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Uno de los principales retos que han asumido en 2024 los gobiernos locales y las corporaciones autónomas regionales es el fenómeno de El Niño y su incidencia en la variabilidad climática, que intensifica y prolonga las sequías, produciendo desabastecimiento de agua, incendios forestales y alteración de ecosistemas estratégicos, entre otros riesgos.
En contexto: Reservorios de agua, la apuesta de la CAR para enfrentar sequías y cambio climático
Cundinamarca es uno de los departamentos donde la acción de El Niño se ha sentido con más fuerza. Las cifras globales en lo que va de 2024 dan cuenta de la magnitud de la emergencia: hasta el 11 de marzo habían atendido 345 incendios forestales, en 78 municipios, que afectaron 2.365,5 ha.
Otro efecto de El Niño es el déficit hídrico, que ha afectado a varios municipios, al punto de que 21 fueron declarados en riesgo, a principios de febrero, ante un posible desabastecimiento de agua, hecho que repercute en la producción de alimentos y el bienestar de los animales que se usan en la industria láctea y ganadera.
Debido al preocupante panorama, la CAR Cundinamarca anunció la construcción de 5.000 reservorios de agua en todos los municipios del departamento, como iniciativa para “generar una medida de adaptación al cambio climático y mejorar la capacidad de acción de los campesinos en épocas de menos precipitaciones”, según explicó la entidad.
Inicio del proyecto
La construcción de los reservorios ya arrancó. Esta semana, el pasado 27 de marzo, la CAR anunció que el proyecto ya está en marcha. El primer reservorio se empezó a construir en la vereda Apartadero, en zona rural del municipio de Ubaté.
“En los predios donde se vayan a construir los nuevos reservorios, firmaremos un acuerdo de conservación; además de garantizar el recurso hídrico, vamos a reverdecer los predios y establecer entornos sostenibles, con soluciones basadas en la naturaleza”, señaló Alfred Ballesteros, director de la CAR Cundinamarca.
Los reservorios se construirán en terrenos aptos, en donde existan proyectos de modelos productivos de plantaciones frutales, especies forestales o cultivos de pancoger; es decir, cultivos destinados a suplir las necesidades alimentarias de una población determinada, como pueden ser plantaciones de maíz, frijol o plátano, por ejemplo.
Además de los reservorios, la CAR anunció que en el cuatrienio planea sembrar cinco millones de árboles en Cundinamarca y parte de Boyacá, para consolidarlos como “los departamentos más verdes de Colombia”. Para ello habrá “un acuerdo de conservación que deberán firmar los dueños de los predios, comprometiéndose a permitir que la CAR siembre en sus terrenos de 500 a 1.000 árboles. “Debemos tener la capacidad de adaptar a los ciudadanos al cambio climático”, indica la entidad.
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