Avalanchas en Cundinamarca dejan cerca de 800 personas afectadas en 2023
Con un saldo total de 15 muertos por ahora, la tragedia en Quetame es la peor tragedia del año y equiparó el número de víctimas fatales registradas en emergencias en el departamento entre 2015 y 2021. Estas son las pérdidas sociales y económicas que han dejado las lluvias en Cundinamarca.
Fernan Fortich
Continúa la conmoción en el país por la tragedia en la vereda El Naranjal, en el municipio de Quetame (Cundinamarca), en donde una avalancha deja, de momento, 15 muertos, 6 heridos y 13 personas desaparecidas. Las imágenes y videos divulgados a través de redes sociales, en las que se observa una masa de barro y piedras deslizarse violentamente sobre la montaña, han elevado las alarmas sobre este fenómeno asociado con las lluvias y su afectación a las comunidades.
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Continúa la conmoción en el país por la tragedia en la vereda El Naranjal, en el municipio de Quetame (Cundinamarca), en donde una avalancha deja, de momento, 15 muertos, 6 heridos y 13 personas desaparecidas. Las imágenes y videos divulgados a través de redes sociales, en las que se observa una masa de barro y piedras deslizarse violentamente sobre la montaña, han elevado las alarmas sobre este fenómeno asociado con las lluvias y su afectación a las comunidades.
En contexto: Las dolorosas imágenes que deja la avalancha en Quetame (Cundinamarca)
Según cifras de la Unidad de Gestión de Riesgo de Cundinamarca, en lo corrido de 2023 van 767 personas afectadas por avalanchas, siendo el tercer tipo de emergencia con más damnificados en el país, después de los deslizamientos de tierra (8.687) y las inundaciones (16.775).
Pero ¿qué son las avenidas torrenciales? Este fenómeno, como lo explica Edier Aristizábal, geógrafo de la Universidad Nacional, en un artículo para la revista Cuadernos de Geografía, “son entendidas por profesionales en geología como fenómenos gravitacionales, tipo movimientos en masa, o por profesionales en el campo de la hidrología como fenómenos hidrológicos, tipo crecientes súbitas”.
El desplazamiento de sedimentos en las cuencas o por las montañas y el poco tiempo de respuesta de las víctimas son características de este fenómeno que, según datos extraídos del Sistema de Inventario de Efectos de Desastres (DesInventar), se ha presentado al menos 1.139 veces entre 1914 y 2018, dejando un saldo de 3.318 víctimas fatales, es decir cerca de dos víctimas fatales por evento.
Daniel Pabón, familiar de ocho desaparecidos en la reciente tragedia en Quetame, ubicado a 77 kilómetros de la capital del país, le contó a El Espectador lo último que supo de sus allegados. “Mi mama habló esa noche con una prima y le dijo que la quebrada estaba muy crecida y que estaba muy asustada. Ella colgó, y al rato fue que se supo de la tragedia. Lo mismo ocurrió con mi papá que se conectó a las 10:47 a WhatsApp, y fue lo último que supimos de él”.
Por su parte, este tipo de emergencias representan verdaderos riesgos de atención para las autoridades, debido a que frecuentemente los cuerpos de las víctimas son desplazados varios kilómetros del lugar de los hechos, debido a las múltiples desembocaduras de las fuentes hídricas.
“Cuando reportamos el cierre de las labores de búsqueda, teníamos como balance en el sitio la recuperación de 11 cuerpos en Cundinamarca y 4 en jurisdicción del Meta, tanto en Villavicencio y Acacias, para un total de 15 personas recuperadas sin vida”, precisó el capitán Álvaro Farfán, delegado departamental del Bomberos Cundinamarca.
Lo invitamos a leer: Culmina por hoy jornada de búsqueda en Quetame: hallan 15 cuerpos, faltan nueve
En cifras: los daños que deja la ola invernal en Cundinamarca
Cundinamarca ha sido históricamente uno de los departamentos más afectados por las olas invernales en el país. Entre 2015 y 2021 las emergencias por lluvias en el departamento han dejado 15 víctimas fatales, cifra que se igualó con la tragedia en Quetame, en tan solo un día de búsqueda.
A su vez, las cifras indican que las afectaciones se concentran principalmente en centro y occidente del departamento. “50,52% de los afectados se encuentran en 19 municipios: Quipile, Fusagasugá, Guaduas, Viotá, Silvania, Vianí, Machetá, Soacha, Cota, Chaguaní, Guayabetal, Tiabcuy, Villeta, Cabrera, Granada, Fúneque, Ricaurte, Une y San Antonio del Tequendama”, indica la Unidad de Gestión del Riesgo de Cundinamarca.
Por su parte, la gobernación del departamento dice que este año cerca de 3.542 viviendas han resultado afectadas como resultado de emergencias relacionadas con lluvias en los distintos municipios. Así, en total más de 84 han sido destruidas.
Otro de los costos de la ola invernal en el departamento es su efecto en las vías primarias, secundarias y terciarias, en un departamento, en donde, según el Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca (ICCU), dos de cada cinco vías se encuentran en mal estado.
“Hay que reconocer que nuestra malla vial está muy deteriorada y necesita mantenimiento. Se debe tener en cuenta que el 85 % del territorio está en una topografía compleja, en donde es frecuente el paso de cauces de agua”, explicó en su momento, Nancy Valbuena, gerente del ICCU.
De esta manera, con afectaciones a las vías de Bogotá - Tocancipá, Sopó - Cruce Ruta 55 (Briceño), Dindal - Caparrapí, Puente Real Caqueza- El Tablón y Zipaquirá - Ubaté, en una extensión de más de 82 kilómetros, el Instituto Nacional de Vías (Invias) estima que en los últimos tres años las lluvias han causado daños superiores a los mil millones de pesos.
Además, en los últimos dos años han resultado afectados dos puentes con un costo total de $4.746 millones. Por su parte, en Suesca, en la vía Bogotá – Belencito un movimiento en masa dañó el corredor férreo en este sector a principios de diciembre de 2022. Su rehabilitación costó más de 3 mil millones de pesos y generó pérdidas cercanas a los $23 millones de pesos para los comerciantes de la zona.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos han aumentado los desastres naturales en los últimos 50 años, afectando desproporcionadamente a los países más pobres. En el caso de Bogotá, su posición geográfica lo hace más vulnerables a la variabilidad climática.
“Frente a lo que se había registrado en el día a día en el departamento y en la ciudad, tenemos hoy efectos más intensos y frecuentes. Esto se debe a que estamos en una región ubicada a una elevación alta, por lo que los efectos del cambio climático son más intensos y las precipitaciones se hacen más fuertes”, dice Juan Carlos Benavides, experto en ecología y medioambiente de la U. Javeriana.
Así las cosas, este aumento en las emergencias y su costo social en el país, es una alerta sobre la necesidad de tomar mayores acciones para controlar este tipo de fenómenos, cada vez más frecuente por factores asociados al cambio climático y los retos de la planeación urbana en los territorios.
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