Así está el actual panorama de la desnutrición en menores de 5 años en Bogotá
Después de cuatro años sin muertes en esa población por malnutrición, en 2021 se presentó una en la ciudad, según datos de la Secretaría de Salud. Las localidades Tunjuelito, Los Mártires y Puente Aranda son las que presentan mayores índices de desnutrición aguda.
El hambre, la malnutrición y la desnutrición, lejos de ser sinónimos, son causas y consecuencias de un mal que aqueja a la niñez de Bogotá de distintas maneras y que además de generar retraso en la talla (altura), la desnutrición aguda y el exceso de peso, entre otras, puede afectar su formación neurológica.
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El hambre, la malnutrición y la desnutrición, lejos de ser sinónimos, son causas y consecuencias de un mal que aqueja a la niñez de Bogotá de distintas maneras y que además de generar retraso en la talla (altura), la desnutrición aguda y el exceso de peso, entre otras, puede afectar su formación neurológica.
En primer lugar, hay que distinguir los conceptos de malnutrición y de desnutrición, que se parecen en su escritura, pero, en realidad, el segundo hace parte del primero. Al respecto, el doctor Camilo Prieto Valderrama, vocero del Movimiento Ambientalista Colombiano y profesor de cambio climático de la Universidad Javeriana, describe los dos conceptos en una sola definición.
“La malnutrición es un espectro de enfermedades que incluye a la desnutrición, que se da por un déficit de calorías y proteínas; o también como la obesidad, que es un exceso en la ingesta de calorías, que se da a expensas del consumo de otros nutrientes. Dentro de la desnutrición, hay casos por falta de calorías y otras por falta de proteínas”, argumenta.
El libro “El hambre”, del periodista argentino Martín Caparrós, se da un ejemplo para diferenciarlos, cuando explica las similitudes, en cuanto al concepto de malnutrición, entre la obesidad y la desnutrición.
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“La malnutrición de los pobres consiste en comer poco y no desarrollar sus cuerpos y sus mentes; la de los pobres de los países ricos consiste en comer mucha basura barata —grasas, azúcar, sal— y desarrollar estos cuerpos desmedidos. No son la contracara de los hambrientos: son sus pares”, dice Caparrós.
El panorama local: una capital receptora
Bogotá llevaba una racha de cuatro años seguidos (2017, 2018, 2019 y 2020) con cero muertes en la tasa de mortalidad por desnutrición en niños menores de cinco años, pero en 2021 se presentaron dos muertes y, en lo corrido de 2022, cuatro más que están siendo revisadas y confirmadas, según el exsecretario de Salud del Distrito, Luis Gonzalo Morales.
“Esto podría ser el reflejo de varios factores, quizás asociados a la pandemia por covid, pero también al debilitamiento del monitoreo y la búsqueda exhaustiva de casos en riesgo, hasta del accionar coordinado de entidades distritales y nacionales junto con el de las comunidades”, asegura.
En parte, esto se ha propiciado porque además de los siete millones de habitantes que tiene la capital, en los últimos años han llegado cerca de 500 mil migrantes extranjeros y desplazados internos, con un alto índice de movilidad que dificulta su identificación y abre paso al subregistro.
Para Camilo Prieto esto ocurre porque “Bogotá tiene un problema, pues es un punto de recepción de migrantes, tanto de desplazamiento interno como de migrantes internacionales, cuya población adicionalmente no es estable y a veces pueden estar por periodos de años y meses. Esto genera que estas cifras de malnutrición sean estadísticas con mayor complejidad para ser analizadas y documentadas”.
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Retraso en la talla, el efecto más común de la malnutrición
De acuerdo con la plataforma Salud Data, en los últimos ocho años Bogotá ha tenido unas cifras estables en cuanto a la desnutrición aguda (moderada y severa) y el sobrepeso y la obesidad, que han tenido tendencias a la baja desde 2020. Contrario es el caso de la desnutrición global y el retraso en la talla (altura), cuyas cifras han estado subiendo desde 2021.
Para el sector salud de la ciudad, las localidades que presentaron mayor población con desnutrición aguda fueron Tunjuelito con 3,5 %, Los Mártires con 3,3 % y Puente Aranda con 3,2 %.
Así mismo, asegura que en lo corrido de 2022, por cada 100 niños menores de 5 años, 12,5 presentan retraso en la talla —dato preliminar y parcial— y que las localidades con mayores proporciones de esta afectación son Ciudad Bolívar (14,4), San Cristóbal (14,7) y Usme (15,4).
Por otro lado, identifica que en 2022, parcialmente a corte de agosto, por cada 100 niños menores de 5 años, 6,1 presentan desnutrición global. Y se observó que las localidades San Cristóbal, con 7,5; La Candelaria, con 7,6 y Sumapaz, con 10,3, son las que mayor proporción tienen.
Finalmente, en cuanto al exceso de peso (obesidad y sobrepeso) indica que en el primer semestre de 2022, por cada 100 menores de 5 años, 3,7 presentan exceso de peso, con mayor ocurrencia en las localidades Puente Aranda (4,4), Usaquén (4,3) y Los Mártires (4,3).
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Tasa de mortalidad por desnutrición
Datos de la misma plataforma de la Secretaría de Salud muestran el comportamiento de la tasa de mortalidad por desnutrición en menores de cinco años en Bogotá, la cual, después de una tendencia a la baja sostenida entre 2015 y 2020 (de los cuales cuatro fueron seguidos sin muertes), evidenció que en 2021 se presentaron dos muertes por este concepto.
“Debe existir una coordinación muy estrecha entre instituciones y comunidades para identificar tempranamente estos casos. No hay que esperar sentado a que una madre o alguien más lleve al niño desnutrido a las urgencias de un hospital, cuando por lo general ya es poco o nada lo que se puede hacer para evitar el nefasto desenlace”, añade el exsecretario Morales sobre esta cifra, que prende las alarmas en el Distrito para proteger a los menores.
El sector salud argumenta que las variaciones en las cifras se explican en “todos los problemas que se han presentado de inseguridad alimentaria en los dos últimos años, a causa directa de la pandemia del covid-19, se han presentado 2 mortalidades por desnutrición, lo que demuestra la sensibilidad de la vida en los primeros años de vida si no se reciben los nutrientes en cantidades y calidad necesarios”.
Pronósticos y lectura de estas cifras
Para el doctor Prieto, tanto la estadística de muertes infantiles por desnutrición como las implicaciones de esta patología en la vida de los ciudadanos que la padecen a tempranas edades, son factores preocupantes a mediano y largo plazo.
En cuanto a las mortalidades por desnutrición, advierte que “es posible que aumenten y que ocurra si no se logra una atención y articulación entre el Gobierno Nacional y distrital para atender el problema de la migración y los desplazamientos internos forzados”, puesto que es un tema que “lleva desatendido y no aparece en el radar de las estadísticas, por lo cual está fuera de la política pública”.
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De hecho, asegura que a nivel nacional no se tienen datos actualizados sobre malnutrición y desnutrición desde 2015, cuando se socializaron los resultados de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud. “Cuando no tenemos datos actualizados, no sabemos qué pasó durante la pandemia y la cuarentena. Así es difícil decidir y formular políticas públicas acertadas”, dice.
Por otro lado, enfatizó en que la malnutrición trae, si no es la muerte, problemas de salud y desarrollo del cuerpo humano que son irreparables hasta cierto punto de los primeros años de vida.
“Los primeros 1.000 días, contados desde la concepción, son fundamentales para la formación del sistema nervioso central. Después de ese periodo de tiempo, si no hubo una buena alimentación, no hay nada que hacer, no se formó bien y no estará bien por el resto de su vida”, expresa.
Una mirada nacional
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, la situación nutricional de niños y niñas menores de 5 años refleja que, en promedio, 87 niños entre 0 y 5 años por cada 10 mil habitantes tienen desnutrición aguda, principalmente en los departamentos Vichada (104 casos), La Guajira (83) y Guaviare (75).
De igual manera, los departamentos con el mayor número de menores de 5 años por causas asociadas a desnutrición son La Guajira (48 casos), Chocó (25), Bolívar (14), Cesar (13) y Vichada (9), en donde se concentran el 55 % de los casos de mortalidad por desnutrición en esta población a nivel nacional.
Y en otras capitales, como Medellín, el fenómeno se repite. Allí el indicador de desnutrición crónica de su población infantil creció en 2021, según lo señaló el programa Medellín Cómo Vamos: pasó de 7,4 % en 2020 a 7,8 % en 2021.
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