Alianza Verde: de ganar la alcaldía en Bogotá a la incertidumbre y las divisiones
Militantes del partido aseguran que todavía no se ha definido el mecanismo para elegir el candidato a la alcaldía de la capital. Incluso, algunos afirman que los “verdes” podrían no otorgarle aval a ninguno de sus militantes, para sumarse a una coalición.
Laura C. Peralta Giraldo
De ganar la Alcaldía de Bogotá con la votación más alta de las últimas décadas, y mostrarse como un grupo políticamente consolidado, al tener la mayor bancada en el Concejo, el partido Alianza Verde pasó (en menos de cuatro años) a ser un proyecto fragmentado, que implosionó. Hoy refleja un movimiento dividido y sin liderazgos claros, producto de las diferencias internas y los choques ideológicos, el cual no parece tener rumbo claro para la próxima contienda electoral.
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De ganar la Alcaldía de Bogotá con la votación más alta de las últimas décadas, y mostrarse como un grupo políticamente consolidado, al tener la mayor bancada en el Concejo, el partido Alianza Verde pasó (en menos de cuatro años) a ser un proyecto fragmentado, que implosionó. Hoy refleja un movimiento dividido y sin liderazgos claros, producto de las diferencias internas y los choques ideológicos, el cual no parece tener rumbo claro para la próxima contienda electoral.
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En octubre de 2019, con 1.108.000 votos, Claudia López Hernández, enarbolando las banderas del partido, rompió varios registros en el país: no solo logró la votación más alta para un alcalde, en la historia de la capital y el país, sino que fue la primera mujer en ganar la alcaldía de Bogotá. Su triunfo hizo ver al movimiento como una fuerza consolidada en la capital. Pero lo que apuntaba a ser una “aplanadora verde”, como se le bautizó al comienzo del mandato de López, tiene un frágil presente.
A diferencia de hace cuatro años, no hay una figura que represente las múltiples corrientes en el partido con la fuerza para repetir la hazaña. De 12 concejales, al menos cuatro quieren ser alcalde: Lucía Bastidas, Luis Carlos Leal, María Fernanda Rojas y Martín Rivera. Sin embargo, justo ellos evidencian la atomización del movimiento: tres han actuado más como oposición a la máxima figura del partido que bancada de gobierno.
Por eso elegir a uno parece un asunto complejo. En este punto nadie sabe cómo el partido elegirá al candidato oficial. El ambiente interno es tan complejo, que incluso creen que ninguno de ellos logrará la bendición. Internamente hay muchas corrientes que apuntan en diferente dirección, desde los que sienten más afines a la derecha, pasando por los que siguen creyendo en López y su proyecto, y quienes ven en el “gobierno del cambio” una mejor opción
De acuerdo con uno de los militantes del partido, quien solicitó reservar su nombre, el Verde tiene un desgaste natural, propio de la gestión de López y el manejo que le han dado de las directivas del partido. “Hay silencio total para lo relacionado con la Alcaldía. En cualquier momento hacen una reunión y dicen a quién se apoyarán o que simplemente no se tendrá candidato”.
El precandidato Rivera, por su parte, asegura que las relaciones del partido están “completamente rotas” y coincide en que se está ante un silencio y hermetismo, poco usual. “Es evidente que les generamos una molestia, Lucía Bastidas, Luis Carlos Leal, y yo, a un sector del partido, pero tenemos derecho constitucional de ser electos, y de participar, con las reglas claras, en el proceso electoral. Sin embargo, el partido, hasta el momento, sigue calladito”.
A la posibilidad de que la Alianza Verde no tenga candidato propio, la aspirante Rojas no le encontraría explicación. “Sería inaudito que el partido Verde, luego de haber logrado la primera alcaldesa mujer en Bogotá, sepulte la participación política femenina en estas elecciones”.
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En el camino se han escuchado otras opciones, como la del exgobernador de Boyacá Carlos Amaya, para ser candidato oficial del partido y carta de López en la puja por mantener su legado en la administración. No obstante, la idea parece lejana. No solo porque Amaya tiene otros planes, sino porque desde el partido algunos concejales, como Diego Cancino se han dedicado a revelar posibles malos manejos como gobernador.
“Hasta donde sabemos, Amaya no se va a lanzar y parece que Claudia no quiere tener candidato”, sostiene la precandidata Bastidas. Ante esto, integrantes del partido ya hablan de que López optaría por hacerle el guiño a un candidato de afuera de las filas verdes y fortalecer su próxima aspiración presidencial.
“Lo que hay es un interés del sector de Claudia por la campaña presidencial, por lo que las decisiones irán en ese sentido, dado que ellos tienen las mayorías de los espacios de decisión del Verde. La estrategia de Claudia será hacerle oposición al presidente Gustavo Petro, hacerse un poco más hacia la derecha y buscar alianzas que fortalezcan su posición”, indica la fuente.
Sin embargo, para Angie González, docente e investigadora de la Universidad del Externado, esta hipótesis no tendría sentido. Si la Alianza Verde busca llegar al Ejecutivo, en cabeza de López, no podrían apoyar una figura política de otras corrientes políticas. Así, la zozobra de este partido respondería, según González, a la ausencia de un candidato fuerte y atractivo ante la ciudadanía para los próximos comicios de octubre.
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“La idea siempre es fortalecer lo local para llegar fuertes a las presidenciales o regionales. Creo que no han encontrado al candidato que pueda dar esa pelea, porque adentro están peleados. Finalmente, considero que los verdes no tendrán candidato propio y terminarán co-avalando otra aspiración”.
En los próximos días se espera poner fin a la incertidumbre, cuando se defina si el partido se acogerá a un mecanismo de consulta interna o popular (como lo han solicitado los precandidatos), para elegir su apuesta a la Alcaldía de Bogotá; si elegirán candidato a puerta cerrada o si definitivamente no se presentarán a la contienda.
Por ahora, las voces expertas aseguran que la derecha y la izquierda le ganó terreno político electoral al centro y que, de llegarse a una segunda vuelta, serán estas dos orillas políticas las que la protagonicen de donde saldrá el nuevo mandatario distrital.
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