Así es trabajar en Plaza España, una zona socialmente reconocida pero estigmatizada
En una zona comúnmente conocida por la compra y venta de ropa nueva y usada, el microtráfico y la delincuencia ha hecho de las suyas. A pesar de esto, los comerciantes del lugar lograron rescatar el significado cultural de este sitio, y contaron los cambios estructurales por los que pasaron para que la Plaza España llegara a ser reconocida tal y como lo es hoy.
Sara Caicedo
A la intemperie, dependiendo del sol, la lluvia y el frío, así trabajaban los ropavejeros en 1982, en la Plaza España, ubicada entre la décima y la calle 12, entre carreras 18 y 19, en la localidad de Los Mártires, lugar en el que había más de 400 casetas dedicadas a la compra y venta de ropa usada.
En 1999, estos se organizaron en una asociación y presentaron un proyecto a la Alcaldía de Bogotá para ser reubicados. Y mediante un ahorro programado y con créditos, lograron reunir el dinero para la creación del Centro Comercial Plaza España. Estos ropavejeros se fueron transformando en comerciantes y llenaron de potencial y reconocimiento este punto de la ciudad, que gracias a esa labor de curaduría de las prendas y de darles un segundo uso, puso al centro de Bogotá en el mapa de Latinoamérica.
Leer: Revitalización y criminalidad: la lucha por el corazón de Bogotá
Luz Elbeny Nariño, comerciante del sitio desde hace 15 años, e hija de ropavejeros, cuenta que la Plaza España nació en lo que ahora conocemos como Corabastos y aunque la zona carga con una estigmatización de delincuencia, sobre todo por micrográfico, el lugar es reconocido a nivel internacional.
“Acá vienen muchos universitarios a buscar ropa para sus presentaciones, viene de otros países a comprar, y muchas personas que se han encargado de correr la voz, entonces es una zona acreditada y muy reconocida. Prácticamente, podría decir que es una referencia de ropa de segunda a nivel mundial”, compartió Luz.
A inicios de los 2000, a los comerciantes del sitio se les entregó carpas para que no continuaran trabajando a la intemperie, sin embargo, “estas ya estaban deterioradas, pero a base del trabajo y de la oportunidad que nos dio el Ipes, nos fuimos organizando para trabajar mejor y más cómodo”.
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Y es que actualmente no solo está el Centro Comercial Plaza España, también hay un espacio grande que dispuso el Distrito para ubicar a varios vendedores, asimismo, otros comerciantes por sus propios medios arrendaron locales cerca, y este negocio de la venta y compra de ropa usada fue abarcando varias cuadras, que hoy en día son más que reconocidas por todos los bogotanos.
Sin embargo, no siempre hubo organización. Cuando Luz Mery Ladino llegó hace 15 años a trabajar a la Plaza España se encontró con un panorama difícil, “en todos estos años que he trabajado acá he tenido que ver cosas que ni me imaginaba, la gente viviendo en la calle, jóvenes consumiendo drogas, la suciedad, en fin, para mí fue difícil cuando comencé el hecho de estar en medio de esas situaciones”.
Este panorama lo vivieron todos los trabajadores de la zona, que con el paso del tiempo tuvieron que adaptarse. “Por la cuestión de las drogas y la delincuencia del lugar, hemos entendido y aprendido a manejar la zona en la que trabajamos. Ya que muchas de las personas que andan en esos temas son jóvenes que están enfermos y necesitan ayuda. Es un poquito delicado, pero Dios nos aguarda”, señaló Luz Elbeny.
Ver: Renacer para crecer: la vida después de habitar las calles del Bronx
Parque de la Plaza España, en el olvido
De acuerdo con Luz Elbeny, el parque que queda en todo el centro de la zona (entre la décima y la calle 12), un punto que alcanza a encontrarse con lo que anteriormente se conocía como la “L” o el Bronx., “es un sitio que aunque está en constante vigilancia, se nota la presencia de la delincuencia. Lastimosamente, eso es algo que sí nos perjudica siempre, sobre todo en temporada alta”.
Y lo que piden los trabajadores de la zona es una intervención urgente en este lugar. Luz Mery cuenta que aunque con el paso de los años la situación ha mejorado, al menos en los alrededores donde se han tapado huecos y renovado alguna que otra infraestructura, si la presencia de la Policía fuera constante “aún más de lo que ya lo es, de seguro aumentarían las ventas”.
De acuerdo con las cifras registradas por la Secretaría de Seguridad de la localidad de Los Mártires, sí han disminuido los delitos como el hurto a personas, los robos de carros, celulares y bicicletas, en los últimos cuatro años. Por ejemplo, en el 2019 fueron 5.493 las personas robadas en esa localidad, y este año van 1.923.
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Sin embargo, las necesidades de los comerciantes son claras: más presencia de la Policía, mantenimiento y constante limpieza de las zonas comunes. Incluso, un jardín público para que las trabajadoras del lugar puedan asistir con sus hijos, ya que como lo comenta Luz Elbeny, hay bastantes madres solteras que necesitan trabajar, pero también estar pendientes de los niños y niñas.
En cuanto al parque de la zona, los vendedores coinciden en una intervención que permita ver renovado el lugar. Asimismo, una constancia en la recolección residuos, “debido a que dejan las basuras tiradas y los habitantes de calle las riegan, todo eso produce la aparición de ratones, por lo que creemos que ese tipo de cosas necesita bastante atención”, agregó Luz Mery.
Y aunque ha sido una lucha de años por preservar esta reconocida parte de la ciudad, y continuar con el legado de las primeras personas que empezaron a ejercer la labor de ropavejeros, los comerciantes continúan apostándole al trabajo con la comunidad, el Distrito y los clientes, para que la Plaza España siga siendo ese punto de encuentro de extranjeros, universitarios, trabajadores y ciudadanos que buscan darle una segunda oportunidad a la ropa.
No olvidemos que estos vendedores también se han convertido en artesanos textiles, pues reparan las prendas y ayudan a mitigar el impacto de la industria textil en el medioambiente.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
A la intemperie, dependiendo del sol, la lluvia y el frío, así trabajaban los ropavejeros en 1982, en la Plaza España, ubicada entre la décima y la calle 12, entre carreras 18 y 19, en la localidad de Los Mártires, lugar en el que había más de 400 casetas dedicadas a la compra y venta de ropa usada.
En 1999, estos se organizaron en una asociación y presentaron un proyecto a la Alcaldía de Bogotá para ser reubicados. Y mediante un ahorro programado y con créditos, lograron reunir el dinero para la creación del Centro Comercial Plaza España. Estos ropavejeros se fueron transformando en comerciantes y llenaron de potencial y reconocimiento este punto de la ciudad, que gracias a esa labor de curaduría de las prendas y de darles un segundo uso, puso al centro de Bogotá en el mapa de Latinoamérica.
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Luz Elbeny Nariño, comerciante del sitio desde hace 15 años, e hija de ropavejeros, cuenta que la Plaza España nació en lo que ahora conocemos como Corabastos y aunque la zona carga con una estigmatización de delincuencia, sobre todo por micrográfico, el lugar es reconocido a nivel internacional.
“Acá vienen muchos universitarios a buscar ropa para sus presentaciones, viene de otros países a comprar, y muchas personas que se han encargado de correr la voz, entonces es una zona acreditada y muy reconocida. Prácticamente, podría decir que es una referencia de ropa de segunda a nivel mundial”, compartió Luz.
A inicios de los 2000, a los comerciantes del sitio se les entregó carpas para que no continuaran trabajando a la intemperie, sin embargo, “estas ya estaban deterioradas, pero a base del trabajo y de la oportunidad que nos dio el Ipes, nos fuimos organizando para trabajar mejor y más cómodo”.
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Y es que actualmente no solo está el Centro Comercial Plaza España, también hay un espacio grande que dispuso el Distrito para ubicar a varios vendedores, asimismo, otros comerciantes por sus propios medios arrendaron locales cerca, y este negocio de la venta y compra de ropa usada fue abarcando varias cuadras, que hoy en día son más que reconocidas por todos los bogotanos.
Sin embargo, no siempre hubo organización. Cuando Luz Mery Ladino llegó hace 15 años a trabajar a la Plaza España se encontró con un panorama difícil, “en todos estos años que he trabajado acá he tenido que ver cosas que ni me imaginaba, la gente viviendo en la calle, jóvenes consumiendo drogas, la suciedad, en fin, para mí fue difícil cuando comencé el hecho de estar en medio de esas situaciones”.
Este panorama lo vivieron todos los trabajadores de la zona, que con el paso del tiempo tuvieron que adaptarse. “Por la cuestión de las drogas y la delincuencia del lugar, hemos entendido y aprendido a manejar la zona en la que trabajamos. Ya que muchas de las personas que andan en esos temas son jóvenes que están enfermos y necesitan ayuda. Es un poquito delicado, pero Dios nos aguarda”, señaló Luz Elbeny.
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Parque de la Plaza España, en el olvido
De acuerdo con Luz Elbeny, el parque que queda en todo el centro de la zona (entre la décima y la calle 12), un punto que alcanza a encontrarse con lo que anteriormente se conocía como la “L” o el Bronx., “es un sitio que aunque está en constante vigilancia, se nota la presencia de la delincuencia. Lastimosamente, eso es algo que sí nos perjudica siempre, sobre todo en temporada alta”.
Y lo que piden los trabajadores de la zona es una intervención urgente en este lugar. Luz Mery cuenta que aunque con el paso de los años la situación ha mejorado, al menos en los alrededores donde se han tapado huecos y renovado alguna que otra infraestructura, si la presencia de la Policía fuera constante “aún más de lo que ya lo es, de seguro aumentarían las ventas”.
De acuerdo con las cifras registradas por la Secretaría de Seguridad de la localidad de Los Mártires, sí han disminuido los delitos como el hurto a personas, los robos de carros, celulares y bicicletas, en los últimos cuatro años. Por ejemplo, en el 2019 fueron 5.493 las personas robadas en esa localidad, y este año van 1.923.
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En cuanto al parque de la zona, los vendedores coinciden en una intervención que permita ver renovado el lugar. Asimismo, una constancia en la recolección residuos, “debido a que dejan las basuras tiradas y los habitantes de calle las riegan, todo eso produce la aparición de ratones, por lo que creemos que ese tipo de cosas necesita bastante atención”, agregó Luz Mery.
Y aunque ha sido una lucha de años por preservar esta reconocida parte de la ciudad, y continuar con el legado de las primeras personas que empezaron a ejercer la labor de ropavejeros, los comerciantes continúan apostándole al trabajo con la comunidad, el Distrito y los clientes, para que la Plaza España siga siendo ese punto de encuentro de extranjeros, universitarios, trabajadores y ciudadanos que buscan darle una segunda oportunidad a la ropa.
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