Así han subido los delitos informáticos en Bogotá y así puede protegerse de estos

Entre 2020 y 2021 hubo un aumento del 21 % en el número de denuncias puestas por cibercrímenes.

Foto: iStock.

¿Ha pasado por alguna de estas situaciones? Un extraño llama a su celular desde un número desconocido, lo saluda amigable o apresuradamente y, tras contarle una historia que incluye una desventura, le pide dinero para que lo saque del aprieto, por una consignación virtual o física.

Una vez hecha, la estafa está consumada. Y difícilmente esa plata regresa.

Como en todo, las modalidades evolucionan y se adaptan al son de los escenarios que más utiliza la gente en su cotidianidad. La más reciente y mediática es el famoso mensaje del “gerente de Amazon” a través de WhatsApp, en el que le ofrecen trabajo, para lo que tiene que proporcionar información personal, entre los que se encuentra los códigos de seguridad de las tarjetas de crédito y débito.

Así mismo, también es común la suplantación en otras redes sociales, como Facebook o Instagram. En donde hackean perfiles y los delincuentes cibernéticos aprovechan para enviar mensajes a sus contactos pidiéndoles plata, por lo general, en una transferencia electrónica. Estas formas de robo a través de internet se conoce con el nombre de “phishing”, en la cual la víctima es engañada cuando alguien se hace pasar por una persona, empresa o servicio de confianza.

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¿Qué son los delitos informáticos?

De acuerdo con el exsubsecretario de Seguridad de Bogotá, Andrés Nieto, hay que diferencias entre los delitos informáticos y los delitos con medio informático virtual. Estos últimos, dice, están clasificados o se presentan en tres situaciones.

“Cuando hay acceso a datos, imágenes, sistemas de información o cualquier software sin permiso oficial; cuando se hace cualquier tipo de emulación del sitio web de una red social para captar datos de personas, usuarios, claves, contraseñas, cuentas de correo o cuentas de banco, y cuando hay cualquier tipo de acceso a esa información para un proceso delictivo”, explica.

Y advierte que en la segunda modalidad son los delitos con canal virtual informático que están aumentando.

Lo “novedoso” de esta práctica de hurto es migrar lo que antes se hacía presencialmente a hacerlo hoy con redes sociales y aprovechando que, con la pandemia del Covid-19, muchas de las interacciones sociales quedaron reducidas a la virtualidad. “En medio de la pandemia, las formas de esta modalidad de extorsión y las formas de engaño para hurtar lograron entrar a la virtualidad”, añade Nieto.

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Cifras de estos delitos en Bogotá y en Colombia

El centro de pensamiento TicTac, en su más reciente informe sobre la seguridad cibernética, señala que a través de los canales de denuncia (como el CAI virtual) de entidades como la Fiscalía General, el Cuerpo Técnico de Investigación y la Dijín de la Policía Nacional se pudo evidenciar que al finalizar noviembre de 2021 se registraron 46.527 denuncias por delitos informáticos, lo que señala un incremento del 21 % respecto al pandémico 2020.

“Si se tienen en cuenta comparativamente los años 2019 y 2021, sin contabilizar el año de pandemia, el incremento alcanzó un 107 % acumulado entre el incremento suscitado durante el 2020 y el aumento continuo durante 2021″, señala el informe.

Y es que las cifras de la Dijín de la Policía muestran que los datos entre 2019 y 2020 muestran una diferencia que, en varios delitos, supera el 100 por ciento de variación.

Así es el caso del número de denuncias por el delito de acceso abusivo a un sistema informático, que pasó de 2.303 en 2019 a 4.417 en 2020, lo que significó un aumento del 94 %; como el delito de interceptación de datos informáticos, el cual aumentó de 291 a 975 (una variación del 235 %) entre esos mismos años, o como el de suplantación de sitios web, que pasó de 733 en 2019 a 3.499 en 2020, lo cual significó una variación del 377 % entre ambos años.

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Para el experto en seguridad y convivencia de la Universidad Nacional, Miguel Andrés Silva, estas cifras son el reflejo, en parte, del teletrabajo y que en las redes de internet en los hogares no se cuenta con las medidas de seguridad que en contextos de trabajo están presentes.

“Antes las empresas invertían en sus redes de seguridad y ahora en las casas somos más vulnerables. Necesitamos mayores capacidades para combatirlas porque no está claramente identificados quiénes están detrás de estos delitos, pues son organizaciones trasnacionales. Uno de los delitos que más aumento fue el secuestro de información para cobrar por entregarla”, expresa.

Por otra parte, en Bogotá, según cifras presentadas por el concejal Rolando González (Cambio Radical), entre 2021 y 2022, se han reportado 28.119 delitos cometidos a través de dispositivos electrónicos. En 2021 se identificaron 16.868 casos y en los primeros ocho meses de este año se reportaron 11.251 denuncias.

Estos números indican que las localidades más afectadas por este tipo de delitos son Suba, en donde se presentaron en ese mismo periodo de tiempo 3.887 hechos; Engativá, en donde hubo 2.714, y Kennedy, donde hubo 2.654.

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Así mismo, de acuerdo con lo presentado por el concejal, las mujeres son la población más afectada y las modalidades más comunes son el hurto a través de la suplantación en sitios web, pagos en línea, la violación de datos personales y obtención de datos a través de software malicioso.

¿Cómo puede protegerse de esta amenaza?

Miguel Andrés Silva es enfático en que cada vez será más complicado estar seguro en medio de los movimientos que se hacen por medio de internet, por lo cual implica mayores riesgos y que “cada vez que tengamos más aplicaciones de internet y nos involucremos, habrá más riesgo. Hoy la gente conecta todos sus dispositivos y cuentas a la misma red y eso generará mayores riesgos”.

Por ello, recomienda que hay que adquirir conciencia del riesgo que existe, así como tener instalados antivirus o cortafuegos en los dispositivos. “También entender que el teletrabajo conlleva llevar algunos riesgos de la empresa a la casa”, agrega.

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Por su parte, Andrés Nieto recomienda evitar ingresar a cualquier link extraño que llegue a través de redes sociales, mensajes de texto o en correos, ni dejar datos personales en esos enlaces sospechosos; así como evitar usar redes públicas para conectarse a hacer cualquier tipo de transferencia o de traslado económico o cualquier tipo de transacción, especialmente el ingreso a aplicaciones a bancos desde redes wifi que no tienen contraseñas.

“Hay que evitar publicar en redes sociales movimientos bancarios, movimientos económicos y movimientos personales; procurar cambiar rutinas para que los delincuentes no usan las redes sociales para rastrear en qué momento pueden dar el golpe para el hurto a la vivienda, el vehículo o a la persona misma”, recomienda.

Sin ir más lejos, un universo tan amplio como la web es un terreno desafiante para cualquier autoridad que quiera ir tras los delincuentes económicos. Por ello, como afirmó Silva, “parece que las capacidades que hemos desarrollado son bastante limitadas” y para hacer frente a esta situación se requiere una palabra que se volvió famosa en la pandemia (autocuidado) y estar a la vanguardia de los modos de estafa que, día a día, parecen caerse de los árboles.

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