Así pasaron la noche las familias afectadas por el incendio en el centro de Bogotá

En 'cambuches' cerca de 130 personas permanecieron al frente de lo que hace unas horas, antes del incendio, eran sus casas. La comunidad se resiste salir del lugar por temor a que el Distrito les quite sus predios.

Diego Ojeda / @diegoojeda95
21 de noviembre de 2019 - 06:22 p. m.
En carpas y 'cambuches' resisten los habitantes del sector que se niegan a que el Distrito se apodere del predio que consideran suyo. / Archivo particular
En carpas y 'cambuches' resisten los habitantes del sector que se niegan a que el Distrito se apodere del predio que consideran suyo. / Archivo particular
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En cenizas quedaron reducidas las viviendas de una comunidad de recicladores asentada en el barrio San Martín, cerca a las faldas de los cerros orientales en el centro de la ciudad. Hacia las nueve de la mañana del pasado miércoles, un incendio comenzó a propagarse en estas viviendas construidas con latas y madera, mismo que tomó fuerza por el plástico, cartón y papel que recolectan sus habitantes.

Este es el lugar donde ocurrieron los hechos:

A pocos metros, en el centro de atención médica del barrio La Perseverancia, se veían las lágrimas correr en los rostros de los familiares de una menor de cuatro años que había quedado entre las llamas. Hacia el mediodía, el director del Cuerpo de Bomberos de Bogotá, Pedro Manosalva, comunicó la noticia del hallazgo sin vida del cuerpo de la menor.

El Espectador pudo comprobar cómo al lugar acudieron varios organismos, entre estos el cuerpo de bomberos que logró controlar la situación hacia las once de la mañana, representantes distritales de la Personería y la Secretaría de Integración Social, un inspector de la Policía y agentes de Infancia y Adolescencia del mismo despacho, entre otros.

Lo anterior se debe a que, según lo detallado por Saavedra, este es un predio de posesión que data desde el año 1950. “Al principio llegaron cuatro señores con sus familias, de los cuales dos siguen vivos. Luego se fue incrementando porque comenzó a llegar más gente. Yo por lo menos llevo 38 años de posesión. Es bueno que se sepa que el predio tiene esa historia, porque la gente desconoce el tiempo que esto ha sido manejado por nosotros”, detalla.

Una estufa y una pipeta de gas que les donaron les sirvió para calentar los teteros de los bebés y los tintos para los adultos. Algunos optaron por dejar a los niños en las casas de sus familiares. Un vecino del sector también les ha ayudado prestandoles el baño.

Por Diego Ojeda / @diegoojeda95

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