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La Contraloría de Bogotá dio a conocer los resultados de la auditoría que comenzó en enero de este año, y que pone en el centro de debate la compra de 105 ambulancias que efectuó el Distrito en 2021. En su momento, la denuncia, impulsada desde el Concejo de Bogotá, por la concejal Diana Diago (Centro Democrático) se centraba en el hecho de que la Alcaldía adaptara furgones para que funcionaran como vehículos de transporte para atención y traslado de pacientes a centros asistenciales de la capital, hecho que provocó que en el sector salud, llamaran a estas ambulancias ‘Las Bimbo’, por su similitud con los camiones de la empresa de pan.
Pero esta vez, más que el hecho de que adaptaran los furgones, el ente de control halló un presunto detrimento y fallas en la planeación de esta compra que ascendió a los $35 mil millones y en las justificaciones del Distrito para promover dicho gasto. ¿Qué halló?
Contexto: “Las Bimbo”, las nuevas ambulancias que están en la mira de los entes de control
La Contraloría le siguió la pista a las cuentas que hizo el Fondo Financiero Distrital de Salud, para determinar que las ambulancias valían los $35 mil millones, y la necesidad de adquirirlas. De acuerdo con el informe del ente de control que conoció El Espectador, la Contraloría halló que el Distrito habría justificado la compra para reforzar las rutas de atención integral en salud y nutrición, enfermedades respiratorias, atención de gestantes y recién nacidos y al consumo de sustancias psicoactivas, entre otros. Sin embargo, estos argumentos, según el ente de control, no guardan “relación alguna con las adquisiciones de los vehículos o ambulancias que se requería contratar.”
Además, la Alcaldía habría tenido en cuenta en su estudio la necesidad de esta compra teniendo en cuenta los efectos de la pandemia por COVID-19, sin embargo, “la entidad no realizó un completo y verdadero estudio del sector que mostrara el escenario concreto y real de la oferta de ambulancias, en el cual se contemplaran las circunstancias de desabastecimiento del sector automotriz”, señala el informe de la Contraloría.
Otro aspecto que le ‘achacan’ al Distrito es el no haber sancionado el incumplimiento de los contratistas a la hora de entregar los vehículos. En uno de los contratos de compra de 47 ambulancias, la empresa solo cumplió con una de ellas, aspecto que no fue sancionado ni se iniciaron acciones administrativas al respecto. Además, adicionaron más ambulancias de las que habían dicho que comprarían. Esto, dice el ente, por “falta de idoneidad en la elaboración del presupuesto para el proyecto de la adquisición de ambulancias, incumplimiento en los requisitos de justificación para adicionar recursos y falencias en los estudios del sector”, añade el informe.
Al fin de cuentas, la contraloría habría hallado un detrimento de “$725.327.108 y presunta incidencia disciplinaria y penal por un inadecuado recibo, supervisión, vigilancia y seguimiento sobre la adquisición de las ambulancias”.
“La Contraloría me da la razón, la compra de estos camiones que hicieron pasar como ambulancias presentan irregularidades y los responsables deben ser judicializados y sancionados fiscalmente. Con la salud de los bogotanos no se juega señora alcaldesa y señor secretario de salud, con este tipo de hallazgos queda más que claro que la lucha anticorrupción solo quedó en promesas de campaña”, mencionó, por su parte, la concejal Diago, quien dio a conocer todo este enredo.
Al momento la Secretaría de Salud no se ha manifestado acerca de estos presuntos hallazgos y se espera que tanto esta cartera, como la Alcaldía, en cabeza de Claudia López, respondan por estos hechos, que habrían afectado el bolsillo del presupuesto en salud de la ciudad.
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