“Área a sustraer de la Van de Hammen no es de especial sensibilidad ambiental” CAR

Reserva Van der Hammen

Foto: Cortesía CAR Cundinamarca

En medio de la polémica por la aprobación de sustracción de 20,8 hectáreas de la reserva Thomas Van der Hammen, para la construcción de vías en Bogotá, la Corporación Autónoma Regional (CAR) Cundinamarca salió a defender y a explicar la decisión del Consejo Directivo. A través de un comunicado, señaló que luego de analizar el concepto técnico, se tiene certeza de que el terreno a sustraer “no atraviesa áreas consideradas con especial grado de sensibilidad ambiental”.

Lea: La CAR aprobó la sustracción de la reserva Van der Hammen

La aclaración la hizo para contrarrestar las críticas frente al trámite, que se adelantó el pasado lunes, casi a contrarreloj. Pese a que estaba pendiente el fallo de la apelación de una tutela, sobre la solicitud de una audiencia pública antes de que se discutiera la solicitud, el consejo directivo de la CAR realizó una sesión extraordinaria (que duró casi 10 hora), en la que se dio luz verde a la sustracción.

Sobre dicha audiencia, la CAR explicó que no se realizó, porque al ser un trámite especial, la ley no la contemplaba como parte del proceso. “Además, en el trámite se reconocieron terceros intervinientes, se atendieron las peticiones de la ciudadanía y se permitió la consulta pública del expediente de manera digital durante todo el proceso”, dijo el director de la Corporación, Luis Fernando Sanabria Martínez.

Más información: Reserva Van der Hammen: ¿Por qué importa tanto la decisión de intervención?

No obstante, explica Sanabria, el asunto será diferente en el proceso para la expedición de la licencia ambiental, la cual realmente permitiría la construcción de las vías. Con la sustracción aprobada, ahora la CAR se concentrará en evaluar los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) que entregó el Distrito, proceso que sí contempla la audiencia pública. Por lo tanto, será en esa instancia donde se permitirá la participación ciudadana. El anuncio, de esta manera, responde a la solicitud que hizo la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.

“Una vez se cumplan los requisitos de Ley, la CAR definirá si es viable otorgarle Licencia Ambiental al proyecto. En esta Licencia, que se expide mediante Resolución, se establecen las medidas de compensación, mitigación y prevención por la ejecución del proyecto”, agregó la entidad.

Finalmente, resaltó que, para la construcción de la prolongación de la Avenida Boyacá, se contemplan dos compensaciones: una por la sustracción y otra por los impactos en la ejecución del proyecto, independiente de las medidas y actividades que la CAR le imponga en la Licencia Ambiental. En caso de que se rechace la licencia ambiental, la resolución de sustracción queda anulada.

Le puede interesar: “Sustracción en Van der Hammen se haría con estándares ambientales”: Claudia López

Los reparos a la sustracción en la Van der Hammen

La importancia de la reserva Thomas Van der Hammen, que tiene 1.395 hectáreas (12 veces el parque Simón Bolívar o casi el tamaño de Teusaquillo) radica en que es un punto clave de conectividad de los Cerros Orientales con el río Bogotá, por lo que, en documentos como el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), se prioriza su cuidado y recuperación.

Por ahora, se conoce que la ampliación de la avenida Boyacá, propuesta por la alcaldía, entra a la Van der Hammen en tres tramos: uno de 108 metros cuadrados, que prácticamente bordea la reserva; otro de 9,97 hectáreas, que pasa junto al cementerio La Inmaculada, y finalmente una de 10,88 ha., que es la que más preocupa a los defensores de la reserva, pues atraviesa el sector que conecta los cerros con la con el río Bogotá.

A pesar de que la CAR dice que el terreno a sustraer “no atraviesa áreas consideradas con especial grado de sensibilidad ambiental”, algo diferente piensa Sabina Rodríguez Van der Hammen, quien lidera una de las veedurías para la protección de la reserva. Ella considera que la obra en la avenida Boyacá sería incluir una nueva fragmentación de borde a borde, como ya lo hacen la carrera Séptima y la Autopista Norte, que ya representan una carga en la conexión ambiental.

“Acá se mete una vía en una zona supremamente frágil, que colinda con el humedal, es el boquerón con Torca y además es el punto donde más llueve. La conectividad hídrica en este sitio es fundamental y es donde van a hacer el corte”, advierte Rodríguez.

No obstante, aun hay un grupo de ciudadanos que consideran que la protección de la reserva, tal como está hoy, no es importante. Como se lee, en palabras de el exalcalde Enrique Peñalosa, quien fue el primero en proponer la modificación de la zona de protección, y hoy responde a la ministra de ambiente, Susana Muhamad, tras hablar de la importancia ecológica del sector.

“Grandilocuencia pseudocientífica. Que nos cuenten cuál científico serio está de acuerdo con que la VanDerHammen (que hoy son potreros con pastos foráneos, cultivos de flores y barrios) es un “ecosistema regional crítico para la estabilidad climática de toda la sabana de Bogotá”. Y menos aún, que la sustracción de 20 hectáreas tenga un impacto en las 1.400 hectáreas de la reserva”, dijo a través de su cuenta de Twitter.

Por ahora, el debate alrededor de la reserva Thomas Van der Hammen, vuelve a la agenda, justo en medio de un año electoral. El futuro de la zona de protección está en manos de la CAR.

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.