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La renuncia de Andrés Escobar a la gerencia de la Empresa Metro de Bogotá (EMB) y la reestructuración que se piensa hacer en la entidad es el primer gran cambio en el gabinete de la alcaldesa Claudia López. Aunque hay otros sectores en los que al Distrito le han llovido críticas, como seguridad y movilidad, este es el primer funcionario de alto nivel en salir de la administración. Y lo hace luego de cinco años de trabajo en los que, en independiente de los aciertos y los cuestionamientos, se queda con el mérito de haber sido el funcionario que logró dejar en marcha un proyecto del que se venía hablando hace más de 70 años.
Al parecer, tan clave era su papel al frente de la entidad, que fue el único funcionario de la administración de Enrique Peñalosa que fue ratificado por la alcaldesa López. De ahí que para muchos haya sido sorpresiva su renuncia, que hizo oficial ayer ante la junta directiva de la EMB. Y aunque los detractores del metro elevado tienen sus propias teorías sobre la salida (aseguran que debió salir mucho antes), para Escobar este paso no es más que el cierre de un ciclo, tras haber cumplido la tarea para la que fue nombrado.
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“Se han dado las condiciones para que se produzca un relevo en la dirección de la empresa”, dijo Escobar en la oficialización de su renuncia, quien de paso aprovechó para agradecerle al expresidente Juan Manuel Santos por apoyar el proyecto y garantizar el 70 % de su financiación, y al exalcalde Enrique Peñalosa, por liderar la iniciativa, al punto de dejarla contratada y en manos del consorcio chino, que hoy realiza trabajos en el suroccidente de Bogotá, donde se construirá el patio-taller. Asimismo, reconoció la labor del presidente Iván Duque, por darle continuidad a la obra y avalar los procesos crediticios internacionales.
Y es que el metro elevado, más allá de las críticas y las comparaciones con otros proyectos, fue el primero en concretarse debido a la articulación que se logró de los últimos dos gobiernos nacionales y distritales. Si bien en otras administraciones hubo avances y se contemplaron trazados más completos, nunca contaron con apoyo suficiente para materializar lo que estaba en el papel. Fue gracias a ese trabajo que Escobar hoy queda en la historia no solo como el responsable de lo bueno o lo malo que ocurra con el proyecto, sino como el que logró por primera vez la luz verde que necesitaban las obras.
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Para llegar a este punto, el exgerente y su equipo tuvieron que sortear 89 pasos desde enero de 2016 hasta hoy, que parten desde la creación de la misma entidad, pasando por la gestión para conseguir las vigencias futuras y créditos con la banca multilateral para financiar los $12,9 billones que costará la primera línea, el traslado anticipado de redes, la contratación de la interventoría y la contratación de los estudios de prefactibilidad, para extender el metro hasta el noroccidente, en las localidades de Engativá y Suba.
A pesar de que la salida de Escobar se dio en los mejores términos, tanto que él y la alcaldesa López cruzaron palabras de reconocimiento y gratitud, la decisión no fue compartida por quienes respaldan el metro elevado. La concejal Lucía Bastidas (Alianza Verde) lamentó su salida. “Es una lamentable noticia. La primera línea queda andando. Ojalá llegue una persona técnica, que esté a la altura, porque Escobar tenía claro el proyecto. Quien llegue a la EMB recibe una empresa consolidada, un proyecto en marcha y el apoyo de los gobiernos nacional y distrital. Lo importante es que se concentre en hacer la obra”.
Los reparos
Los logros, sin embargo, no fueron el único aspecto para resaltar durante la gerencia de Andrés Escobar. En su trayectoria al frente del proyecto también se vio rodeado de controversias. Por un lado, por los señalamientos de quienes exigían que el metro se hiciera subterráneo. Por el otro, debido a informes de entes de control, que dan cuenta de algunos aspectos que preocupan alrededor de la ejecución del proyecto. Por ejemplo, el más diciente es el documento que presentó la Contraloría Distrital en octubre de este año, en el que hace un corte de cuentas del período 2019 de la EMB. Al final, el informe revela 86 hallazgos de auditoría (45 administrativos, 38 disciplinarios, dos penales y uno fiscal por un valor que supera los $1.048 millones).
Por esto, opositores al metro elevado afirmaron que Escobar deja su cargo en medio de varias dudas y cuestionaron a la alcaldesa por no apartarlo desde antes. La concejal Ana Teresa Bernal (Colombia Humana) manifestó que “se va un funcionario que engañó a Bogotá” y que bajo la premisa de que el metro elevado era más rápido y más barato, tumbó el metro. “Ahora vemos que no era así. El metro subterráneo era más conveniente, estaba más avanzado, como lo estableció la Contraloría. Perdimos cinco años mientras Quito al mismo tiempo sacó adelante su metro subterráneo”.
Bernal agregó que “es inexplicable cómo esta administración respaldó por un año a un funcionario tan cuestionado al frente del proyecto de infraestructura más importante del país. Su salida es tardía, pues el daño ya está hecho”. La cabildante Heidy Sánchez, también de la Colombia Humana, por su parte preguntó por el informe de la veeduría técnica al proceso contractual, que anunció la alcaldesa una vez fue electa. “Hasta el día de hoy no conocemos los resultados de esa comisión”.
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“Escobar debió ser el primero en ser removido del cargo por lo que representa. Él es un constructor que botó a la basura los estudios del metro subterráneo y hoy tenemos una serie de irregularidades, porque no hay estudios de ingeniería de detalle. Ya se prevén sobrecostos, se hacen pasos sin tener estudios completos y hay contratos a dedo, pero ya se habla hasta de una segunda fase”, añadió Sánchez.
Con la salida de Escobar de la EMB se cierra una etapa en la que lo primordial era concretar las acciones necesarias para asegurar la plata y dar inicio a una obra de la que se viene hablando hace más de siete décadas. Ahora, aunque seguirá el debate sobre si su salida era o no conveniente, inicia otro ciclo que, según el Distrito, se basará en ampliar y reestructurar la empresa, de acuerdo con los planteamientos del Plan de Desarrollo que busca dejarle a la ciudad una red regional de metros.
Los retos para quien llegue a gerenciar la Empresa Metro
La persona que elijan para reemplazar a Andrés Escobar en la gerencia de la Empresa Metro tendrá varios desafíos, que pasan por asegurar la ejecución de las obras dentro de los plazos establecidos en el cronograma. Lo principal será resolver las dudas que hay en torno a la construcción del patio-taller en el sector de El Corzo, en Bosa, para que las obras no se tarden más de los seis años estipulados. Asimismo, tendrá que completar la compra de predios y el traslado de redes de servicios públicos para que, de forma paralela a los trabajos en el patio-taller, inicien las obras para construir el deprimido en la intersección de la Av. Caracas con calle 72, que están previstas para mayo de 2021.
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Otro de los retos será realizar la reestructuración de la EMB de acuerdo con los lineamientos de la alcaldesa López, que propuso expandir la primera línea del metro a una red regional que se complemente con los Regiotram del occidente (en ejecución) y el norte (en estudios). Por último, tendrá que culminar los estudios y conseguir la financiación de la extensión del metro hasta el occidente.
