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La disposición irregular del agua que fluye por la cuenca baja del río Bogotá es una problemática silenciosa, pero que deja una mella significativa en el afluente. Por tal motivo, en los últimos tres días, la CAR intensificó operativos para encontrar captaciones ilegales y efectuó medidas preventivas contra los que se roban el agua del río.
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En orden de ideas, durante las visitas, la autoridad ambiental encontró dos conexiones ilegales en la cuenca baja del río Bogotá. La primera se registró en la quebrada La Pascuala del municipio Tena, de donde los profesionales de la CAR retiraron más de 150 mangueras con diámetros entre media y una pulgada que se encontraban conectados sin los permisos correspondientes.
Dicha acción, vale la pena resaltar, se traduce en la consecuente reducción del caudal destinado a los acueductos veredales, afectando directamente a las comunidades que dependen de esta fuente.
“Impusimos medida preventiva y logramos recoger más de 150 mangueras sin ningún permiso. Es importante que la comunidad que quiera hacer uso del agua se legalice porque cada una de esas captaciones debe tener un permiso, ya sea para uso doméstico o agropecuario” señaló Nidia Cruz, directora regional Tequendama de la CAR.
El otro hallazgo se produjo en la quebrada La Salada, en el municipio de San Antonio. En este lugar, la CAR encontró otro lote de mangueras con las cuales un predio doméstico estaba desviando el agua de la cuenca baja para abastecerse de manera ilegal.
Finalmente, en el municipio de La Mesa, vereda Anatoli, se impuso una medida preventiva en el nacedero de la quebrada Arracachal, donde se identificó una manguera de 2 pulgadas utilizada para abastecer un cultivo de follajes en un predio cercano, acción que comprometía el equilibrio del ecosistema local.
Estas acciones de control se complementan con los planes de restauración en las cuencas del río que adelanta la CAR, en conjunto con el Distrito, para combatir los efectos adversos del cambio climático en Bogotá y la región.
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