Alerta de la Veeduría Distrital por falta de cámaras de seguridad en Bogotá

Ante la creciente percepción de inseguridad que a diario viven quienes habitan en Bogotá, cada vez se hace más necesaria la implementación de tecnologías que contribuyan a reducir los índices de delitos en las calles. Los esfuerzos que a la fecha se han hecho, como la implementación de cámaras biométricas en estaciones y buses de Transmilenio y el uso de drones por la fuerza pública, si bien han dado resultados, se perciben insuficientes.

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De acuerdo con la Veeduría Distrital, durante los años 2021, 2022 y el periodo comprendido entre enero y mayo de 2023, en las localidades donde más se reportaron hurtos a personas fueron Chapinero, Los Mártires, Teusaquillo, Santa Fe, Barrios Unidos y Suba.

Al consultar las cámaras para establecer los hechos, tanto para autoridades como para población civil, fue evidente que había un déficit, presentes mayoritariamente en los puntos neurálgicos en materia de inseguridad de cada localidad.

A hoy, el sistema de videovigilancia se compone de 9.718 cámaras. De ese total, 5.828 son propiedad del Distrito y las opera la Secretaría de Seguridad; 1.514 son privadas; 1.776 las opera Transmilenio, y 60 más las administran entidades como la CAR e INVIAS. De todas ellas, el Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4) integra 8.200 cámaras.

En este punto es importante resaltar que el C4, de acuerdo con la Veeduría, ha sido objeto de modificaciones presupuestales, que han afectado su capacidad de control, prevención y reacción de eventos de inseguridad.

Dichas reducciones de presupuesto limitan la adquisición de nuevas herramientas y el mantenimiento de los equipos existentes. Porque, dicho sea de paso, muchas de las cámaras instaladas en las calles de la ciudad, incluso algunas que manejan las autoridades distritales y de policía, no funcionan.

Situación similar ocurre con las cámaras instaladas en el sistema de transporte masivo. Dice la Veeduría que: “a pesar de contar con equipamiento tecnológico en estos vehículos, estas cámaras no se utilizan para la prevención ni la respuesta a eventos delictivos, dado que, además carecen de la tecnología necesaria para cumplir con estos propósitos. Además, presentan deficiencias en sus conexiones, ya que su capacidad de supervisión en tiempo real depende de la señal telefónica, lo que las hace ineficaces en la lucha contra la delincuencia en estos espacios”. Se espera que esta situación cambie con la reciente implementación de cámaras biométricas en buses y estaciones.

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¿Qué hacer?

Para la veedora distrital, Viviana Barberena, una causa capital de las limitaciones que impacta la autonomía y eficiencia del C4 tiene que ver con la subordinación a la Secretaría de Seguridad, hecho que genera que las decisiones administrativas y de presupuesto estén ligadas a las decisiones que la entidad asuma. Además, aseguró que el C4, “carece de la infraestructura necesaria para albergar de manera adecuada a las agencias que forman parte del sistema y, aún más, para permitir la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas que puedan fortalecer sus servicios”.

En ese sentido, una de las recomendaciones que el ente distrital hace, es permitir que el Centro de Comando C4 goce de autonomía, especialmente en temas administrativos y presupuestales. Esta medida podría traer consigo mejoras significativas en el fortalecimiento de los equipos que hacen parte del sistema de videovigilancia. Además, se podría contar con personal altamente capacitado para los servicios especializados que ofrece el C4.

Otra recomendación tiene que ver con el mejoramiento de los modelos utilizados para la priorización de las zonas con mayor impacto negativo en materia de seguridad para lograr un mapa adecuado y así poder instalar las cámaras en los puntos exactos de priorización.

Por último, advirtieron sobre la necesidad de diseñar estrategias que vayan encaminadas a fortalecer el trabajo técnico con Transmilenio, dado que es uno de los focos más altos de inseguridad. La Veeduría insistió en que la empresa y los concesionarios, “aporten a la implementación de cámaras de videovigilancia dentro de los buses articulados y zonales del sistema de transporte y que posibilite la interconexión de las cámaras existentes de propiedad de estas empresas con el centro de comando C4″.

¿Qué dice la Secretaría de Seguridad?

Las recomendaciones emitidas por la Veeduría fueron acatadas por la Secretaría de Seguridad. Ada Luz Sandoval, jefe del C4, le contó a El Espectador los avances que están implementando en relación con lo manifestado por la veeduría: “ya estamos en la consecución de dos tipos de tecnologías que nos van a permitir fortalecer el sistema de videovigilancia. La primera es la tecnología LPR, cámaras que pueden identificar placas, para atacar el delito de hurto automotores y sus delitos conexos. La segunda, son cámaras multisensor 360, que permitirán una visual completa en las localidades con mayores índices de inseguridad”.

Además, Sandoval confirmó que desde la Secretaría de Seguridad están trabajando en la proyección de un C5, tomando como ejemplo el trabajo realizado en varias ciudades de México. “Ellos han fortalecido su sistema de seguridad y emergencia a través de los centros de Comando, Control, Comunicaciones, Computo y Calidad. Hemos hecho visitas a estos centros y hemos logrado evidencias los diferentes tipos de modelos que podríamos tomar como ejemplo. Esa es una de las razones por la que, desde la Secretaría de Seguridad, estamos apuntando a que el C4 se convierta en un C5 el próximo año”.

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Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

Ante la creciente percepción de inseguridad que a diario viven quienes habitan en Bogotá, cada vez se hace más necesaria la implementación de tecnologías que contribuyan a reducir los índices de delitos en las calles. Los esfuerzos que a la fecha se han hecho, como la implementación de cámaras biométricas en estaciones y buses de Transmilenio y el uso de drones por la fuerza pública, si bien han dado resultados, se perciben insuficientes.

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De acuerdo con la Veeduría Distrital, durante los años 2021, 2022 y el periodo comprendido entre enero y mayo de 2023, en las localidades donde más se reportaron hurtos a personas fueron Chapinero, Los Mártires, Teusaquillo, Santa Fe, Barrios Unidos y Suba.

Al consultar las cámaras para establecer los hechos, tanto para autoridades como para población civil, fue evidente que había un déficit, presentes mayoritariamente en los puntos neurálgicos en materia de inseguridad de cada localidad.

A hoy, el sistema de videovigilancia se compone de 9.718 cámaras. De ese total, 5.828 son propiedad del Distrito y las opera la Secretaría de Seguridad; 1.514 son privadas; 1.776 las opera Transmilenio, y 60 más las administran entidades como la CAR e INVIAS. De todas ellas, el Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4) integra 8.200 cámaras.

En este punto es importante resaltar que el C4, de acuerdo con la Veeduría, ha sido objeto de modificaciones presupuestales, que han afectado su capacidad de control, prevención y reacción de eventos de inseguridad.

Dichas reducciones de presupuesto limitan la adquisición de nuevas herramientas y el mantenimiento de los equipos existentes. Porque, dicho sea de paso, muchas de las cámaras instaladas en las calles de la ciudad, incluso algunas que manejan las autoridades distritales y de policía, no funcionan.

Situación similar ocurre con las cámaras instaladas en el sistema de transporte masivo. Dice la Veeduría que: “a pesar de contar con equipamiento tecnológico en estos vehículos, estas cámaras no se utilizan para la prevención ni la respuesta a eventos delictivos, dado que, además carecen de la tecnología necesaria para cumplir con estos propósitos. Además, presentan deficiencias en sus conexiones, ya que su capacidad de supervisión en tiempo real depende de la señal telefónica, lo que las hace ineficaces en la lucha contra la delincuencia en estos espacios”. Se espera que esta situación cambie con la reciente implementación de cámaras biométricas en buses y estaciones.

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¿Qué hacer?

Para la veedora distrital, Viviana Barberena, una causa capital de las limitaciones que impacta la autonomía y eficiencia del C4 tiene que ver con la subordinación a la Secretaría de Seguridad, hecho que genera que las decisiones administrativas y de presupuesto estén ligadas a las decisiones que la entidad asuma. Además, aseguró que el C4, “carece de la infraestructura necesaria para albergar de manera adecuada a las agencias que forman parte del sistema y, aún más, para permitir la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas que puedan fortalecer sus servicios”.

En ese sentido, una de las recomendaciones que el ente distrital hace, es permitir que el Centro de Comando C4 goce de autonomía, especialmente en temas administrativos y presupuestales. Esta medida podría traer consigo mejoras significativas en el fortalecimiento de los equipos que hacen parte del sistema de videovigilancia. Además, se podría contar con personal altamente capacitado para los servicios especializados que ofrece el C4.

Otra recomendación tiene que ver con el mejoramiento de los modelos utilizados para la priorización de las zonas con mayor impacto negativo en materia de seguridad para lograr un mapa adecuado y así poder instalar las cámaras en los puntos exactos de priorización.

Por último, advirtieron sobre la necesidad de diseñar estrategias que vayan encaminadas a fortalecer el trabajo técnico con Transmilenio, dado que es uno de los focos más altos de inseguridad. La Veeduría insistió en que la empresa y los concesionarios, “aporten a la implementación de cámaras de videovigilancia dentro de los buses articulados y zonales del sistema de transporte y que posibilite la interconexión de las cámaras existentes de propiedad de estas empresas con el centro de comando C4″.

¿Qué dice la Secretaría de Seguridad?

Las recomendaciones emitidas por la Veeduría fueron acatadas por la Secretaría de Seguridad. Ada Luz Sandoval, jefe del C4, le contó a El Espectador los avances que están implementando en relación con lo manifestado por la veeduría: “ya estamos en la consecución de dos tipos de tecnologías que nos van a permitir fortalecer el sistema de videovigilancia. La primera es la tecnología LPR, cámaras que pueden identificar placas, para atacar el delito de hurto automotores y sus delitos conexos. La segunda, son cámaras multisensor 360, que permitirán una visual completa en las localidades con mayores índices de inseguridad”.

Además, Sandoval confirmó que desde la Secretaría de Seguridad están trabajando en la proyección de un C5, tomando como ejemplo el trabajo realizado en varias ciudades de México. “Ellos han fortalecido su sistema de seguridad y emergencia a través de los centros de Comando, Control, Comunicaciones, Computo y Calidad. Hemos hecho visitas a estos centros y hemos logrado evidencias los diferentes tipos de modelos que podríamos tomar como ejemplo. Esa es una de las razones por la que, desde la Secretaría de Seguridad, estamos apuntando a que el C4 se convierta en un C5 el próximo año”.

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