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Bogotá completa cinco días de racionamiento para evitar una caída, todavía más crítica, en el nivel de los embalses. Si bien la restricción ha disminuido el consumo habitual de este recurso en la capital, el ahorro todavía no llega los indicadores necesarios. Los primeros cuatro días, el consumo de la capital ha registrado un promedio de 16 metros cúbicos por segundo, un punto por debajo de la meta, que es de 15 m³/s. De hecho, durante el tercer día de racionamiento, el uso de este recurso tuvo un leve repunte.
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Además de los sobrealmacenamientos en algunos sectores de la ciudadanía, el uso inconsciente de los tanques de reserva, que poseen algunos conjuntos residenciales, podrían estar detrás del incremento.
La empresa de Acueducto de Bogotá confirmó que, durante los primeros cuatro días de racionamiento, el incremento en estos tanques incrementó un 60 %. Lo anterior, dado que, presuntamente, algunos administradores de propiedad horizontal optaron por llenar a tope dichos reservorios, para omitir parte de las 24 horas que conlleva el racionamiento zonal.
Dicha práctica, según la empresa de Acueducto, y el propio alcalde de Bogotá, constituye un error en medio de la árida situación por la que atraviesa la urbe. Por un lado, usar las reservas durante la restricción, inhibe el cumplimiento del objetivo principal de la medida, que no es otro que el de ahorrar la mayor cantidad de agua posible. Cada gota cuenta y, el hecho de llenar estas reservas durante los intervalos en los que no hay racionamiento, termina por incrementar el consumo.
Por el otro, abusar de los tanques de agua en los conjuntos impide el correcto restablecimiento del servicio, una vez transcurridas las 24 horas de racionamiento. Lo anterior, dado que cuando un conjunto procede a reponer el agua del tanque que se usó durante la restricción, las válvulas de suministro tardan más en llevar el recurso a las zonas alejadas de su rango de presión.
De ahí, que el propio alcalde, Carlos Fernando Galán, se encuentre adelantando mesas de diálogo con asociaciones de propiedad horizontal para tratar este tema. Pero incluso, si las dos razones anteriores no resultaran suficientes para los conjuntos con tanque de agua, la amenaza de medidas todavía más drásticas podría dar un atisbo de lo grave que resulta el no seguir con las recomendaciones.
Si la temporada seca continúa, y las lluvias siguen ausentándose en los embalses, aunado al desperdicio y bajo ahorro del recurso, el rango de racionamientos podría incrementarse, según advirtió el alcalde. Una vez dicho lo anterior, mientras las variables que no dependen de nosotros se solucionan, en este caso las climáticas, la labor de la ciudadanía no es otra que la de optimizar el uso de cada átomo de agua.
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