Alcaldía de Soacha insiste en construcción de estructura de vidrio en Salto de Tequendama
El alcalde Juan Carlos Saldarriaga aclaró que la obra ya no consiste en la creación de un puente, sino que ahora proyectará la instalación de un mirador en la emblemática cascada.
Lejos de dar su brazo a torcer, el alcalde Juan Carlos Saldarriaga reiteró su defensa al proyecto turístico que su administración tiene contemplado para el Salto de Tequendema.
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Si bien, el Ministerio de Cultura emitió un concepto negativo al proyecto la semana pasada, dado su impacto ambiental en el ecosistema de la cascada, el dirigente municipal modificó el planteamiento original de la iniciativa con el fin mantener vivo el debate en torno a su conveniencia.
En tal sentido, Saldarriaga comunicó a la opinión pública que su administración continuará con el proyecto debido a que su diseño ya no consiste en la construcción de un puente de cristal. Idea que ya fue rechazada por la cartera nacional de cultura. Ahora, explica el alcalde del vecino municipio, la obra está dirigida a la edificación de un mirador, también de cristal, a la cual los turistas podrían acudir sin la necesidad de un puente.
“En el Ministerio siguen hablando de un proyecto de hace dos años que es un puente, nosotros estamos hablando de un mirador, el puente es un concepto de unión, nosotros no estamos uniendo nada, la reserva ambiental no la estamos tocando, por lo que ese concepto ya cambió”, insistió el mandatario. Siguiendo este nuevo hilo argumentar para justificar esta obra, Saldarriaga anunció que acudirá al ministerio para aclarar este punto para, a lo mejor, modificar la percepción que el gobierno tiene de su iniciativa.
Para complementar su nueva defensa al proyecto, el gobierno actual de Soacha adelanta mesas de trabajo técnicas con el Ministerio de Cultura para resolver los nuevos requerimientos que la cartera ha puesto como condición para materializar la estructura.
Entre ellos, además del impacto ecológico que supondría la obra para la cascada, que tiene el estatus de zona protegida, se encuentra la solicitud para que los trabajos no afecten la Casa Museo del Salto Tequendama, construida en el año 1920.
Frente a esta inquietud, el alcalde Saldarriaga respondió que el proyecto tiene es una estructura nueva y turística, que va a contrarrestar y va a resaltar la Casa Museo, que, de paso valga decir, si no la ayudamos, va a desaparecer porque nadie está yendo allá”. De igual manera, la empresa que estaría a cargo de la administración del proyecto, Epuxua —Empresa Pública de Soacha— destacó que la formulación de este mirador atiende al cumplimiento de la sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, al estar en sintonía con la Resolución 1869 del 2019 y la Resolución 3335 del 2018.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, la administración de Soacha reiteró la importancia que esta obra, que tendría un costo aproximado de $100.000 millones, para el desarrollo económico y turístico del municipio, por lo que llamó a ignorar “la subjetividad de algunos funcionarios”. En vista de lo anterior, Saldarriaga hizo un llamado a dar mayor prioridad a lo técnico, apartado en el que, según él, la iniciativa cumple con todos los requisitos jurídicos y de diseño.
Todavía falta ver si todo el proyecto se va abajo, o si el actual alcalde logra dejar aprobadas y financiadas las demás construcciones que, por cierto, han levantado malestar en los vendedores de este punto, ya que temen que esta iniciativa privatice el uso comercial del Salto del Tequendema.
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En tal sentido, Saldarriaga comunicó a la opinión pública que su administración continuará con el proyecto debido a que su diseño ya no consiste en la construcción de un puente de cristal. Idea que ya fue rechazada por la cartera nacional de cultura. Ahora, explica el alcalde del vecino municipio, la obra está dirigida a la edificación de un mirador, también de cristal, a la cual los turistas podrían acudir sin la necesidad de un puente.
“En el Ministerio siguen hablando de un proyecto de hace dos años que es un puente, nosotros estamos hablando de un mirador, el puente es un concepto de unión, nosotros no estamos uniendo nada, la reserva ambiental no la estamos tocando, por lo que ese concepto ya cambió”, insistió el mandatario. Siguiendo este nuevo hilo argumentar para justificar esta obra, Saldarriaga anunció que acudirá al ministerio para aclarar este punto para, a lo mejor, modificar la percepción que el gobierno tiene de su iniciativa.
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Entre ellos, además del impacto ecológico que supondría la obra para la cascada, que tiene el estatus de zona protegida, se encuentra la solicitud para que los trabajos no afecten la Casa Museo del Salto Tequendama, construida en el año 1920.
Frente a esta inquietud, el alcalde Saldarriaga respondió que el proyecto tiene es una estructura nueva y turística, que va a contrarrestar y va a resaltar la Casa Museo, que, de paso valga decir, si no la ayudamos, va a desaparecer porque nadie está yendo allá”. De igual manera, la empresa que estaría a cargo de la administración del proyecto, Epuxua —Empresa Pública de Soacha— destacó que la formulación de este mirador atiende al cumplimiento de la sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, al estar en sintonía con la Resolución 1869 del 2019 y la Resolución 3335 del 2018.
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Todavía falta ver si todo el proyecto se va abajo, o si el actual alcalde logra dejar aprobadas y financiadas las demás construcciones que, por cierto, han levantado malestar en los vendedores de este punto, ya que temen que esta iniciativa privatice el uso comercial del Salto del Tequendema.
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