a nuestros establecimientos está sucediendo con el mayor entusiasmo. La vacunación ha avanzado y eso ha impactado en la confianza de nuestros clientes”, detalla, y agrega que se necesitan al menos tres años para volver a esas cifras que registraban en 2019, tanto en ventas como en generación de empleo.
En el bus de la reactivación también se han subido plataformas de movilidad como Cabify y DiDi, las cuales han ofrecido descuentos a sus usuarios, para motivar el que salgan de casa y participen en las jornadas de vacunación y tomas de pruebas adelantadas por el Gobierno. Es con estas ideas que el tejido empresarial bogotano espera aprovechar la nueva temporada de reactivación, con la esperanza de que los cierres hayan quedado en el pasado y que 2022 sea un año de mejores expectativas.