Alondra Cornuda, especie en peligro crítico de extinción, fue vista en Soacha
Las aves permanecen en peligro crítico de extinción por la pérdida de su hábitat, que ha desaparecido en un 98%.
En los últimos días, biólogos de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca CAR, reportaron que, en zona rural del municipio de Soacha, identificaron la presencia de la alondra cornuda (Eremophila alpestris peregrina), una especie endémica, es decir, que solamente se encuentra en ciertos territorios, catalogada en alto riesgo de extinción.
En contexto: Humedal Córdoba: cada vez más contaminado y en riesgo de perder espejos de agua
El hallazgo se dio en la vereda Panamá, en zona rural del mencionado municipio. “Aunque el avistamiento es una grata noticia, es importante recordar que esta especie se encuentra en peligro crítico de extinción, principalmente por la pérdida de su hábitat”, señaló la entidad.
La vulnerabilidad de la alondra cornuda se debe a que es la única de 21 subespecies peregrinas existentes a nivel mundial que no es migratoria, pero sí es endémica, es decir, que solamente se encuentra en un ecosistema, en este caso, el del matorral subxerofítico (semiseco) del altiplano cundiboyacense.
De acuerdo con los estudios que hasta la fecha se han realizado, si bien se han reportado periodos de nidación en los meses de abril, julio y diciembre, las posturas promedio son de dos huevos, hecho que da cuenta de la vulnerabilidad de la especie.
Los registros de las poblaciones dan cuenta de que son muy pequeñas, van desde los 4 hasta un máximo 64 individuos. Se alimenta principalmente de pequeños insectos y arañas, lombrices, semillas y material vegetal.
Hábitat natural de la alondra cornuda ha desaparecido en un 98%
La noticia, más allá de una celebración, debe llamar a atención por la progresiva pérdida de los ecosistemas del país y, por consiguiente, su biodiversidad y el papel que cumplen en la mitigación del cambio climático y el calentamiento global.
El caso del hábitat de la alondra cornuda, el matorral subxerofítico, es escandaloso. De acuerdo con el Libro Rojo de Ecosistemas, se estima que en Colombia ha desaparecido el 98% de matorral subxerofítico, quedando solamente un remanente del 2% del área original. ¡Un 2%! La gran mayoría de la pérdida del ecosistema se debe a la expansión inmobiliaria y a las actividades mineras.
Para frenar la progresiva destrucción de ecosistemas, fauna y flora de la región, el Plan de Acción Cuatrienal – PAC 2024-2027 de la CAR, definió acciones enfocadas en la conservación y protección de la fauna silvestre amenazada, entre las que se encuentran la formulación y puesta en marcha del Plan de Manejo y Conservación de la alondra cornuda, abordando líneas de acción científicas y técnicas, acompañadas de programas de educación y sensibilización con el apoyo de las comunidades.
Además, la entidad hizo un llamado para aunar esfuerzos y definir alianzas estrategias en pro de la protección, conservación y recuperación del matorral subxerofítico, el monitoreo de las poblaciones y acciones de control y seguimiento de las actividades que puedan afectar la especie, las poblaciones y su hábitat. La conversación, en tiempos de cambio climático, calentamiento global, es, además de urgente, una responsabilidad ineludible. Máxime cuando este lunes 21 de octubre empieza la COP 16, la Cumbre Mundial de Biodiversidad, que tendrá como primera vez su escenario principal en Colombia, puntualmente en la ciudad de Cali.
Lea además: Deslizamiento en vía Pacho-Zipaquirá dejó varias personas lesionadas
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
En los últimos días, biólogos de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca CAR, reportaron que, en zona rural del municipio de Soacha, identificaron la presencia de la alondra cornuda (Eremophila alpestris peregrina), una especie endémica, es decir, que solamente se encuentra en ciertos territorios, catalogada en alto riesgo de extinción.
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La vulnerabilidad de la alondra cornuda se debe a que es la única de 21 subespecies peregrinas existentes a nivel mundial que no es migratoria, pero sí es endémica, es decir, que solamente se encuentra en un ecosistema, en este caso, el del matorral subxerofítico (semiseco) del altiplano cundiboyacense.
De acuerdo con los estudios que hasta la fecha se han realizado, si bien se han reportado periodos de nidación en los meses de abril, julio y diciembre, las posturas promedio son de dos huevos, hecho que da cuenta de la vulnerabilidad de la especie.
Los registros de las poblaciones dan cuenta de que son muy pequeñas, van desde los 4 hasta un máximo 64 individuos. Se alimenta principalmente de pequeños insectos y arañas, lombrices, semillas y material vegetal.
Hábitat natural de la alondra cornuda ha desaparecido en un 98%
La noticia, más allá de una celebración, debe llamar a atención por la progresiva pérdida de los ecosistemas del país y, por consiguiente, su biodiversidad y el papel que cumplen en la mitigación del cambio climático y el calentamiento global.
El caso del hábitat de la alondra cornuda, el matorral subxerofítico, es escandaloso. De acuerdo con el Libro Rojo de Ecosistemas, se estima que en Colombia ha desaparecido el 98% de matorral subxerofítico, quedando solamente un remanente del 2% del área original. ¡Un 2%! La gran mayoría de la pérdida del ecosistema se debe a la expansión inmobiliaria y a las actividades mineras.
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Además, la entidad hizo un llamado para aunar esfuerzos y definir alianzas estrategias en pro de la protección, conservación y recuperación del matorral subxerofítico, el monitoreo de las poblaciones y acciones de control y seguimiento de las actividades que puedan afectar la especie, las poblaciones y su hábitat. La conversación, en tiempos de cambio climático, calentamiento global, es, además de urgente, una responsabilidad ineludible. Máxime cuando este lunes 21 de octubre empieza la COP 16, la Cumbre Mundial de Biodiversidad, que tendrá como primera vez su escenario principal en Colombia, puntualmente en la ciudad de Cali.
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