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En mayo pasado, Julián Mauricio Ruiz Rodríguez se posesionó como contralor distrital de Bogotá, y desde entonces se propuso castigar con mano dura los intentos por desviar recursos de los capitalinos. Hoy, siete meses después, en conversación con El Espectador, el funcionario le hizo corte de cuentas al metro de Bogotá y la carrera 68, y aclaró en qué van las investigaciones a la Uaesp y las subredes.
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El objetivo para 2023, dice Ruiz, es claro: “Lograr mayores niveles de oportunidad en la vigilancia y el control fiscal”, por eso desde la Contraloría pusieron en marcha el plan “Control fiscal de todos y para todos”, que está basado en tres pilares: la tecnología, la participación ciudadana y las alianzas estratégicas con diferentes actores interesados en la gestión fiscal del Distrito.
El contralor sabe que el próximo año demandará especial atención, porque además de las obras que se están ejecutando y las otras que estarán en licitación, será época de elecciones para la Alcaldía de Bogotá, por eso envió un mensaje de tranquilidad a los capitalinos, con quienes se comprometió a blindar las finanzas de la ciudad.
¿Cómo han sido estos meses en el cargo?
He estado, junto con el equipo de trabajo, en la tarea de conocer en detalle el funcionamiento del Distrito. Es una ciudad con más de ocho millones de habitantes, más de 95 entidades objeto de nuestro control y cerca de $50 billones de presupuesto, que además tiene diversidades, problemáticas y complejidades que deben conocerse desde adentro si queremos ejercer un control fiscal efectivo y eficiente.
¿Cómo están las finanzas?
En términos generales, la ciudad logra un recaudo positivo de los ingresos corrientes, principalmente de los tributarios, pero no sucede lo mismo con los recursos de crédito que han estado por debajo de lo estimado. La mayor utilización de este recurso financiero permitiría mejores resultados en el cumplimiento de los planes de desarrollo.
Los cuellos de botella apuntan a la ejecución del gasto, que si bien ha mejorado, muestra la necesidad de elevar estos porcentajes, principalmente en los sectores de movilidad, hábitat y seguridad, convivencia y justicia.
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¿Qué hallazgos hay en los escándalos de la Uaesp?
Hay un equipo de las más altas calidades técnicas al frente de la visita fiscal y que debe dar resultados antes de cerrar el año. Estamos en la tarea de determinar el daño fiscal, toda vez que los dineros que se deberían depositar y pagar a través de una fiducia se han ido a cuentas temporales que se manejan de forma particular, sin realizar los pagos correspondientes, esto claramente puede haber generado dificultades en los retornos que debieron girarse a la Uaesp.
En la visita fiscal encontramos, por ejemplo, que de un contrato que tiene un valor superior a los $41 mil millones, el consorcio adeuda a la fecha más de $3.900 millones entre servicios públicos, proveedores, servicios bancarios y la nómina misma del personal encargado de la operación y administración de los cementerios.
¿Cómo va el metro de Bogotá?
Al ser una obra de gran envergadura, que tiene muchas aristas y que involucra varios componentes, estamos con un nutrido equipo técnico en la tarea de revisar con lupa cada uno de los detalles, con el fin de salvaguardar los recursos destinados que ascienden a los $29.5 billones. Los capitalinos deben tener la certeza de que este seguimiento está siendo oportuno y próximo. Al ser una obra de suma importancia para la ciudad y el país, actuamos y avanzamos rápidamente para lograr prevenir alguna desviación de recursos. Le plantearemos a la Contraloría General de la República una acción conjunta de seguimiento y control a este proyecto, en el cual podamos aprovechar mutuamente nuestras capacidades.
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¿Cómo va la obra del Transmilenio por la Av. 68?
Hay un detalle que nos llama la atención. La Contraloría, con información suministrada por el IDU, hizo un cálculo del avance físico de la obra (nueve grupos que conforman la avenida carrera 68), y a la fecha es del 14,4 %, pero deberían estar en 28,87 %.
Nos preocupan las constantes modificaciones al plan de trabajo del IDU por temas relacionados con las suspensiones y ampliaciones, modificaciones contractuales, prórrogas sustentadas en mayor tiempo para diseños, adiciones y ajustes constantes al cronograma de trabajo.
¿Cómo está la situación de las subredes?
Por las constantes denuncias di la instrucción de impulsar 100 procesos de responsabilidad fiscal, sobre las cuatro subredes integradas de servicios de salud que operan en la ciudad. Son $85 mil millones configurados como posible daño patrimonial y es nuestro deber salvaguardar los recursos de la salud.
Hemos evidenciado falta de gestión en la recuperación de cartera, sobrecostos en insumos y servicios, irregularidades en la contratación, la facturación, el manejo de cuentas bancarias y pago de sanciones e intereses, pérdida de equipos médicos y vencimiento de medicamentos, entre otros.
Las subredes con más hallazgos son Norte con $38.734 millones, Occidente con $15.789 millones, Sur con $15.602 millones y Centro Oriente con $15.116 millones. Quiero decirle a las entidades del distrito que evitaremos que se pierdan recursos públicos, pero con mucho más ahínco cuando estamos hablando de garantizar el derecho a la salud.
En los procesos auditores llevados a cabo entre los años 2017 y 2022, por la dirección del sector salud frente al tema subredes, se han recuperado cerca de $461 mil millones, teniendo en cuenta resarcimientos y beneficios. Aprovecho para invitar a la ciudadanía a que denuncie actos de corrupción, porque nosotros estaremos ahí presentes.
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