Av Boyacá vs Van der Hammen: dudas tras la demanda de la Nación
Bogotá dejó de crear conexiones viales con la región, pero conserva estructuras ecológicas como la reserva Van der Hammen. Para sus defensores, atravesarla con cemento generaría un impacto irreversible. Quienes abogan por la vía dicen que, a la par con la obras de movilidad, puede avanzar la restauración ambiental. Resolver el debate está en manos de los jueces.
María Angélica García Puerto
Se aviva la discordia entre el Gobierno Nacional y la Alcaldía de Bogotá, alrededor del viejo debate entre desarrollo vs ambiente, esta vez, por las obras viales que se pretenden desarrollar en el norte de la ciudad. A las tensiones por proyectos como la ALO, ahora se suma el de la ampliación de la Avenida Boyacá, luego de que el Consejo de Estado admitiera la demanda de nulidad que radicó la ministra de Ambiente, Susana Muhammad, contra el permiso que le otorgó la CAR al Distrito para la obra.
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Se aviva la discordia entre el Gobierno Nacional y la Alcaldía de Bogotá, alrededor del viejo debate entre desarrollo vs ambiente, esta vez, por las obras viales que se pretenden desarrollar en el norte de la ciudad. A las tensiones por proyectos como la ALO, ahora se suma el de la ampliación de la Avenida Boyacá, luego de que el Consejo de Estado admitiera la demanda de nulidad que radicó la ministra de Ambiente, Susana Muhammad, contra el permiso que le otorgó la CAR al Distrito para la obra.
¿La razón? Según la ministra, no se respetaron los determinantes ambientales para no afectar la Reserva Thomas van der Hammen. “Creemos que eso viola el régimen ambiental”, dijo. La decisión no tardó en tener el respaldo del presidente Petro y, por supuesto, la respuesta del alcalde Carlos Fernando Galán. “Otra intromisión del Gobierno en asuntos que deben ser definidos por Bogotá y que, por cierto, la ciudad ya definió”. Ante esto, Muhamad le recordó al mandatario: “Esto es un Estado social de derecho. Respetamos la autonomía territorial, pero no implica que el Sistema Nacional Ambiental no cumpla sus competencias”.
La Reserva de la discordia
La Reserva Thomas Van der Hammen cuenta con 1.395 hectáreas (cuatro veces más que el Central Park de Nueva York), declaradas en 2011 como Reserva Forestal, que conecta los cerros orientales, los humedales Torca y Guaymaral, los relictos de bosque Las Lechuzas y Las Mercedes, el cerro La Conejera y el Río Bogotá. Gracias a su interconexión, garantizan la biodiversidad y provisión de servicios ambientales a todos los habitantes de la sabana de Bogotá.
Sin embargo, desde hace más de 60 años, se ha discutido la necesidad de tener más salidas y entradas por el norte de la capital, que no solo sean la autopista Norte. Por ello, distintas administraciones han insistido en el proyecto de la extensión de la Avenida Boyacá, entre ellos, el propio Gustavo Petro, en su mandato como alcalde, cuando presentó en el Concejo una modificación especial del POT, proponiendo llevar la vía hasta la calle 240, que no prosperó.
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Hoy, el panorama parecía más claro hasta la demanda de la ministra. Pues la administración había logrado el visto bueno de la CAR para sustraer 20 hectáreas de la reserva, para construir cinco kilómetros de vía, desde la calle 183 o avenida San Antonio hasta la 235 o avenida Guaymaral, algo que los defensores de la reserva consideran un error y de ahí su oposición.
No obstante, la administración intenta convencerlos. “Este impacto se compensará con actividades de conservación en cerca de 120 hectáreas y de restauración en un 25 %. Para eso, buscamos que los propietarios de predios privados en zonas de alto valor ambiental puedan transferirlos a la secretaría de Ambiente a cambio de un certificado, que representa metros cuadrados de construcción en áreas edificables”, mencionó el alcalde.
Pero eso poco los convence. Para Sabina Rodríguez Van der Hammen (nieta de Thomas van der Hammen), quien por años viene defendiendo el legado de su abuelo y el valor ambiental de la reserva, dicho mecanismo de transferencia de derechos de construcción no es novedad, sino “su obligación de avanzar en la restauración ecológica y la adquisición predial”. Sin embargo, para ella, el impacto de la sustracción del 1,43 % de la Reserva no debe minimizarse.
“Puede que el porcentaje sea bajito, pero, usando la analogía, no es lo mismo un impacto de bala en mi mano que en mi cabeza y particularmente, el segundo tramo de la vía queda justo donde se ubica la conectividad ecológica. Allí hay dimensiones a nivel hídrico, de fauna y flora y de ecosistemas”.
Otro de los argumentos, es que, según la ministra Muhammad y la profesora Rodríguez, no se hizo un diagnóstico ambiental de alternativas. “Junto con el Ministerio de Transporte, incluso le mostramos a la CAR y al Distrito alternativas, pero se empecinan en que hay que ampliar la Boyacá por allí”. “Desde el comienzo insistimos de esta obligatoriedad y por eso alegamos que esa licencia tienen vicios” dijo la jefa de cartera y también abogada, respectivamente.
Desde el Fideicomiso Lagos de Torca, a cargo de los diseños y la financiación del proyecto, dicen que está prevista la mitigación de todos los riesgos, basados en el principio de prevención para la ampliación de la Avenida Boyacá. “Las aguas profundas que analizamos estaban entre 80 y 100 metros y la vía tiene 8 metros. No tocaríamos los acuíferos. A pesar de ello, cambiamos la cimentación a unas columnas de grava, que son propias del suelo. También diseñamos cuatro pasos seguros de fauna de un lado a otro (...) La CAR definió la no implementación de un análisis de alternativas, sustentado en los estudios de que ese era el trazado. Si hacemos la avenida más al occidente, nos metemos más a la Reserva y hacia el sur tocamos el cerro La Conejera”, contó el gerente, Alejandro Callejas.
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“Sin duda todos sufrimos los trancones, pero no necesariamente una vía va a arreglar los problemas de movilidad. En ese sentido, hay muchos proyectos en la zona norte, está la ampliación de la carrera séptima. Está la ampliación de la autopista norte. El tren de la Sabana”, respondió por su parte, Sabina Rodríguez Van der Hammen.
Con todo lo anterior, ¿se puede encontrar un punto medio, entre la necesidad de más vías y el cuidado de la reserva? “Sí”, coinciden los profesores de la Javeriana, Darío Hidalgo y Daniel Jaramillo. “Este proyecto reúne los elementos necesarios para evitar afectar la reserva”. “Es el diseño que fue sometido a consideración de la CAR”, aseguran.
Las expectativas
Desde el Gobierno esperarán la decisión de los magistrados frente a la demanda; Sabina Rodríguez le apuesta a que se otorguen medidas cautelares, para frenar la obra hasta que se tome una decisión de fondo, y el gerente de Lagos de Torca a que escuchen sus argumentos de por qué la obra debe continuar, para que, “quede de una vez por todas en firme esta licencia. En caso dado, el hecho de que se demore una demanda de nulidad, hace que sea inviable parar un proyecto contratado”.
A la fecha, el proyecto general desde la calle 183 hasta la 235 ya tiene estudios y diseños, mientras que el tramo desde la calle 183 hasta la 200, pasó la fase de preconstrucción. La decisión del futuro de la Avenida Boyacá está en manos del Consejo de Estado, que tendrá que conciliar los intereses de cada parte, sopesando, eso sí, entre la protección ambiental y el desarrollo de una ciudad. “Si el proyecto Lagos de Torca no tiene buena conectividad, vamos a seguir viendo como se urbaniza la Sabana y las personas terminarán haciendo recorridos largos principalmente en vehículo o transporte, por vías que ya están congestionadas. A pesar de que se construya la Boyacá, nunca será suficiente, con lo que tal vez el proyecto más importante es el Regiotram del Norte”, concluyó el docente, Darío Hidalgo.
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